"Los 10.000 del Soplao" es una ruta mítica donde se recorren 165km por tierras cántabras. Con salida en Cabezón de la Sal, el recorrido asciende por varios duros puertos de montaña: El Soplao, Monte Aa, El Moral, Cruz de Fuentes y otra vez El Moral. 3.000 participantes terminaron el reto, el primero de ellos en 6h 47m, y el último en 16h 9m. Más de 4.000m de desnivel acumulado que dejan el cuerpo exhausto y el espíritu pleno.
Una delegación de bikers de AlcoSanse estuvo presente en la prueba, Bluebullet, Jeby y Magellan, y el primero de ellos nos ha dejado su particular experiencia plasmada en esta crónica.
El Soplao es una marcha que todo biker debería hacer una vez en la vida. El año pasado me estrené con mi primera participación, y desde entonces no dejo de recomendárselo a todo aquel con el que me cruzo. El Soplao es más que una marcha cualquiera, la belleza del sitio es indescriptible, el ambiente es increíble, la organización insuperable y ya, si el tiempo acompaña, el día de MTB sólo puede tener un calificativo…PERFECTO.
La tarde del viernes 20 me pongo en marcha hacia Hoz de Anero, lugar de residencia de algunos Alco-pakets suicidas que han decidido embarcarse en esta aventura por segunda vez.
Entre unas cosas y otras, acabo saliendo de Madrid a las 17:30, con lo que me espera un largo camino para llegar a destino, Valladolid, Palencia y la A67. Menos mal que Eva se anima a acompañarme y me hace el trayecto más llevadero.
Llegamos al cuartel general “Quod Potui” (bautizado así por la placa externa que colgó el padre de Eugenia, mujer de Magellán) a eso de las 22:30, la hora perfecta para cenar, tertuliar y ponerme los dientes largos con las fotos de la comilona que se metieron entre pecho y espalda Magellán, Jeby, JC (Juan Carlos, compañero de Jeby del Club de Aranjuez) y Eugenia.
Ceno, me ducho y me acuesto, mañana nos espera un día muy largo lleno de anécdotas.
5:45, suena el despertador y me levanto, Alfonso ya ha desayunado y está preparado…este hombre es puro nervio. Seguidamente se levantan Jeby y JC, desayunamos y nos vamos hacia Cabezón. Allí nos reunimos con el sobrino suicida de Alfonso, y digo suicida porque era su primera marcha y claro, con dos cojones para qué empezar por una de 50 km, ole por Julio!
Nos dirigimos hacia la salida y el ambiente es increíble, este año creo que éramos unos 4000. Nos colocamos prácticamente al final, sabedores de que la carrera es larga y que el tiempo y el perfil ponen a cada uno en su sitio. Tiran el chupinazo y nosotros como si nada, así hasta pasados unos 20 min. Vamos medio caminando y pasamos por el arco de meta con AC/DC de fondo, la aventura empieza ya pienso.
Jeby y JC se pierden rápido hacia la cabeza de carrera mientras Magellán, Julio y servidor vamos de risas y calentando, nosotros somos diesel y lo sabemos. Este año me da la sensación de que hay mucha más gente, lo que obliga a tener mucha precaución tanto en los llaneos como en las bajadas. En momentos nos separamos y en otros nos reagrupamos, subimos hasta el Soplao dosificando y regulando, la afluencia de gente nos obliga a poner algún que otro pie a tierra, y pasamos por el primer avituallamiento prácticamente sin bajarnos, hacemos la archiconocida parada del hijo puta.
A estas alturas ya hemos perdido la referencia de Julio y proseguimos nuestro camino hacia el Monte AA después de gozarnos la bajada de cabezón sin percance alguno. Pasamos Puente Nansa y como en todos los pueblos, vamos saludando al público y diciéndole cosas a las mujeres, que es lo nuestro!(siempre con respeto ojo).
En nada nos encontramos con el primer escollo del día, los rampones de cemento del Monte AA, plato chico-piñón grande y subimos al tran tran sin poner pie a tierra mientras a un lado y al otro de la calzada la gente camina como puede con las bicis a cuestas.
Después de este primer tramo infernal continuamos el ascenso, ahora sí con una pendiente más tendida que aprovechan muchos de los que iban caminando inicialmente para adelantarnos, le comento a Magellán que este tipo de acciones me cabrean y que son injustas pero es lo que hay, cada uno juega sus bazas. Hago cumbre con una chica a la rueda, no soy un profesional y mucho menos me molesta que haya gente que vaya a gusto a mi ritmo, le digo que el mío es el ritmo bueno y comenzamos el descenso pasando por Ruente, el siguiente punto es la base del Moral donde paramos para hidratarnos y comer algún plátano.
Comentar que el tiempo acompañó durante prácticamente toda la ruta, aunque en ese momento empieza a hacer calor y le comento a Magellán que necesitamos crema protectora, que no me puedo permitir el lujo de llegar quemado a casa si no quiero llevarme una bronca de la señora.
Pregunto a la organización, a protección civil…y nadie parece haber llevado protección solar, vaya faena pienso, de repente me encuentro a tres mujeres de distinta edad y se me ocurre preguntarles, casualmente una de ellas lleva un microbote de muestra que aprovechamos como pudimos Magellán y yo. No me pregunten qué me estaba diciendo la señora porque no lo recuerdo.
En cuanto al bulto de mi culotte en la foto son los guantes, que los llevaba debajo que ya les veo con pensamientos indecentes, la señora no me atraía jajajjaja. Agradecimientos a la señora, y una vez rehidratados y comidos nos encontramos a Ñako que va esperando a su cuadrilla de los Tranquilos, después de intercambiar unas palabras nos disponemos a afrontar el primero de los 3 puertos matadores, el Moral por su vertiente más larga, este puerto es de los que puede acabar con uno fácilmente pero poco a poco vamos tirando.
Cuando vamos por la mitad le digo a Alfonso que tire, que no me espere, empieza el infierno para mí. A la mitad del puerto y tras pasar una cerca para el ganado me paro en un medio llano dónde hay bastante gente estirando y descansando. Estoy bastante tocado y sé que me queda mucho por delante, pero tras los problemas físicos que me impidieron seguir entrenando haces unos dos meses, sólo tenía la intención de pasarlo bien y lo de acabar era para mí lo de menos. En esto aparece Ñako con su gente y me saluda mientras sigue ascendiendo, yo decido colocar mi móvil en el soporte del manillar y ponerme unos temazos para intentar llegar a la cima lo más animado posible.
Voy tranquilo y con el desarrollo más suave, alternando la postura sentada con el empuje de pie. De repente baja una pick up de la organización anunciando que va a pasar la cabeza de carrera y que debemos ir por nuestra derecha…no me lo puedo creer, este año me han cogido antes que el año pasado pienso, aunque da igual mi intención no es acabar si no llegar hasta dónde pueda.
De repente baja el primero con el machete en los dientes, nada más y nada menos que Antonio Gómez Gómez ex-ciclista profesional de Ucieda, me sorprendió no ver a Fran Ventoso (vencedor de la pasada edición), poco más tarde me entero de que se tuvo que retirar.
Antes de llegar a la cima nos topamos con el señor de los cencerros, persona conocida en la zona y miembro de la organización con una manera peculiar de animar: “Me cago en la puta que esto no es la castellana, que esto es el Soplao y se viene a sufrir, no haceis más que quejaros…” en esta ocasión se encontraba con un hombre que por su parecido físico yo diría que era su hermano, este si animaba de forma habitual y cuando me ve y me dice que ya no quedaba nada, yo incrédulo le sonrío y le doy una palmada en la espalda, ipso facto el hombre se da la vuelta y me empieza a empujar hacia arriba a la voz de “Venga grande pa´arriba”.
Llego a lo alto del Moral, abatido y cansado de comer plátanos y barritas. Arriba hay un avituallamiento, pero es sólo de agua y para colmo se ha terminado. Nos comentan que al final de la bajada hay uno, por lo que me tranquilizo y prosigo mi camino bastante cansado y con ansias de llegar al avituallamiento. Voy bajando lo que luego hay que subir y me voy cruzando con pros y más pros, veo a uno en una Niner Air Carbon preciosa, y pienso ahí están esas ruedas grandes con la gente de cabeza.
De repente en una curva veo algo que me deja boquiabierto, y además por un buen rato, se trata de un machaca que va en una bici “Soma 29er” color granate en Single Speed, horquilla rígida y manillar de ciclocross. Además, el plato parecía bastante mayor que lo que se suele montar en SS. Doy fe de que el tío era un machaca y que hizo la ruta completa, ya que he leído en el foro de bicisclásicas que pasó a uno de los fuertes de este mismo foro en la subida de Cruz de Fuentes, simplemente sin palabras. Había visto a gente hacerlo en SS, incluso Noe lo hizo en 10h apróx., pero este tío yo creo que quedó entre los 25 primeros, me quito el sombrero.
Prosigo la bajada despacio, detrás de un grupo, casualmente liderado por la chica que estuvo a la rueda en el Monte AA, y que me pasó en la subida del Moral. Termino el descenso y enfilo el avituallamiento, pero un chico de la organización me comenta que el avituallamiento era para la gente que subía y que nosotros teníamos otro a unos 5 km, vaya putadón!. Prosigo mi camino en busca del siguiente avituallamiento por una parte asfaltada donde todo el mundo me pasa, me da lo mismo sólo tengo en mente comida, pero nada de plátanos ni barritas, necesito algo más contundente.
Este tramo está lleno de familias que van a animar a sus familiares y amigos y de paso se hacen un pic-nic, por lo que me armo de valor y saco mi vena más gorrona al divisar a dos abuelos, la hija y el nieto, les pregunto medio de coña si tienen tortilla, croquetas o ensaladilla, a lo que me responden que se les han acabado porque ya sus familiares y amigos habían pasado por allí, pero que tenían queso manchego y jamón, y que si quería un bocadillo…a la respuesta de sí quiero, rápidamente me preparan un bocadillo con un queso cortado a cuña y bastante espesor, como a mí me gusta, en esto me pasa Ñako con su grupeta y atónito prosigue su camino jajaja. Tras darles mil gracias a la familia, la abuela me comenta que si quiero otro para más adelante, me río y se lo agradezco, pero no me llevé el camelbak y no me cabe, por lo que me despido de ellos y prosigo la marcha con una mano en el manillar y otra en el pedazo de bocadillo, cómo me voy a poner, pienso.
La gente me pasa y se queda flipando, envidiosos!. Justo cuando me acabo el bocadillo llego al avituallamiento de la base de Cruz de Fuentes dónde nuevamente vuelvo a coincidir con Ñako, y después de un par de naranjas, me digo…´Me voy a comer un bocadillo de jamón serrano, aunque me dé una sed tremenda´. Termino el bocadillo y con más comida de la necesaria en el estómago, me dispongo a subir el largo puerto, al poco rato noto como los isquiotibiales empiezan a hacer de las suyas y decido pararme.
Me duele un poco la cabeza y necesito descansar en condiciones por lo que apoyo la bike en un árbol, estiro un poco, me tomo un Nolotil y me tumbo cual lagarto a intentar dormir un rato (técnica empleada por mi compañero Magellán en la edición pasada y que nunca falla). Va pasando la gente, unos bromeando con que me van a robar la bici y muchos preguntando si estoy bien, agradecido voy respondiendo, y aunque no logro dormir sí que logro descansar. En este momento es cuando me encuentro con Ñako por última vez y le comento que estoy bien, que estoy haciendo la fotosíntesis para recuperarme, me da ánimos y prosigue.
En esto pasan dos 4×4 de la organización y se ponen a vacilar comentando que me ponga cremita que en la playa hay que protegerse ajjajjajaja, qué cachondos me digo.
Me pasa un montón de gente pero me da igual, me propongo llegar a la cima y retirarme, que ya bastante había hecho. Pasados unos 35 minutos reanudo la marcha y me empiezo a encontrar bien, es como si lo que hubiera hecho hasta entonces no me hubiera afectado demasiado, así que al tran tran voy subiendo el puerto con el ruido de los relámpagos de fondo, arriba está lloviendo, pero yo casi que lo agradezco, al final cuatro gotas de nada que me hacen ir alternando el chubasquero con el maillot corto.
Llego a la famosa Cruz y me siento bien así que prosigo por el camino nuevo de esta edición, una pista con piedra bastante suelta que no me impide adelantar a bastante gente. Después de la bajada tocan unos km de subida por el mismo tipo de pista hasta un avituallamiento con un puesto de asistencia mecánica, al que me acerco para que me apretasen la tapa de las bielas y el portabotellas, me pongo a vacilar con los dos mecánicos y con una chica que estaba con ellos y de repente diviso en una mesa una tortilla que le quedaban ¾ partes y una barra de pan. La verdad es que me apetecía así que les digo ´Esa tortilla de aquí a mañana se va a poner mala´ a lo que me responden que si quiero un bocadillo que estoy en mi casa, así que dicho y hecho me hago un bocadillo de tortilla y enfilo el avituallamiento que está a escasos 50m y por el que previamente hay que pasar por un arco de la organización en la que hay bastante gente animando, paso meneando el bocadillo con una mano y la gente me anima.
Llego al avituallamiento y doy con el personal de protección civil para que me informen de lo que queda hasta la subida del moral, me dicen que un poco de subida y todo bajada hasta el comienzo del último puerto. De repente me percato de que el hombre de protección civil tiene un bocadillo de pan redondo de escalope de ternera…uff soy un gorrón, pienso, pero me da igual, le pido al hombre si me puede dar un pedazo y haciendo acto de su solidaridad me da un trozo que me permite saborear 2 o 3 mordiscos del rico bocadillo. He de decir que ante mi petición, otros miembros de protección civil se ofrecieron para hacerme un bocadillo entero para mí, pero yo ya no podía más jjajajja
Prosigo mi camino poniendo el desarrollo más suave al más mínimo desnivel. En esto me llama Eva y me pregunta qué tal voy, le digo que estoy recuperado y que voy a terminar, que llegaré sobre las 23:00.
Cambié de opinión, me encontraba bien dentro de lo cansado y con ánimos suficientes para llegar a Cabezón. Enfilo la larga bajada que nos lleva a la base del Moral por su otra vertiente, esta bajada la hago lo más rápido posible y gritando “derecha, izquierda…” a todos aquellos que bajaban más tranquilos, la bajada pasa de pista al asfalto con unas zetas chulísimas, diviso a una víctima en el horizonte y voy a por él, después de algunos intentos le hago un interior en una acción algo temeraria teniendo en cuenta que dos curvas más abajo me encontré un coche subiendo que me podía haber comido. Vamos los dos juntos hasta abajo y nos felicitamos por lo bien que lo hemos pasado con ese sano pique.
Llegamos al avituallamiento de la base del Moral, son cerca de las 21:00 pero todavía es de día y hay bastante gente, en el avituallamiento fuera de la carta hay café y crema de orujo. Me tomo un café y cojo algo de aire. Ya no queda nada me digo, sólo 9 kms de puerto y todo bajada.
Llevo cargando toda la ruta con un elemento que me anima en estos momentos difíciles…un altavoz que le da más vidilla todavía a la música que pongo en el móvil. Conecto el altavoz y lo pongo a tope, la gente flipa en el avituallamiento cuando oyen el Billy Jean de Michael Jackson a todo trapo. Estoy animado y me veo con fuerzas, así que empiezo a subir la primera parte del puerto adelantando a gente que me mira incrédula ante tal despliegue de medios.
Uno a uno voy animando, les digo que la música ayuda y que no queda nada. Cuando llevo unos 5 km noto un hambre increíble, me acabo de quedar sin fuerzas y encima sólo tengo un gel que me tomo rápidamente. Debería haber cogido plátanos y barritas, estoy cansado y me acabo de quedar sin gasolina. En esto aparece el 4×4 del médico al que paro para ver si tienen algo de comida, ante la negativa del copiloto una chica que iba sentada detrás dice que hay un bocadillo de chorizo y me lo da.
A cabo de ver la luz, aunque el chorizo no es mi embutido preferido, no estoy en situación de exigir nada así que me como 1/3 del bocadillo, y ahora sí con la barriga llena me monto en la 29er y sigo puerto arriba. Ya no me queda batería ni en el móvil ni en el altavoz, pero sigo pasando a la gente y les doy los ánimos que puedo.
Llego a lo alto del Moral, por fin se acabó el subir, me vengo arriba, conecto las luces e inicio el descenso, la otra cara del Moral presenta una densa niebla que me impide ver más allá de 3 metros.
Al poco de iniciar el descenso me encuentro con dos bikers, uno con una luz que iluminaba menos que un mechero y su compañero simplemente sin luces. Les digo que no se preocupen que Miguelón Rescue Biker les va a guiar hasta abajo, y así fue, descendimos bastante despacio pero seguros, y hablando de la prueba y de la vida en general…
Proseguimos la bajada hasta que nos topamos con una chica y un chico que luchaban por descender con escasa luz. Dando muestra de mi corazón paket, y recordando a Davidson en Colmenar, traté de calmar a la chica, la cual le dolían los brazos de frenar y tenía mucho frío, trato de darle conversación pero está tan cansada y harta del Infierno cántabro que prácticamente me quedo hablando sólo. Bajamos los 5 en silencio, alumbrados gracias a mi super lupichín, mientras tanto otros participantes con más ansias de llegar que otra cosa nos pasan a veces sin precaución.
Al final llegamos a la carretera iluminada y decido que ya hay suficiente visibilidad y que sigo mi camino en solitario. La bajada tan lenta me deja frío y sin fuerzas, me sigue pasando gente que van en modo relevo, yo lucho por llegar entero a meta, son las 23:15 y entro en cabezón, los chavales del pueblo ya están por fuera de los bares con las copas en la mano pero animan como el que más, llego a una zona con bastante público y suelto las manos del manillar.
Empiezo a regalar besos a diestro y siniestro y la gente me vitorea, a diez metros de la meta veo a Magellán, Jeby, JC, Eva y Eugenia, que me esperan con la cámara en la mano e inmortalizan el momento.
Entro en meta exhausto, con frío, con hambre pero con el estómago tan tocado que no puedo disfrutar de la pasta con atún, no me puedo beber ni una cerveza, simplemente estoy abatido pero con mayor satisfacción que el año pasado, no sólo por acabar la prueba cuando ni yo mismo daba un duro por mí, sino también por haber ayudado a gente sabiendo anteponer la seguridad de un grupo al descenso solitario, por haber recibido el cariño y los vítores de tanta gente, por haberle sacado una sonrisa a aquellos que no podían ni con su alma, por ser el único participante que acabó con balance positivo en calorías y por haber vuelto a la tierra que me hizo cambiar mi manera de ver las carreras y dejarme con ganas de volver el próximo año.
¿Pero creeis que esto terminó aquí? pues no. El Soplao es una aventura desde que sales de casa y hasta que llegas a ella.
No te puedes confiar, porque en cualquier momento el maratón puede volver a empezar, o simplemente a continuar, y lo que en principio iba a ser una vuelta cómoda, temprana y sin problemas, se alargó más de la cuenta.
JC y Jeby habían venido en el coche de JC, que en la parada que hicimos para comprar “delicatessen” de la tierra, cuando habíamos partido de nuestra sede para el Soplao en Haz de Anero, el coche de JC decidió no volver a arrancar, con el importante inconveniente de tener que esperar, llamar a la grúa, cargar sus bicis en mi Nissan y esperar a que el de la grúa cargara el coche y un taxi se llevara a Jeby y JC al aeropuerto de Santander, desde donde partirían definitivamente en un coche alquilado en su vuelta a Aranjuez.
Una aventura aderezada con horas de espera, reparto de equipajes y bicis, visitas a aeropuertos, carnés de conducir olvidados en el coche que se llevó la grúa, radares móviles escondidos que querían pillarnos y horas de viaje alargadas por tantos incidentes.
Aún así, estoy seguro que a ninguno se nos quitó la sonrisa de la boca, recordando nuestras azañas Cántabras.
La tarde del viernes 20 me pongo en marcha hacia Hoz de Anero, lugar de residencia de algunos Alco-pakets suicidas que han decidido embarcarse en esta aventura por segunda vez.
Entre unas cosas y otras, acabo saliendo de Madrid a las 17:30, con lo que me espera un largo camino para llegar a destino, Valladolid, Palencia y la A67. Menos mal que Eva se anima a acompañarme y me hace el trayecto más llevadero.
Llegamos al cuartel general “Quod Potui” (bautizado así por la placa externa que colgó el padre de Eugenia, mujer de Magellán) a eso de las 22:30, la hora perfecta para cenar, tertuliar y ponerme los dientes largos con las fotos de la comilona que se metieron entre pecho y espalda Magellán, Jeby, JC (Juan Carlos, compañero de Jeby del Club de Aranjuez) y Eugenia.Ceno, me ducho y me acuesto, mañana nos espera un día muy largo lleno de anécdotas.
5:45, suena el despertador y me levanto, Alfonso ya ha desayunado y está preparado…este hombre es puro nervio. Seguidamente se levantan Jeby y JC, desayunamos y nos vamos hacia Cabezón. Allí nos reunimos con el sobrino suicida de Alfonso, y digo suicida porque era su primera marcha y claro, con dos cojones para qué empezar por una de 50 km, ole por Julio!
Nos dirigimos hacia la salida y el ambiente es increíble, este año creo que éramos unos 4000. Nos colocamos prácticamente al final, sabedores de que la carrera es larga y que el tiempo y el perfil ponen a cada uno en su sitio. Tiran el chupinazo y nosotros como si nada, así hasta pasados unos 20 min. Vamos medio caminando y pasamos por el arco de meta con AC/DC de fondo, la aventura empieza ya pienso.
Jeby y JC se pierden rápido hacia la cabeza de carrera mientras Magellán, Julio y servidor vamos de risas y calentando, nosotros somos diesel y lo sabemos. Este año me da la sensación de que hay mucha más gente, lo que obliga a tener mucha precaución tanto en los llaneos como en las bajadas. En momentos nos separamos y en otros nos reagrupamos, subimos hasta el Soplao dosificando y regulando, la afluencia de gente nos obliga a poner algún que otro pie a tierra, y pasamos por el primer avituallamiento prácticamente sin bajarnos, hacemos la archiconocida parada del hijo puta.A estas alturas ya hemos perdido la referencia de Julio y proseguimos nuestro camino hacia el Monte AA después de gozarnos la bajada de cabezón sin percance alguno. Pasamos Puente Nansa y como en todos los pueblos, vamos saludando al público y diciéndole cosas a las mujeres, que es lo nuestro!(siempre con respeto ojo).
En nada nos encontramos con el primer escollo del día, los rampones de cemento del Monte AA, plato chico-piñón grande y subimos al tran tran sin poner pie a tierra mientras a un lado y al otro de la calzada la gente camina como puede con las bicis a cuestas.
Después de este primer tramo infernal continuamos el ascenso, ahora sí con una pendiente más tendida que aprovechan muchos de los que iban caminando inicialmente para adelantarnos, le comento a Magellán que este tipo de acciones me cabrean y que son injustas pero es lo que hay, cada uno juega sus bazas. Hago cumbre con una chica a la rueda, no soy un profesional y mucho menos me molesta que haya gente que vaya a gusto a mi ritmo, le digo que el mío es el ritmo bueno y comenzamos el descenso pasando por Ruente, el siguiente punto es la base del Moral donde paramos para hidratarnos y comer algún plátano.
Comentar que el tiempo acompañó durante prácticamente toda la ruta, aunque en ese momento empieza a hacer calor y le comento a Magellán que necesitamos crema protectora, que no me puedo permitir el lujo de llegar quemado a casa si no quiero llevarme una bronca de la señora.
Pregunto a la organización, a protección civil…y nadie parece haber llevado protección solar, vaya faena pienso, de repente me encuentro a tres mujeres de distinta edad y se me ocurre preguntarles, casualmente una de ellas lleva un microbote de muestra que aprovechamos como pudimos Magellán y yo. No me pregunten qué me estaba diciendo la señora porque no lo recuerdo.En cuanto al bulto de mi culotte en la foto son los guantes, que los llevaba debajo que ya les veo con pensamientos indecentes, la señora no me atraía jajajjaja. Agradecimientos a la señora, y una vez rehidratados y comidos nos encontramos a Ñako que va esperando a su cuadrilla de los Tranquilos, después de intercambiar unas palabras nos disponemos a afrontar el primero de los 3 puertos matadores, el Moral por su vertiente más larga, este puerto es de los que puede acabar con uno fácilmente pero poco a poco vamos tirando.
Cuando vamos por la mitad le digo a Alfonso que tire, que no me espere, empieza el infierno para mí. A la mitad del puerto y tras pasar una cerca para el ganado me paro en un medio llano dónde hay bastante gente estirando y descansando. Estoy bastante tocado y sé que me queda mucho por delante, pero tras los problemas físicos que me impidieron seguir entrenando haces unos dos meses, sólo tenía la intención de pasarlo bien y lo de acabar era para mí lo de menos. En esto aparece Ñako con su gente y me saluda mientras sigue ascendiendo, yo decido colocar mi móvil en el soporte del manillar y ponerme unos temazos para intentar llegar a la cima lo más animado posible.
Voy tranquilo y con el desarrollo más suave, alternando la postura sentada con el empuje de pie. De repente baja una pick up de la organización anunciando que va a pasar la cabeza de carrera y que debemos ir por nuestra derecha…no me lo puedo creer, este año me han cogido antes que el año pasado pienso, aunque da igual mi intención no es acabar si no llegar hasta dónde pueda.
De repente baja el primero con el machete en los dientes, nada más y nada menos que Antonio Gómez Gómez ex-ciclista profesional de Ucieda, me sorprendió no ver a Fran Ventoso (vencedor de la pasada edición), poco más tarde me entero de que se tuvo que retirar.
Antes de llegar a la cima nos topamos con el señor de los cencerros, persona conocida en la zona y miembro de la organización con una manera peculiar de animar: “Me cago en la puta que esto no es la castellana, que esto es el Soplao y se viene a sufrir, no haceis más que quejaros…” en esta ocasión se encontraba con un hombre que por su parecido físico yo diría que era su hermano, este si animaba de forma habitual y cuando me ve y me dice que ya no quedaba nada, yo incrédulo le sonrío y le doy una palmada en la espalda, ipso facto el hombre se da la vuelta y me empieza a empujar hacia arriba a la voz de “Venga grande pa´arriba”.Llego a lo alto del Moral, abatido y cansado de comer plátanos y barritas. Arriba hay un avituallamiento, pero es sólo de agua y para colmo se ha terminado. Nos comentan que al final de la bajada hay uno, por lo que me tranquilizo y prosigo mi camino bastante cansado y con ansias de llegar al avituallamiento. Voy bajando lo que luego hay que subir y me voy cruzando con pros y más pros, veo a uno en una Niner Air Carbon preciosa, y pienso ahí están esas ruedas grandes con la gente de cabeza.
De repente en una curva veo algo que me deja boquiabierto, y además por un buen rato, se trata de un machaca que va en una bici “Soma 29er” color granate en Single Speed, horquilla rígida y manillar de ciclocross. Además, el plato parecía bastante mayor que lo que se suele montar en SS. Doy fe de que el tío era un machaca y que hizo la ruta completa, ya que he leído en el foro de bicisclásicas que pasó a uno de los fuertes de este mismo foro en la subida de Cruz de Fuentes, simplemente sin palabras. Había visto a gente hacerlo en SS, incluso Noe lo hizo en 10h apróx., pero este tío yo creo que quedó entre los 25 primeros, me quito el sombrero.
Prosigo la bajada despacio, detrás de un grupo, casualmente liderado por la chica que estuvo a la rueda en el Monte AA, y que me pasó en la subida del Moral. Termino el descenso y enfilo el avituallamiento, pero un chico de la organización me comenta que el avituallamiento era para la gente que subía y que nosotros teníamos otro a unos 5 km, vaya putadón!. Prosigo mi camino en busca del siguiente avituallamiento por una parte asfaltada donde todo el mundo me pasa, me da lo mismo sólo tengo en mente comida, pero nada de plátanos ni barritas, necesito algo más contundente.Este tramo está lleno de familias que van a animar a sus familiares y amigos y de paso se hacen un pic-nic, por lo que me armo de valor y saco mi vena más gorrona al divisar a dos abuelos, la hija y el nieto, les pregunto medio de coña si tienen tortilla, croquetas o ensaladilla, a lo que me responden que se les han acabado porque ya sus familiares y amigos habían pasado por allí, pero que tenían queso manchego y jamón, y que si quería un bocadillo…a la respuesta de sí quiero, rápidamente me preparan un bocadillo con un queso cortado a cuña y bastante espesor, como a mí me gusta, en esto me pasa Ñako con su grupeta y atónito prosigue su camino jajaja. Tras darles mil gracias a la familia, la abuela me comenta que si quiero otro para más adelante, me río y se lo agradezco, pero no me llevé el camelbak y no me cabe, por lo que me despido de ellos y prosigo la marcha con una mano en el manillar y otra en el pedazo de bocadillo, cómo me voy a poner, pienso.
La gente me pasa y se queda flipando, envidiosos!. Justo cuando me acabo el bocadillo llego al avituallamiento de la base de Cruz de Fuentes dónde nuevamente vuelvo a coincidir con Ñako, y después de un par de naranjas, me digo…´Me voy a comer un bocadillo de jamón serrano, aunque me dé una sed tremenda´. Termino el bocadillo y con más comida de la necesaria en el estómago, me dispongo a subir el largo puerto, al poco rato noto como los isquiotibiales empiezan a hacer de las suyas y decido pararme.
Me duele un poco la cabeza y necesito descansar en condiciones por lo que apoyo la bike en un árbol, estiro un poco, me tomo un Nolotil y me tumbo cual lagarto a intentar dormir un rato (técnica empleada por mi compañero Magellán en la edición pasada y que nunca falla). Va pasando la gente, unos bromeando con que me van a robar la bici y muchos preguntando si estoy bien, agradecido voy respondiendo, y aunque no logro dormir sí que logro descansar. En este momento es cuando me encuentro con Ñako por última vez y le comento que estoy bien, que estoy haciendo la fotosíntesis para recuperarme, me da ánimos y prosigue.En esto pasan dos 4×4 de la organización y se ponen a vacilar comentando que me ponga cremita que en la playa hay que protegerse ajjajjajaja, qué cachondos me digo.
Me pasa un montón de gente pero me da igual, me propongo llegar a la cima y retirarme, que ya bastante había hecho. Pasados unos 35 minutos reanudo la marcha y me empiezo a encontrar bien, es como si lo que hubiera hecho hasta entonces no me hubiera afectado demasiado, así que al tran tran voy subiendo el puerto con el ruido de los relámpagos de fondo, arriba está lloviendo, pero yo casi que lo agradezco, al final cuatro gotas de nada que me hacen ir alternando el chubasquero con el maillot corto.
Llego a la famosa Cruz y me siento bien así que prosigo por el camino nuevo de esta edición, una pista con piedra bastante suelta que no me impide adelantar a bastante gente. Después de la bajada tocan unos km de subida por el mismo tipo de pista hasta un avituallamiento con un puesto de asistencia mecánica, al que me acerco para que me apretasen la tapa de las bielas y el portabotellas, me pongo a vacilar con los dos mecánicos y con una chica que estaba con ellos y de repente diviso en una mesa una tortilla que le quedaban ¾ partes y una barra de pan. La verdad es que me apetecía así que les digo ´Esa tortilla de aquí a mañana se va a poner mala´ a lo que me responden que si quiero un bocadillo que estoy en mi casa, así que dicho y hecho me hago un bocadillo de tortilla y enfilo el avituallamiento que está a escasos 50m y por el que previamente hay que pasar por un arco de la organización en la que hay bastante gente animando, paso meneando el bocadillo con una mano y la gente me anima.
Llego al avituallamiento y doy con el personal de protección civil para que me informen de lo que queda hasta la subida del moral, me dicen que un poco de subida y todo bajada hasta el comienzo del último puerto. De repente me percato de que el hombre de protección civil tiene un bocadillo de pan redondo de escalope de ternera…uff soy un gorrón, pienso, pero me da igual, le pido al hombre si me puede dar un pedazo y haciendo acto de su solidaridad me da un trozo que me permite saborear 2 o 3 mordiscos del rico bocadillo. He de decir que ante mi petición, otros miembros de protección civil se ofrecieron para hacerme un bocadillo entero para mí, pero yo ya no podía más jjajajja
Prosigo mi camino poniendo el desarrollo más suave al más mínimo desnivel. En esto me llama Eva y me pregunta qué tal voy, le digo que estoy recuperado y que voy a terminar, que llegaré sobre las 23:00.Cambié de opinión, me encontraba bien dentro de lo cansado y con ánimos suficientes para llegar a Cabezón. Enfilo la larga bajada que nos lleva a la base del Moral por su otra vertiente, esta bajada la hago lo más rápido posible y gritando “derecha, izquierda…” a todos aquellos que bajaban más tranquilos, la bajada pasa de pista al asfalto con unas zetas chulísimas, diviso a una víctima en el horizonte y voy a por él, después de algunos intentos le hago un interior en una acción algo temeraria teniendo en cuenta que dos curvas más abajo me encontré un coche subiendo que me podía haber comido. Vamos los dos juntos hasta abajo y nos felicitamos por lo bien que lo hemos pasado con ese sano pique.
Llegamos al avituallamiento de la base del Moral, son cerca de las 21:00 pero todavía es de día y hay bastante gente, en el avituallamiento fuera de la carta hay café y crema de orujo. Me tomo un café y cojo algo de aire. Ya no queda nada me digo, sólo 9 kms de puerto y todo bajada.
Llevo cargando toda la ruta con un elemento que me anima en estos momentos difíciles…un altavoz que le da más vidilla todavía a la música que pongo en el móvil. Conecto el altavoz y lo pongo a tope, la gente flipa en el avituallamiento cuando oyen el Billy Jean de Michael Jackson a todo trapo. Estoy animado y me veo con fuerzas, así que empiezo a subir la primera parte del puerto adelantando a gente que me mira incrédula ante tal despliegue de medios.
Uno a uno voy animando, les digo que la música ayuda y que no queda nada. Cuando llevo unos 5 km noto un hambre increíble, me acabo de quedar sin fuerzas y encima sólo tengo un gel que me tomo rápidamente. Debería haber cogido plátanos y barritas, estoy cansado y me acabo de quedar sin gasolina. En esto aparece el 4×4 del médico al que paro para ver si tienen algo de comida, ante la negativa del copiloto una chica que iba sentada detrás dice que hay un bocadillo de chorizo y me lo da.
A cabo de ver la luz, aunque el chorizo no es mi embutido preferido, no estoy en situación de exigir nada así que me como 1/3 del bocadillo, y ahora sí con la barriga llena me monto en la 29er y sigo puerto arriba. Ya no me queda batería ni en el móvil ni en el altavoz, pero sigo pasando a la gente y les doy los ánimos que puedo.
Llego a lo alto del Moral, por fin se acabó el subir, me vengo arriba, conecto las luces e inicio el descenso, la otra cara del Moral presenta una densa niebla que me impide ver más allá de 3 metros.Al poco de iniciar el descenso me encuentro con dos bikers, uno con una luz que iluminaba menos que un mechero y su compañero simplemente sin luces. Les digo que no se preocupen que Miguelón Rescue Biker les va a guiar hasta abajo, y así fue, descendimos bastante despacio pero seguros, y hablando de la prueba y de la vida en general…
Proseguimos la bajada hasta que nos topamos con una chica y un chico que luchaban por descender con escasa luz. Dando muestra de mi corazón paket, y recordando a Davidson en Colmenar, traté de calmar a la chica, la cual le dolían los brazos de frenar y tenía mucho frío, trato de darle conversación pero está tan cansada y harta del Infierno cántabro que prácticamente me quedo hablando sólo. Bajamos los 5 en silencio, alumbrados gracias a mi super lupichín, mientras tanto otros participantes con más ansias de llegar que otra cosa nos pasan a veces sin precaución.
Al final llegamos a la carretera iluminada y decido que ya hay suficiente visibilidad y que sigo mi camino en solitario. La bajada tan lenta me deja frío y sin fuerzas, me sigue pasando gente que van en modo relevo, yo lucho por llegar entero a meta, son las 23:15 y entro en cabezón, los chavales del pueblo ya están por fuera de los bares con las copas en la mano pero animan como el que más, llego a una zona con bastante público y suelto las manos del manillar.
Empiezo a regalar besos a diestro y siniestro y la gente me vitorea, a diez metros de la meta veo a Magellán, Jeby, JC, Eva y Eugenia, que me esperan con la cámara en la mano e inmortalizan el momento.Entro en meta exhausto, con frío, con hambre pero con el estómago tan tocado que no puedo disfrutar de la pasta con atún, no me puedo beber ni una cerveza, simplemente estoy abatido pero con mayor satisfacción que el año pasado, no sólo por acabar la prueba cuando ni yo mismo daba un duro por mí, sino también por haber ayudado a gente sabiendo anteponer la seguridad de un grupo al descenso solitario, por haber recibido el cariño y los vítores de tanta gente, por haberle sacado una sonrisa a aquellos que no podían ni con su alma, por ser el único participante que acabó con balance positivo en calorías y por haber vuelto a la tierra que me hizo cambiar mi manera de ver las carreras y dejarme con ganas de volver el próximo año.
¿Pero creeis que esto terminó aquí? pues no. El Soplao es una aventura desde que sales de casa y hasta que llegas a ella.
No te puedes confiar, porque en cualquier momento el maratón puede volver a empezar, o simplemente a continuar, y lo que en principio iba a ser una vuelta cómoda, temprana y sin problemas, se alargó más de la cuenta.
JC y Jeby habían venido en el coche de JC, que en la parada que hicimos para comprar “delicatessen” de la tierra, cuando habíamos partido de nuestra sede para el Soplao en Haz de Anero, el coche de JC decidió no volver a arrancar, con el importante inconveniente de tener que esperar, llamar a la grúa, cargar sus bicis en mi Nissan y esperar a que el de la grúa cargara el coche y un taxi se llevara a Jeby y JC al aeropuerto de Santander, desde donde partirían definitivamente en un coche alquilado en su vuelta a Aranjuez.Una aventura aderezada con horas de espera, reparto de equipajes y bicis, visitas a aeropuertos, carnés de conducir olvidados en el coche que se llevó la grúa, radares móviles escondidos que querían pillarnos y horas de viaje alargadas por tantos incidentes.
Aún así, estoy seguro que a ninguno se nos quitó la sonrisa de la boca, recordando nuestras azañas Cántabras.
Redactado por: Bluebullet.
