Tras unas cuantas horas de búsqueda infructuosa por internet, me he decidido a realizar la limpieza, mantenimiento y eliminación de holguras de unos pedales Crank Brothers Acid 2. Este tutorial, también podéis utilizarlo para los Egg Bitter y los Candy, que salvo algunas diferencias (unos tienen casquilos de agujas y otos no), la operativa es prácticamente la misma.
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Nocturnas por El Pardo |
Es un hábito ya establecido en AlcoSanse MTB, disfrutar de una ruta nocturna semanal por los senderos del Pardo cuando el buen tiempo empieza a acompañarnos. En el año 2011, hemos comenzado con nuestra tradición nocturna la última semana del mes de marzo, y, desde entonces, hemos realizado ya 5 "clásicas", con doblete en alguna de las semanas.
La buena temperatura, el atractivo de comenzar con la luz del sol y terminar con la de la luna y la de nuestros "lupichines", los numerosos animales que se cruzan en nuestros caminos... son sólo algunos de los atractivos que nos empujan cada semana a disfrutar de estas salidas.
ASISTENTES
Los habituales : Bluebullet, Golfer, GusTrek, JRomero, Magellan y los esporádicos: Bake, Jesusla,... ¿me dejo a alguien?
TRACK DE LA RUTA
Haz click aquí para descargar el track de la ruta.
DATOS DE LA RUTATRACK DE LA RUTA
Haz click aquí para descargar el track de la ruta.
CRÓNICA
La calle Braojos es nuestro punto de encuentro. Entre las 19.30 y las 20.00h hacemos acto de presencia, cada semana, los asistentes a nuestras ya clásicas nocturnas por el Pardo. El placer de rodar por magníficos senderos en buena compañía, un día laborable y a la luz de la luna , elimina la pereza de salir corriendo de la oficina para cambiar de "uniforme", preparar todos los trastos, cargar la montura en el coche y dirigirse a la cita.
En estas fechas en que los días son más largos, aún nos acompaña el sol cuando comenzamos. A pesar de ello, nuestros cascos y manillares ya portan las imprescindibles luces (por ahora apagadas) que algo más tarde iluminaran nuestro camino. Casi todos hemos optado por los conocidos "lupichines", luces tipo "half egg" de 900 lumens, una réplica china de las famosas y carísimas Lupine Tesla 5. Tanto Magellan como yo, llevamos un par de ellas (casco + manillar), aunque con una tienes luz suficiente.
Cuando tanto nosotros como nuestras monturas estan listas, comenzamos nuestro camino entrando en el Pardo por el acceso de la calle Braojos, que nos regala unas escaleras de subida y las primeras dos rampas de terreno roto y empinado que eliminan cualquier sensación de frío que se pueda tener. Poco más de un kilómetro que sirve de calentamiento para el resto de la "mini-ruta". Tras estos primeros repechos, nos encontramos con el primer sendero en bajada del día: un kilómetro revirado sin demasiada dificultad, excepto la que aporta el terreno arenoso de la zona, que cuando está seco, se puede poner peligroso por lo resbaladizo para ruedas de taco grande, como las que solemos llevar nosotros.
En este tipo de bajadas, Magellan suele empujarnos a que encabecemos nosotros, yo creo que para recoger nuestros restos si nos equivocamos de trazada, puesto que la velocidad a la que bajamos empieza a ser considerable. La primera bajada termina con tres saltos prefabricados, el primero de los cuales lo hemos bautizado como "Bake", en honor al biker del mismo nombre que besó suelo en su recepción, llevándose un buen golpe en las costillas. pero sin consecuencias graves.
Finalizada la bajada, el sendero se "aplana", continuando paralelo a la M-605 durante los siguientes 3,3 kilómetros. Cruzando el arroyo de la Real Quinta, el sendero entra en un bosque, convirtiéndose en un sube y baja constante, lleno de pequeños toboganes que nos hacen disfrutar como niños. A estas alturas aún solemos tener luz natural y parece un sendero diferente a cuando lo realizamos de vuelta, alumbrados por nuestros "lupichines".
Cuando llegamos al arroyo de la Nava, giramos hacia el oeste (a nuestra derecha), para comenzar un ligera subida hasta el Restaurante El Faro, donde cruzamos la M-612 y continuamos por el sendero que, paralelo a ésta, y tras el gran tobogán del mismo arroyo que minutos antes cruzamos, nos llevará hasta la casa de la portillera del Tambor. Otros 3 kilómetros, estos en subida, pero nada exigente. En este tramo suele tomar el mando Magellan, que en algunas ocasiones recuerda que se ha dejado el pollo en el horno e imprime un buen ritmo.
Tras la subida, toca el segundo sendero de bajada. Algo más de 2 kilómetros muy disfrutones por un singletrack, paralelo al arroyo del camino Viejo del Pardo a Fuencarral. Muchas curvas entre árboles y zonas de pedaleo para imprimir velocidad a nuestras monturas. Solemos encabezar Golfer o Gustrek, con JRomero y Bluebullet pegados a la rueda, y realizar este tramo a buena velocidad, con el riesgo que suponen los árboles que, algunas veces, parecen avalanzarse sobre los bikers.
Tras la bajada, que apenas nos dura 5 ó 6 minutos y que concluye en el tobogán antes citado, volvemos a remontar hasta el Tambor, en este caso por el margen norte del arroyo. Otros 2,5 kilómetros de subida suave, encajonados por la alambrada y el cauce seco del río, que nos depositan de nuevo en la casa de la portillera, junto a la M-612. Solemos subir también con buen ritmo, en fila india y salvando las raíces y los surcos que de vez en cuando encontramos.
En este punto comienzan a ser necesarias la luces, que encendemos velando por nuestra integridad física, ya que de la mental nos queda poca, jeje. Ahora dirigimos nuestras pedaladas hacia el mirador, por llano durante 1 kilómetro. Una vez allí, toca una vez más bajar, por un sendero revirado, de terreno en algunos tramos roto y muy, muy divertido. En este tramo hay una pequeña "trampa" a la que hay que estar atento si no quieres descabalgar: tras una empinada bajada, estrecha, con raíces y con un buen surco irregular, hay una curva de 90º a izquierdas, que si tomas muy abierta te "comes" un arbol talado casi imperceptible a la vista, pero no a las ruedas.
Volvemos a atravesar el tobogán del arroyo de la Nava, para regresar hacia el Faro y, posteriormente, a la M-605, donde tomamos el sendero de los toboganes, en este caso, de vuelta. Si vamos sobrados de tiempo y/o ganas, hacemos un par de senderos más: uno de subida y otro de bajada. A estas alturas, ya es noche cerrada, y la paz y el silencio nos inhundan. Entre pedaladas y charleta los kilómetros se van consumiendo, y nuestros pensamientos, planeando la cerveza de fin de ruta.
Llegando al Tejar de Somontes, dejamos el primer sendero que hicimos de bajada a nuestra izquierda, y continuamos paralelos a la carretera hasta llegar a la M-40, donde nos espera la última subida de la noche. Cruzamos sobre la autovía y nos dirigimos a bajar los primeros rampones que nos hicieron entrar en calor, hasta descender los escalones que nos llevaran hasta los coches.
La noche en el Pardo tiene algo que engancha: la temperatura, el silencio, la multitud de animales que se cruzan en tu camino (conejos, zorros, ratones... y hasta sapos!), la oscuridad, la buena compañía, las cervezas finales... ¿existe una forma mejor de pasar la tarde-noche de un día laborable? Como algunas veces hemos comentado: -¡y mientras algunos tumbados en un sofá tragando basura televisiva!- Volviendo a casa, a una hora prudente, nuestras mentes elucubran planes futuros, pero eso... ya es otra historia...
Redactado por Gustrek.
En estas fechas en que los días son más largos, aún nos acompaña el sol cuando comenzamos. A pesar de ello, nuestros cascos y manillares ya portan las imprescindibles luces (por ahora apagadas) que algo más tarde iluminaran nuestro camino. Casi todos hemos optado por los conocidos "lupichines", luces tipo "half egg" de 900 lumens, una réplica china de las famosas y carísimas Lupine Tesla 5. Tanto Magellan como yo, llevamos un par de ellas (casco + manillar), aunque con una tienes luz suficiente.
Cuando tanto nosotros como nuestras monturas estan listas, comenzamos nuestro camino entrando en el Pardo por el acceso de la calle Braojos, que nos regala unas escaleras de subida y las primeras dos rampas de terreno roto y empinado que eliminan cualquier sensación de frío que se pueda tener. Poco más de un kilómetro que sirve de calentamiento para el resto de la "mini-ruta". Tras estos primeros repechos, nos encontramos con el primer sendero en bajada del día: un kilómetro revirado sin demasiada dificultad, excepto la que aporta el terreno arenoso de la zona, que cuando está seco, se puede poner peligroso por lo resbaladizo para ruedas de taco grande, como las que solemos llevar nosotros.
En este tipo de bajadas, Magellan suele empujarnos a que encabecemos nosotros, yo creo que para recoger nuestros restos si nos equivocamos de trazada, puesto que la velocidad a la que bajamos empieza a ser considerable. La primera bajada termina con tres saltos prefabricados, el primero de los cuales lo hemos bautizado como "Bake", en honor al biker del mismo nombre que besó suelo en su recepción, llevándose un buen golpe en las costillas. pero sin consecuencias graves.
Finalizada la bajada, el sendero se "aplana", continuando paralelo a la M-605 durante los siguientes 3,3 kilómetros. Cruzando el arroyo de la Real Quinta, el sendero entra en un bosque, convirtiéndose en un sube y baja constante, lleno de pequeños toboganes que nos hacen disfrutar como niños. A estas alturas aún solemos tener luz natural y parece un sendero diferente a cuando lo realizamos de vuelta, alumbrados por nuestros "lupichines".
Cuando llegamos al arroyo de la Nava, giramos hacia el oeste (a nuestra derecha), para comenzar un ligera subida hasta el Restaurante El Faro, donde cruzamos la M-612 y continuamos por el sendero que, paralelo a ésta, y tras el gran tobogán del mismo arroyo que minutos antes cruzamos, nos llevará hasta la casa de la portillera del Tambor. Otros 3 kilómetros, estos en subida, pero nada exigente. En este tramo suele tomar el mando Magellan, que en algunas ocasiones recuerda que se ha dejado el pollo en el horno e imprime un buen ritmo.
Tras la subida, toca el segundo sendero de bajada. Algo más de 2 kilómetros muy disfrutones por un singletrack, paralelo al arroyo del camino Viejo del Pardo a Fuencarral. Muchas curvas entre árboles y zonas de pedaleo para imprimir velocidad a nuestras monturas. Solemos encabezar Golfer o Gustrek, con JRomero y Bluebullet pegados a la rueda, y realizar este tramo a buena velocidad, con el riesgo que suponen los árboles que, algunas veces, parecen avalanzarse sobre los bikers.
Tras la bajada, que apenas nos dura 5 ó 6 minutos y que concluye en el tobogán antes citado, volvemos a remontar hasta el Tambor, en este caso por el margen norte del arroyo. Otros 2,5 kilómetros de subida suave, encajonados por la alambrada y el cauce seco del río, que nos depositan de nuevo en la casa de la portillera, junto a la M-612. Solemos subir también con buen ritmo, en fila india y salvando las raíces y los surcos que de vez en cuando encontramos.
En este punto comienzan a ser necesarias la luces, que encendemos velando por nuestra integridad física, ya que de la mental nos queda poca, jeje. Ahora dirigimos nuestras pedaladas hacia el mirador, por llano durante 1 kilómetro. Una vez allí, toca una vez más bajar, por un sendero revirado, de terreno en algunos tramos roto y muy, muy divertido. En este tramo hay una pequeña "trampa" a la que hay que estar atento si no quieres descabalgar: tras una empinada bajada, estrecha, con raíces y con un buen surco irregular, hay una curva de 90º a izquierdas, que si tomas muy abierta te "comes" un arbol talado casi imperceptible a la vista, pero no a las ruedas.
Volvemos a atravesar el tobogán del arroyo de la Nava, para regresar hacia el Faro y, posteriormente, a la M-605, donde tomamos el sendero de los toboganes, en este caso, de vuelta. Si vamos sobrados de tiempo y/o ganas, hacemos un par de senderos más: uno de subida y otro de bajada. A estas alturas, ya es noche cerrada, y la paz y el silencio nos inhundan. Entre pedaladas y charleta los kilómetros se van consumiendo, y nuestros pensamientos, planeando la cerveza de fin de ruta.
Llegando al Tejar de Somontes, dejamos el primer sendero que hicimos de bajada a nuestra izquierda, y continuamos paralelos a la carretera hasta llegar a la M-40, donde nos espera la última subida de la noche. Cruzamos sobre la autovía y nos dirigimos a bajar los primeros rampones que nos hicieron entrar en calor, hasta descender los escalones que nos llevaran hasta los coches.
La noche en el Pardo tiene algo que engancha: la temperatura, el silencio, la multitud de animales que se cruzan en tu camino (conejos, zorros, ratones... y hasta sapos!), la oscuridad, la buena compañía, las cervezas finales... ¿existe una forma mejor de pasar la tarde-noche de un día laborable? Como algunas veces hemos comentado: -¡y mientras algunos tumbados en un sofá tragando basura televisiva!- Volviendo a casa, a una hora prudente, nuestras mentes elucubran planes futuros, pero eso... ya es otra historia...
Redactado por Gustrek.
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Endureando por El Escorial |
Dice el dicho que la cabra tira el monte, y no se me ocurre una frase más acertada para la vuelta al redil que vamos haciendo los alconsanseros en este comienzo de primavera. Y si encima ese monte es tan perfecto para un día de MTB, la cosa se pone muy bien para la cabra.
Esta vez visitamos una zona conocida por todos, y tras los 36 kilómetros recorridos todos sacamos en claro que estamos ante una de las rutas preferidas por el grupo, en el Top 3 seguro, ahora veréis por qué.
ASISTENTES
Nos reunimos 5 bikers : GusTrek, JRomero, Magellan, R@ulo y Trabu.
TRACK DE LA RUTA
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DATOS DE LA RUTATRACK DE LA RUTA
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Sábado 16 de abril: 35km, 1.287m de desnivel de subida acumulado, 4 horas y 30 minutos (3horas y 30 minutos dando pedales).
IMÁGENES DE LA RUTACRÓNICA
A las ocho quedamos en el sitio habitual los habitantes de Alcobendas, nuestro destino es San Lorenzo del Escorial. Salimos puntuales, y puntual nos avisa Ñako de que se raja (si llego a ser yo…XD), así que ponemos rumbo a nuestro destino charlando sobre el frío que va hacer y sobre las vacaciones de S.Santa.
Llegamos a San Lorenzo y Gustrek espera que esta vez el GPS nos ayude a llegar al punto de encuentro sin dar tres vueltas al pueblo, algo que es habitual siempre que hacemos esta ruta, pero esta vez los satélites parecen estar de nuestro lado y llegamos a la primera, empieza bien, pienso.
Magellan ya ha llegado y tiene la bici montada, los saludos de rigor, alguna coña sobre quién es el biker de la montura verde y el casco rojo y a los pocos minutos aparece JRomero, al que sólo le falta desayunar, le esperamos sin problema y salimos.
Los primeros metros pertenecen a una pista que nos llevará a los pies de las archiconocidas zetas, nos equivocamos al coger un sendero pero enseuida retomamos la pista y llegamos a las zetas. Lidera Gustrek, yo le sigo y detrás de mí va JRomero, después R@ulo y Magellan. El ritmo es bueno, me siento bien y después de eliminar el riesgo de calambres (tenía el sillín muy alto en las últimas salidas) decido tirar un poco según las sensaciones. Los pasos son técnicos en alguna curva y pongo algún pie, Gustrek aprovecha para hacer algunas fotos y poco a poco coronamos los tres, R@ulo y Magellan van con más calma, pero en 2 minutos ya están arriba.
Algunos estiramientos y un cambio de agua al canario y seguimos, lo siguiente es una subida por carretera que tiene unas rampas bastante majas, las piernas están calientes después de las zetas, pero la pendiente hace su selección habitual y el grupo se rompe un poco, Gustrek y JRomero suben en cabeza, yo en tierra de nadie y R@ulo y Magellan detrás de mí, lo bueno es que la carretera tiene un pequeño descanso que nos permite disfrutar de unas vistas muy chulas y el ambiente de niebla que tiene el día hace que el sitio tenga más encanto del habitual, me encanta este deporte.
Seguimos subiendo y ya entramos en caminos algo más rotos para llegar a la primera cima del día, Abantos, que en este caso no nos ofrece grandes vistas por las nubes que tiene la cima, demasiado frío, unas barritas y protecciones, que nos espera la primera bajada del día. Nuestro objetivo es el refugio que marca la mitad de esta primera trialera. Nos ponemos en marcha y empieza la acción, voy siguiendo a R@ulo hasta que llegamos a la pista que nos llevará a la segunda parte de la bajada, las sensaciones hoy son muy buenas, las piedras parecen colocadas en “su sitio” y disfruto mucho, hasta llegar al refugio sigo la rueda de Gustrek y consigo seguirle sin que me saque mucho terreno, ¡que divertido! Llegamos al refugio y tras investigar un poco la zona nos disponemos a atacar la segunda parte de la bajada.
Esta parte no me gusta nada, siempre voy muy atrancado pero el día estaba siendo perfecto y Magellan decidió mejorarlo, encuentra un sendero paralelo y mientras que Gustrek y JRomero bajan por el sitio habitual el resto bajamos por un sendero menos técnico y muy divertido, acabamos de arreglar la parte “mala” de la ruta (nota de Gustrek: NO estoy de acuerdo, la trialera mola, jeje), yeah!
Esperamos en la pista que nos llevará a Peñas Blancas a que lleguen JRomero y Gustrek que se han desviado y han tenido que volver sobre sus pasos para seguir la bajada correcta. Una vez que estamos todos juntos atravesamos Peñas Blancas, y por un sendero salpicado por algo de agua llegamos a la bajada que nos dejará en el embalse. Esta bajada nos encanta y tras los problemas técnicos con la puerta que tapa la entrada bajamos los sillines de nuevo y a bajaaar!
Detrás de Gustrek de nuevo y sigo cerca de él, estoy disfrutando mucho y el agua que salpica la bajada hace más disfrutona si cabe la bajada, la última parte tiene piedra suelta y claro cuando sigues a uno de los que bajan fuerte se nota, acabo la bajada con una sonrisa enorme y de repente psssssss! Mi rueda trasera no ha aguantado el ritmo y pincha. La única parada técnica del día y continuamos.
Recorremos el embalse y otra vez a subir. R@ulo y yo llevamos tiempo sin montar y el binomio con el sillín está siendo algo problemático, y con las piernas también, para que engañarnos. En cuanto llegamos a la carretera tomamos una barrita rápida y subimos con calma los dos, los tres máquinas se adelantan y nos esperan arriba, es una subida por carretera que parece que en cada curva se acaba pero que nunca lo hace, algo un poco desmoralizante si vas muy cansado, pero somos perros viejos y conocemos el truco, llegamos arriba sin más problemas y ya se nota en el ambiente que empieza la diversión, protes ON again!
Bajamos un poco de carretera, Gustrek tiene sus más y sus menos con un conductor algo torpe con los retrovisores y al final consigue adelantarle y enseñarle como se pasa por encima de los baches ;) Llegamos a la entrada de la ultima trialera del día, Los Vascos. Cómo locos nos lanzamos, es una bajada muy disfrutona, técnicamente no es demasiado complicada pero tiene pasos picantes, sigo a Gustrek y vamos disfrutando como enanos, los golpes de las piedras no nos hacen levantar el ritmo hasta que llegamos a algún paso realmente complicado.
En una de las paradas veo que nos sigue Magellan pero no veo a R@ulo ni a JRomero, en cuanto llegamos al descanso nos enteramos de que R@ulo ha pillado, aterrizando con la cara, se estaba pensando un casco con mentonera y esto le convence definitivamente, pero los daños no han sido graves y seguimos, esta segunda parte de bajada es igual de divertida, seguimos con los CLONK habituales que las piedras nos regalan y la adrenalina sube como la espuma, llegamos al paso del árbol con las manos agotadas y los frenos calentitos jeje R@ulo le tira al paso y queda inmortalizado por la cámara de Gustrek.
Ya no queda nada y con una gran sonrisa, nos lo hemos pasado realmente bien, decidimos parar en la terracita del restaurante cercano a los coches y tomarnos algo. Protes OFF, algún estiramiento y a disfrutar del merecido descanso hablando de lo que nos gusta la ruta, y hablando de que otras están a la altura. Sólo nos queda pagar, recoger las bicis y despedirnos. Puede que las otras rutas comentadas con la cerveza en la mano sean nuestros próximos destinos, pero eso... ya es otra historia…
Redactado por Trabu.
Fotos: R@ulo y Gustrek.
Llegamos a San Lorenzo y Gustrek espera que esta vez el GPS nos ayude a llegar al punto de encuentro sin dar tres vueltas al pueblo, algo que es habitual siempre que hacemos esta ruta, pero esta vez los satélites parecen estar de nuestro lado y llegamos a la primera, empieza bien, pienso.
Magellan ya ha llegado y tiene la bici montada, los saludos de rigor, alguna coña sobre quién es el biker de la montura verde y el casco rojo y a los pocos minutos aparece JRomero, al que sólo le falta desayunar, le esperamos sin problema y salimos.
Los primeros metros pertenecen a una pista que nos llevará a los pies de las archiconocidas zetas, nos equivocamos al coger un sendero pero enseuida retomamos la pista y llegamos a las zetas. Lidera Gustrek, yo le sigo y detrás de mí va JRomero, después R@ulo y Magellan. El ritmo es bueno, me siento bien y después de eliminar el riesgo de calambres (tenía el sillín muy alto en las últimas salidas) decido tirar un poco según las sensaciones. Los pasos son técnicos en alguna curva y pongo algún pie, Gustrek aprovecha para hacer algunas fotos y poco a poco coronamos los tres, R@ulo y Magellan van con más calma, pero en 2 minutos ya están arriba.
Algunos estiramientos y un cambio de agua al canario y seguimos, lo siguiente es una subida por carretera que tiene unas rampas bastante majas, las piernas están calientes después de las zetas, pero la pendiente hace su selección habitual y el grupo se rompe un poco, Gustrek y JRomero suben en cabeza, yo en tierra de nadie y R@ulo y Magellan detrás de mí, lo bueno es que la carretera tiene un pequeño descanso que nos permite disfrutar de unas vistas muy chulas y el ambiente de niebla que tiene el día hace que el sitio tenga más encanto del habitual, me encanta este deporte.
Seguimos subiendo y ya entramos en caminos algo más rotos para llegar a la primera cima del día, Abantos, que en este caso no nos ofrece grandes vistas por las nubes que tiene la cima, demasiado frío, unas barritas y protecciones, que nos espera la primera bajada del día. Nuestro objetivo es el refugio que marca la mitad de esta primera trialera. Nos ponemos en marcha y empieza la acción, voy siguiendo a R@ulo hasta que llegamos a la pista que nos llevará a la segunda parte de la bajada, las sensaciones hoy son muy buenas, las piedras parecen colocadas en “su sitio” y disfruto mucho, hasta llegar al refugio sigo la rueda de Gustrek y consigo seguirle sin que me saque mucho terreno, ¡que divertido! Llegamos al refugio y tras investigar un poco la zona nos disponemos a atacar la segunda parte de la bajada.
Esta parte no me gusta nada, siempre voy muy atrancado pero el día estaba siendo perfecto y Magellan decidió mejorarlo, encuentra un sendero paralelo y mientras que Gustrek y JRomero bajan por el sitio habitual el resto bajamos por un sendero menos técnico y muy divertido, acabamos de arreglar la parte “mala” de la ruta (nota de Gustrek: NO estoy de acuerdo, la trialera mola, jeje), yeah!
Esperamos en la pista que nos llevará a Peñas Blancas a que lleguen JRomero y Gustrek que se han desviado y han tenido que volver sobre sus pasos para seguir la bajada correcta. Una vez que estamos todos juntos atravesamos Peñas Blancas, y por un sendero salpicado por algo de agua llegamos a la bajada que nos dejará en el embalse. Esta bajada nos encanta y tras los problemas técnicos con la puerta que tapa la entrada bajamos los sillines de nuevo y a bajaaar!
Detrás de Gustrek de nuevo y sigo cerca de él, estoy disfrutando mucho y el agua que salpica la bajada hace más disfrutona si cabe la bajada, la última parte tiene piedra suelta y claro cuando sigues a uno de los que bajan fuerte se nota, acabo la bajada con una sonrisa enorme y de repente psssssss! Mi rueda trasera no ha aguantado el ritmo y pincha. La única parada técnica del día y continuamos.
Recorremos el embalse y otra vez a subir. R@ulo y yo llevamos tiempo sin montar y el binomio con el sillín está siendo algo problemático, y con las piernas también, para que engañarnos. En cuanto llegamos a la carretera tomamos una barrita rápida y subimos con calma los dos, los tres máquinas se adelantan y nos esperan arriba, es una subida por carretera que parece que en cada curva se acaba pero que nunca lo hace, algo un poco desmoralizante si vas muy cansado, pero somos perros viejos y conocemos el truco, llegamos arriba sin más problemas y ya se nota en el ambiente que empieza la diversión, protes ON again!
Bajamos un poco de carretera, Gustrek tiene sus más y sus menos con un conductor algo torpe con los retrovisores y al final consigue adelantarle y enseñarle como se pasa por encima de los baches ;) Llegamos a la entrada de la ultima trialera del día, Los Vascos. Cómo locos nos lanzamos, es una bajada muy disfrutona, técnicamente no es demasiado complicada pero tiene pasos picantes, sigo a Gustrek y vamos disfrutando como enanos, los golpes de las piedras no nos hacen levantar el ritmo hasta que llegamos a algún paso realmente complicado.
En una de las paradas veo que nos sigue Magellan pero no veo a R@ulo ni a JRomero, en cuanto llegamos al descanso nos enteramos de que R@ulo ha pillado, aterrizando con la cara, se estaba pensando un casco con mentonera y esto le convence definitivamente, pero los daños no han sido graves y seguimos, esta segunda parte de bajada es igual de divertida, seguimos con los CLONK habituales que las piedras nos regalan y la adrenalina sube como la espuma, llegamos al paso del árbol con las manos agotadas y los frenos calentitos jeje R@ulo le tira al paso y queda inmortalizado por la cámara de Gustrek.
Ya no queda nada y con una gran sonrisa, nos lo hemos pasado realmente bien, decidimos parar en la terracita del restaurante cercano a los coches y tomarnos algo. Protes OFF, algún estiramiento y a disfrutar del merecido descanso hablando de lo que nos gusta la ruta, y hablando de que otras están a la altura. Sólo nos queda pagar, recoger las bicis y despedirnos. Puede que las otras rutas comentadas con la cerveza en la mano sean nuestros próximos destinos, pero eso... ya es otra historia…
Redactado por Trabu.
Fotos: R@ulo y Gustrek.
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Moralzarzal, hoy, sin nieve |
Lo cierto es que éste ha sido un invierno raro en nuestro grupo:
Unos preparándonos las largas marchas que tienen lugar bien entrada ya la primavera, con entrenamientos seguidos de forma más o menos estricta por unos y otros, pero que en cualquier caso aconsejaban la práctica en solitario durante un tiempo (¿onanismo ciclista, tal vez? Jajaja). O, ya más avanzada la temporada, planteándonos unas etapas, más maratonianas y pisteras, que se alejaban en cierta manera del espíritu del grupo. Otros, con cargas laborales, conyugales y/o “fiesteras” que han cercenado en parte sus bono-bicis. También nos acordamos de algún componente con problemas físicos.
Y no pocos, todo sea dicho, con cierta pereza a la hora de salir a pedalear en las duras condiciones que nos brinda en esta época del año nuestra amada sierra madrileña: barro, nieve, agua, frío, etc. El caso es que reunir un grupo de más de 5 ha sido tarea ardua. Por ello, ahora que (esperemos que continúe) viene el buen tiempo, comienzan a volver al redil parte de los componentes “desaparecidos”. Bienvenidos, amigos.
Nos reunimos 5 bikers : Golfer, Gustrek, Magellan, Ñako y R@ulo.
TRACK DE LA RUTA
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DATOS DE LA RUTATRACK DE LA RUTA
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Sábado 9 de abril: 37,5km, 981m de desnivel de subida acumulado, 4 horas y 15 minutos (3 horas y 10 minutos dando pedales).
IMÁGENES
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CRÓNICA
El sábado día 9 de abril habíamos quedado en la plaza de toros de Moralzarzal, siguiendo las indicaciones de Gustrek, al cual yo creo que ya no le quedaban uñas que morderse esperando una ruta “pedrolera” como Dios manda (la semana anterior habíamos estado en Hoyo, que conste).
Allí acudimos, fieles a nuestra cita: Magellán, Ñako, Gustrek, R@ulo y un servidor.
Tras los primeros saludos (a Raúl hacía varios meses que no le veía), nos ponemos en marcha y…¡cómo no, comenzamos subiendo! El Telégrafo, más concretamente.
Es una subida que ya hemos hecho antes: no muy larga y no muy empinada, perfecta para ir “desentumeciendo” los músculos. Ñako y yo nos marcamos desde el principio un ritmo algo más elevado que el resto del grupo. En mi caso, porque ya me queda poquito para los Peregrinos y quiero ir probándome.
Al principio de la subida coincidimos con un par de bikers que nos preguntan si esa es “la subida que sube al Telégrafo”. Buena respuesta de Ñako que dice que, “evidentemente, sí, es una subida que sube”…y en este caso hacia el Telégrafo. Seguimos subiendo a nuestro ritmo y de vez en cuando lo bajamos para ver cómo vienen los de detrás.
Así, entre subes y esperas, nos plantamos en la recta que nos deja en el comienzo de la trialera del somier (¡qué original el que le puso el nombre, verás cuando alguien quite ese objeto de ahí!). Unos instantes después nos da alcance uno de los bikers que nos habíamos cruzado abajo, el cual sigue hacia “la cumbre”. Justo detrás de él viene Gustrek, que ha comenzado la subida con Raúlo y Magellán pero parece ser que la pastilla no le hizo efecto más que unos metros y enseguida siguió su instinto de machacar las bielas en cada pedalada…
Allí mismo comenzamos con la tediosa labor de colocarnos las protecciones; en mi caso se me hace imposible pedalear cuesta arriba con las de las piernas y con el “apósito mandibular” del casco. Es cierto que las POC son comodísimas y muy flexibles, pero me cargan las piernas, imagino que porque éstas no son muy finas que digamos y me aprietan los ajustes. Y con el desmontable del casco, me ahogo cuando aumenta la demanda de oxígeno: seguramente es sólo una sensación, pero no me acostumbro. Así que a montar-desmontar tocan.
Y comienza la diversión: es la del somier una trialera picantona, no muy técnica (sólo un par de pasos con cierta dificultad, nada del otro mundo), con mucha piedra suelta…y muy rápida.
Llego abajo con los frenos echando humo, he bajado rapidito pero con precaución (el terreno empieza a estar muy seco y la tierra ya no agarra como hace unas semanas). Detrás de mí llegan Gustrek (el cual cada vez va sintiéndose más compenetrado con su Enduro, se le nota en cómo baja) y Ñako (el cual, además de subir como un tiro, también baja ya muy seriamente).
Un ratillo después llegan Raúlo y Magellán, el cual parece ser que ha pillado muy levemente en un paso…y R@ulo, aunque se dio cuenta (¿tiene un radar el tío?) no tuvo tiempo de filmarlo en vídeo. Lástima, porque Alfonso se cae y se levanta con un arte que p’a qué…
Una vez despojados de nuestras protecciones continuamos nuestro camino, cruzando Navacerrada y a la búsqueda de nuestra siguiente trialera. Gustrek, que hace las veces de guía apoyado por su GPS y con el cual parece haber discutido hoy (donde esté nuestro gran GPS humano…), nos dirige en una desenfrenada bajada por una pista bastante rota, pero pista al fin y al cabo.
Yo voy siguiéndole a una distancia prudencial y en un momento dado pasa él y sale un perro de un matorral a unos 10m delante de mí: voy a toda pastilla y, evidentemente, no me da tiempo a pensar y mucho menos a detener la bici…afortunadamente el chucho sigue su camino y no colisionamos por pocos metros. Bufff, no quiero pensar qué habría pasado en caso de atropello.
Lo mejor de todo es que, cuando llegamos abajo, Agustín mira perplejo a su GPS (¿le ha engañado? jajajaja) y nos anuncia lo que ya nos imaginábamos: “pues no era por aquí”. Nada, a subir lo bajado, que para eso están las piernas, jejeje.
Tras un tramo que todos convenimos que es la parte “descartable” de la ruta (el rodeo del embalse de Navacerrada), nos plantamos en la subida que nos dejará en el comienzo de las dos siguientes trialeras del día: sí, primero bajaríamos una, volveríamos a hacer la subida y a por la segunda (el comienzo es común). Pero no adelantemos acontecimientos. Aprovechamos para volvernos a colocar las protecciones y bajar los sillines.
La primera trialera es muy interesante, con algún paso técnico (especialmente una curva a derechas con gran pendiente y alguna “piedrecilla” en medio), y no muy larga, aunque sí lo suficiente para disfrutar y poner a prueba suspensiones y frenos. Bajo el primero y a buen ritmo, seguido de nuevo por Gustrek y Ñako (no sé si en este orden), R@ulo y Magellán.
Finalmente llegamos a una pista y en esta ocasión nos dejamos las protes puestas, ya que sólo tenemos que bordear la montaña para volvernos a ubicar en el inicio de la subida antes mencionada.
No querría dejar de mencionar otra disputa que se trajeron Gustrek y su GPS, que nos metió por la parte interior de una valla ante el cachondeo (imaginamos) de la señora que gentilmente nos abrió la puerta para minutos después vernos volver a cruzarla en sentido inverso. Gajes del oficio.
La segunda trialera comienza subiendo (¡qué cruz, Señor!). Y es que una vez que tienes el sillín abajo, eso de tener que pedalear hacia arriba… Una tija-pija es lo próximo que (si finalmente la Genius se queda conmigo, lo cual es casi seguro) tengo que agenciarme.
Pero es lo de siempre: todo lo que sube baja, así que si subir más significa que la bajada será más larga, bienvenida sea aquélla. Y así fue, la segunda trialera es más disfrutona que la primera: más larga, más rápida y menos técnica. Tiene un primer tramo con bastante pendiente, muy revirado; aquí bajo de nuevo el primero, paro en un desvío y espero al resto. Gustrek, que viene detrás y con el GPS (aunque para fiarse, pienso yo, jajajaja) dice que es por el sitio contrario al que estaba yo (para variar) y tira él primero en este tramo final que, entre pinos, se hace a toda velocidad y es divertidísimo…
Pero todo lo bueno acaba rápido y en unos minutos nos encontramos en la misma pista de antes, ya con el claro objetivo en nuestras mentes de buscar la siguiente y última trialera del día.
Saliendo de un tramo de carretera (creo que entre Moralzarzal y Navacerrada) Magellán se da cuenta…¡de que le falta un pedal! Este ¿hombre? es único…¿cuánto tiempo llevaría sin él? Parece ser que poco, ya que vuelve sobre sus pasos unos metros y allí está su Crankbrothers.
Ya he dicho hasta la saciedad que no me gustan nada estos pedales, ya sé que en este grupo hay defensores, pero por tacto y por durabilidad prefiero mis Shimano (no se admiten discusiones, jajajaja)
Total, que el pedal está roto y Magellán decide volver a Moralzarzal por carretera (debemos estar relativamente cerca); nosotros seguimos nuestro camino, dando un rodeo para bajar la trialera de la cual Gustrek nos había hablado tan bien.
Y lo cierto es que es completamente distinta a las 3 anteriores: más ancha, con mucha roca fija, exigiendo por tanto lo máximo a nuestras sufridas suspensiones. Una vez más bajo detrás de Gustrek, dejándole como siempre una distancia de seguridad y observando lo que comentaba al principio: que va confiando cada vez más en su Spec. y baja cada vez más rápido.
Una vez en Alpedrete sólo nos queda ya la trialera de subida, con un paso imposible, pero bastante disfrutona también. Lo cierto es que vista desde abajo impresiona pensar en bajarla, pero es lo mismo de siempre, cuando se ven desde arriba la perspectiva es otra, como más positiva…vamos, que la bajaríamos sin problemas, jejeje.
Llegamos a Moralzarzal con tiempo para pegarnos una opcional como hacía tiempo. Magellán estaba lavando su Cannondale y aparece en unos minutos, uniéndose a la fiesta.
Aprovechamos para hacer planes de cara a la semanas próximas, los cuales no podré disfrutar por estar por tierras valencianas de vacaciones, con mi Genius eso sí.
Redactada por Golfer.
Fotos: R@ulo.
Allí acudimos, fieles a nuestra cita: Magellán, Ñako, Gustrek, R@ulo y un servidor.
Tras los primeros saludos (a Raúl hacía varios meses que no le veía), nos ponemos en marcha y…¡cómo no, comenzamos subiendo! El Telégrafo, más concretamente.
Es una subida que ya hemos hecho antes: no muy larga y no muy empinada, perfecta para ir “desentumeciendo” los músculos. Ñako y yo nos marcamos desde el principio un ritmo algo más elevado que el resto del grupo. En mi caso, porque ya me queda poquito para los Peregrinos y quiero ir probándome.
Al principio de la subida coincidimos con un par de bikers que nos preguntan si esa es “la subida que sube al Telégrafo”. Buena respuesta de Ñako que dice que, “evidentemente, sí, es una subida que sube”…y en este caso hacia el Telégrafo. Seguimos subiendo a nuestro ritmo y de vez en cuando lo bajamos para ver cómo vienen los de detrás.
Así, entre subes y esperas, nos plantamos en la recta que nos deja en el comienzo de la trialera del somier (¡qué original el que le puso el nombre, verás cuando alguien quite ese objeto de ahí!). Unos instantes después nos da alcance uno de los bikers que nos habíamos cruzado abajo, el cual sigue hacia “la cumbre”. Justo detrás de él viene Gustrek, que ha comenzado la subida con Raúlo y Magellán pero parece ser que la pastilla no le hizo efecto más que unos metros y enseguida siguió su instinto de machacar las bielas en cada pedalada…
Allí mismo comenzamos con la tediosa labor de colocarnos las protecciones; en mi caso se me hace imposible pedalear cuesta arriba con las de las piernas y con el “apósito mandibular” del casco. Es cierto que las POC son comodísimas y muy flexibles, pero me cargan las piernas, imagino que porque éstas no son muy finas que digamos y me aprietan los ajustes. Y con el desmontable del casco, me ahogo cuando aumenta la demanda de oxígeno: seguramente es sólo una sensación, pero no me acostumbro. Así que a montar-desmontar tocan.
Y comienza la diversión: es la del somier una trialera picantona, no muy técnica (sólo un par de pasos con cierta dificultad, nada del otro mundo), con mucha piedra suelta…y muy rápida.
Llego abajo con los frenos echando humo, he bajado rapidito pero con precaución (el terreno empieza a estar muy seco y la tierra ya no agarra como hace unas semanas). Detrás de mí llegan Gustrek (el cual cada vez va sintiéndose más compenetrado con su Enduro, se le nota en cómo baja) y Ñako (el cual, además de subir como un tiro, también baja ya muy seriamente).
Un ratillo después llegan Raúlo y Magellán, el cual parece ser que ha pillado muy levemente en un paso…y R@ulo, aunque se dio cuenta (¿tiene un radar el tío?) no tuvo tiempo de filmarlo en vídeo. Lástima, porque Alfonso se cae y se levanta con un arte que p’a qué…
Una vez despojados de nuestras protecciones continuamos nuestro camino, cruzando Navacerrada y a la búsqueda de nuestra siguiente trialera. Gustrek, que hace las veces de guía apoyado por su GPS y con el cual parece haber discutido hoy (donde esté nuestro gran GPS humano…), nos dirige en una desenfrenada bajada por una pista bastante rota, pero pista al fin y al cabo.
Yo voy siguiéndole a una distancia prudencial y en un momento dado pasa él y sale un perro de un matorral a unos 10m delante de mí: voy a toda pastilla y, evidentemente, no me da tiempo a pensar y mucho menos a detener la bici…afortunadamente el chucho sigue su camino y no colisionamos por pocos metros. Bufff, no quiero pensar qué habría pasado en caso de atropello.
Lo mejor de todo es que, cuando llegamos abajo, Agustín mira perplejo a su GPS (¿le ha engañado? jajajaja) y nos anuncia lo que ya nos imaginábamos: “pues no era por aquí”. Nada, a subir lo bajado, que para eso están las piernas, jejeje.
Tras un tramo que todos convenimos que es la parte “descartable” de la ruta (el rodeo del embalse de Navacerrada), nos plantamos en la subida que nos dejará en el comienzo de las dos siguientes trialeras del día: sí, primero bajaríamos una, volveríamos a hacer la subida y a por la segunda (el comienzo es común). Pero no adelantemos acontecimientos. Aprovechamos para volvernos a colocar las protecciones y bajar los sillines.
La primera trialera es muy interesante, con algún paso técnico (especialmente una curva a derechas con gran pendiente y alguna “piedrecilla” en medio), y no muy larga, aunque sí lo suficiente para disfrutar y poner a prueba suspensiones y frenos. Bajo el primero y a buen ritmo, seguido de nuevo por Gustrek y Ñako (no sé si en este orden), R@ulo y Magellán.
Finalmente llegamos a una pista y en esta ocasión nos dejamos las protes puestas, ya que sólo tenemos que bordear la montaña para volvernos a ubicar en el inicio de la subida antes mencionada.
No querría dejar de mencionar otra disputa que se trajeron Gustrek y su GPS, que nos metió por la parte interior de una valla ante el cachondeo (imaginamos) de la señora que gentilmente nos abrió la puerta para minutos después vernos volver a cruzarla en sentido inverso. Gajes del oficio.
La segunda trialera comienza subiendo (¡qué cruz, Señor!). Y es que una vez que tienes el sillín abajo, eso de tener que pedalear hacia arriba… Una tija-pija es lo próximo que (si finalmente la Genius se queda conmigo, lo cual es casi seguro) tengo que agenciarme.
Pero es lo de siempre: todo lo que sube baja, así que si subir más significa que la bajada será más larga, bienvenida sea aquélla. Y así fue, la segunda trialera es más disfrutona que la primera: más larga, más rápida y menos técnica. Tiene un primer tramo con bastante pendiente, muy revirado; aquí bajo de nuevo el primero, paro en un desvío y espero al resto. Gustrek, que viene detrás y con el GPS (aunque para fiarse, pienso yo, jajajaja) dice que es por el sitio contrario al que estaba yo (para variar) y tira él primero en este tramo final que, entre pinos, se hace a toda velocidad y es divertidísimo…
Pero todo lo bueno acaba rápido y en unos minutos nos encontramos en la misma pista de antes, ya con el claro objetivo en nuestras mentes de buscar la siguiente y última trialera del día.
Saliendo de un tramo de carretera (creo que entre Moralzarzal y Navacerrada) Magellán se da cuenta…¡de que le falta un pedal! Este ¿hombre? es único…¿cuánto tiempo llevaría sin él? Parece ser que poco, ya que vuelve sobre sus pasos unos metros y allí está su Crankbrothers.
Ya he dicho hasta la saciedad que no me gustan nada estos pedales, ya sé que en este grupo hay defensores, pero por tacto y por durabilidad prefiero mis Shimano (no se admiten discusiones, jajajaja)
Total, que el pedal está roto y Magellán decide volver a Moralzarzal por carretera (debemos estar relativamente cerca); nosotros seguimos nuestro camino, dando un rodeo para bajar la trialera de la cual Gustrek nos había hablado tan bien.
Y lo cierto es que es completamente distinta a las 3 anteriores: más ancha, con mucha roca fija, exigiendo por tanto lo máximo a nuestras sufridas suspensiones. Una vez más bajo detrás de Gustrek, dejándole como siempre una distancia de seguridad y observando lo que comentaba al principio: que va confiando cada vez más en su Spec. y baja cada vez más rápido.
Una vez en Alpedrete sólo nos queda ya la trialera de subida, con un paso imposible, pero bastante disfrutona también. Lo cierto es que vista desde abajo impresiona pensar en bajarla, pero es lo mismo de siempre, cuando se ven desde arriba la perspectiva es otra, como más positiva…vamos, que la bajaríamos sin problemas, jejeje.
Llegamos a Moralzarzal con tiempo para pegarnos una opcional como hacía tiempo. Magellán estaba lavando su Cannondale y aparece en unos minutos, uniéndose a la fiesta.
Aprovechamos para hacer planes de cara a la semanas próximas, los cuales no podré disfrutar por estar por tierras valencianas de vacaciones, con mi Genius eso sí.
Redactada por Golfer.
Fotos: R@ulo.
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Investigando por Hoyo |
El sábado 2 de abril, tocaba investigar una parte de Hoyo de Manzanares que desconocía, siempre había rodado por la misma zona, y si algo me ha enseñado la vida, es que hay que ampliar siempre las vistas que tenemos.
La intención era buscar piedras y más piedras, así que le envié un correo para contarle mis intenciones a Mr. Piedras Gustrek. No tardó en contestar, añadiendo a la quedada a Mr. Piedras 2 Golfer, y Mr. Piedras 3 Ñako. Más tarde, y vía correo electrónico, también se apuntó a la quedada Senderos de Traición, que, como yo, tenía mono de piedras después de tanta pretemporada sobre pista.
ASISTENTES
Nos reunimos 3 bikers : Davidson, Golfer y Gustrek.
TRACK DE LA RUTA
Haz click aquí para descargar el track de la ruta.
DATOS DE LA RUTATRACK DE LA RUTA
Haz click aquí para descargar el track de la ruta.
Sábado 2 de abril: 36km, 1054m de desnivel de subida acumulado, 3 horas y 45 minutos (2 horas y 55 minutos dando pedales).
CRÓNICA
A las 9:00 quedamos en el aparcamiento junto a la iglesia de Hoyo de Manzanares, finalmente tres valientes, Gustrek, Golfer, y servidor escribiente Davidson. Ñako fue baja de última hora, y Senderos tuvo la mala suerte de tener un percance con el coche cuando se dirigía al lugar acordado.
Hacía mucho que no había una quedada AlcoPaketera, y los precedentes eran buenos, así que todo hacía presagiar una gran mañana de MTB.
Atravesando algunas calles de Hoyo, nos dirigimos a la parte sur, que hasta el sábado era desconocida para los tres. Tras una primera bajada rápida por pista, tenemos que hacer la primera parada, Golfer empieza su particular calvario con el cambio, no lo tiene nada fino e intenta ajustarlo para que no le de problemas.
Nos adentramos en el primer sendero del día, rápido y divertido, con un par de pasos complicados, no técnicamente, si no más bien por encontrarnos un par de curvas ciegas bien cerraditas, que eso si, hacen el sendero aún más divertido de lo que es.
Una vez terminado el sendero, empezamos a subir por le tramo menos divertido del día, unos cuentos kilómetros de pista en los que sentía que me pitaban los oidos, y es que el guía era yo, y estaba llevando a Mr. Pedrolo 1 y 2 por pistas sin complicación… jeje, es lo que tiene la aventura. Pero por suerte, no duró mucho, e intercalamos algún tramo de subida pedrolera, en la que Golfer, por cierto, tuvo que volver a parar a hacerle remiendos a su cambio, que seguía dando problemas.
Una vez llegamos a la depuradora de Hoyo, enfilamos un precioso sendero de subida, con partes muy muy picantes, donde por fin, y a pesar de ser subida, disfrutamos de los pasos estrechos y complicados, pero eso si, llegar arriba, tenía su recompensa, nos desviamos en busca de un sendero de bajada, que nos llevaría de nuevo a la depuradora de Hoyo.
Menuda trialera guapa encontramos, pero complicada complicada, el no conocerla, hizo que los tres pilláramos parcelita, aunque el peor parado fue Gustrek, que llevaba las protecciones cuidando las barritas en la mochila, y su caída le provocó unos cuantos rozones en la pierna izquierda. Golfer y yo salimos por encima de la bici sin más consecuencias, en mi caso que un par de moratones en la rodilla, y en el de Golfer un susto “que pa que”, se encontró de bruces con un cortadito de los buenos que solventó al más puro estilo Isinbayeba.
Una vez abajo, tiro de botiquín y limpiamos y desinfectamos las heridas de Gustrek mientras Conrado se dedica, adivinad a que, si, a intentar ajustar el cambio, jajaja. Tras las barritas, curas y ajustes, seguimos de nuevo en dirección de la depuradora por un divertido sendero en continuo sube y baja que de nuevo nos lleva al sendero de subida que habíamos hecho anteriormente.
Cruzamos la carretera de Torrelodones a Hoyo para de nuevo divertirnos por un sendero de subida, en ocasiones complicado por las duras rampas y tramos con barro, pero que todos conseguimos solventar sin problemas, eso si, los tres tenemos la sensación de habernos pasado la mañana subiendo, es un no parar…
Llegamos a la Berzosa, a partir de aquí el recorrido ya nos es familiar. Comenzamos con el sendero de bajada que no llevará hasta el río, que en esta ocasión cruzamos con el agua hasta las rodillas, para después comenzar la pista de subida más larga del día. Como siempre reagrupamos en el pino de mitad de subida, donde comemos otra barrita, y decidimos no subir hoy la mirador, había mucha agua, y las roderas de las motos estaría intransitables. Eso si, bajamos hasta la cascada por la losa de piedra, donde nos hacemos la foto de rigor.
Volvemos sobre nuestros pasos, esta vez subimos la losa, y vamos en busca de otro de los senderos divertidos que tanto nos gustan. En esta parte Gustrek y Golfer van como locos, menos mal que va un Paket para ponerle cordura a las bajadas, jeje. Volvemos a cruzar el río, y enfilamos la subida hasta la parte norte de Hoyo para hacer el camino del cementerio de bajada, o subida, según se mire. En este punto Golfer ya va refunfuñando y sin plato pequeño, su cambio tiene vida propia, jajaja.
Seguimos rodeando el pueblo, donde nos encontramos con el monitor y tres alumnos de doce años de la Escuela de MTB de Hoyo, a los que vemos bajar por una pequeña trialera mejor que muchos bikers experimentados con los que nos hemos cruzado.
Esta última parte la hacemos a toda velocidad, el olor a cerveza nos motiva, y nada más entrar en el pueblo, nos dirigimos a una terracita donde damos buena cuenta de unas jarras de cerveza y como siempre, comentamos la jugada, no ha estado mal, han sido 36 kms, pero seguimos con la sensación de habernos pasado la mañana subiendo, y es que los kilómetros en Hoyo son otro mundo.
AUPA PAKETS
Redactado por Davidson.
Hacía mucho que no había una quedada AlcoPaketera, y los precedentes eran buenos, así que todo hacía presagiar una gran mañana de MTB.
Atravesando algunas calles de Hoyo, nos dirigimos a la parte sur, que hasta el sábado era desconocida para los tres. Tras una primera bajada rápida por pista, tenemos que hacer la primera parada, Golfer empieza su particular calvario con el cambio, no lo tiene nada fino e intenta ajustarlo para que no le de problemas.
Nos adentramos en el primer sendero del día, rápido y divertido, con un par de pasos complicados, no técnicamente, si no más bien por encontrarnos un par de curvas ciegas bien cerraditas, que eso si, hacen el sendero aún más divertido de lo que es.
Una vez terminado el sendero, empezamos a subir por le tramo menos divertido del día, unos cuentos kilómetros de pista en los que sentía que me pitaban los oidos, y es que el guía era yo, y estaba llevando a Mr. Pedrolo 1 y 2 por pistas sin complicación… jeje, es lo que tiene la aventura. Pero por suerte, no duró mucho, e intercalamos algún tramo de subida pedrolera, en la que Golfer, por cierto, tuvo que volver a parar a hacerle remiendos a su cambio, que seguía dando problemas.
Una vez llegamos a la depuradora de Hoyo, enfilamos un precioso sendero de subida, con partes muy muy picantes, donde por fin, y a pesar de ser subida, disfrutamos de los pasos estrechos y complicados, pero eso si, llegar arriba, tenía su recompensa, nos desviamos en busca de un sendero de bajada, que nos llevaría de nuevo a la depuradora de Hoyo.
Menuda trialera guapa encontramos, pero complicada complicada, el no conocerla, hizo que los tres pilláramos parcelita, aunque el peor parado fue Gustrek, que llevaba las protecciones cuidando las barritas en la mochila, y su caída le provocó unos cuantos rozones en la pierna izquierda. Golfer y yo salimos por encima de la bici sin más consecuencias, en mi caso que un par de moratones en la rodilla, y en el de Golfer un susto “que pa que”, se encontró de bruces con un cortadito de los buenos que solventó al más puro estilo Isinbayeba.
Una vez abajo, tiro de botiquín y limpiamos y desinfectamos las heridas de Gustrek mientras Conrado se dedica, adivinad a que, si, a intentar ajustar el cambio, jajaja. Tras las barritas, curas y ajustes, seguimos de nuevo en dirección de la depuradora por un divertido sendero en continuo sube y baja que de nuevo nos lleva al sendero de subida que habíamos hecho anteriormente.
Cruzamos la carretera de Torrelodones a Hoyo para de nuevo divertirnos por un sendero de subida, en ocasiones complicado por las duras rampas y tramos con barro, pero que todos conseguimos solventar sin problemas, eso si, los tres tenemos la sensación de habernos pasado la mañana subiendo, es un no parar…
Llegamos a la Berzosa, a partir de aquí el recorrido ya nos es familiar. Comenzamos con el sendero de bajada que no llevará hasta el río, que en esta ocasión cruzamos con el agua hasta las rodillas, para después comenzar la pista de subida más larga del día. Como siempre reagrupamos en el pino de mitad de subida, donde comemos otra barrita, y decidimos no subir hoy la mirador, había mucha agua, y las roderas de las motos estaría intransitables. Eso si, bajamos hasta la cascada por la losa de piedra, donde nos hacemos la foto de rigor.
Volvemos sobre nuestros pasos, esta vez subimos la losa, y vamos en busca de otro de los senderos divertidos que tanto nos gustan. En esta parte Gustrek y Golfer van como locos, menos mal que va un Paket para ponerle cordura a las bajadas, jeje. Volvemos a cruzar el río, y enfilamos la subida hasta la parte norte de Hoyo para hacer el camino del cementerio de bajada, o subida, según se mire. En este punto Golfer ya va refunfuñando y sin plato pequeño, su cambio tiene vida propia, jajaja.
Seguimos rodeando el pueblo, donde nos encontramos con el monitor y tres alumnos de doce años de la Escuela de MTB de Hoyo, a los que vemos bajar por una pequeña trialera mejor que muchos bikers experimentados con los que nos hemos cruzado.
Esta última parte la hacemos a toda velocidad, el olor a cerveza nos motiva, y nada más entrar en el pueblo, nos dirigimos a una terracita donde damos buena cuenta de unas jarras de cerveza y como siempre, comentamos la jugada, no ha estado mal, han sido 36 kms, pero seguimos con la sensación de habernos pasado la mañana subiendo, y es que los kilómetros en Hoyo son otro mundo.
AUPA PAKETS
Redactado por Davidson.
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