A los pies del Mondalindo, del Cancho Gordo y del Pendón, existen numerosos caminos, sendas y trialeras por la que ya hemos rodado en numerosas ocasiones. Pero la zona es extensa y pedregosa, y en nuestro afán de descubrir nuevos rincones en los que disfrutar, nos lanzamos desde Bustarviejo a la aventura sin ningún recorrido previo concreto.
El resultado: un buen día de MTB en el que nada digno de reseñar descubrimos, pero en el que disfrutamos con nuestras monturas de un buen número de pedrolos, tanto con pendiente negativa, como positiva.
ASISTENTES
Nos reunimos 3 bikers: Golfer, Gustrek y Magellan.
TRACK DE LA RUTA
Haz click aquí para descargar el track de la ruta.
DATOS DE LA RUTATRACK DE LA RUTA
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Sábado 17 de septiembre: 38km, 875m de desnivel de subida acumulado, 4 horas (2 horas y 50 minutos dando pedales).
IMÁGENES DE LA RUTA
CRÓNICA
Cinco bikers estábamos citados a las 9.00h en el polideportivo municipal de Bustarviejo, pero dos bajas de última hora (Ñako y Trabu) dejaron la grupeta con sólo tres unidades: los "incombustibles" Golfer, Magellan y el que suscribe, Gustrek. Nuestro objetivo: rodar sin rumbo fijo, por una zona ya conocida pero con muchas posibilidades, en busca de nuevas trialeras y sendas por las que rodar.
15 minutos después de la hora prevista, y con una temperatura más elevada de lo normal para la fecha en la que estamos, comenzamos a rodar desde el polideportivo, saliendo de Bustarviejo hacia el este por la M-610, para, unos cientos de metros después, tomar la Cañada Real Segoviana en dirección al Medio Celemín.
La distancia que cubrimos hasta el Medio Celemín es de 5km, por pista y con tendencia a subir, pero bastante plana, excepto el último kilómetro, que es donde se ganan casi todos los metros de este tramo. La subida no es muy exigente, pero el calor nos hace sudar... parece que aún estuviésemos en agosto. Subimos juntos y de charleta, denominador común presente en prácticamente toda la ruta.
En algo menos de 30 minutos hemos coronado el puerto, punto en el que abandonamos la Cañada Real Segoviana hacia el sur en busca de la primera trialera del día. Antes de alcanzarla debemos subir aún unos metros más, y decidimos investigar un sendero que sale a nuestra izquierda. Nos conduce a "la nada", así que media vuelta y deshacemos la andado. En breve estamos al incio de la primera trialera del día.
Esta senda plagada de piedras, que ya hemos bajado en un par de ocasiones, nos deja en las proximidades de Valdemanco. Es una trialera con buena pendiente, llena de piedras, la mayoría de ellas sueltas, que negociamos sin incidentes. El terreno está muy seco, y la bajada no está exenta de peligro, pero la disfrutamos en toda su extensión, disparando nuestros índices de adrenalina y dibujando una buena sonrisa en nuestros rostros.
Unos metros más y llegamos al tanatorio de Valdemanco. Desde aquí, y empujados por nuestro afán investigador, hacemos un bucle de un par de kilómetros, en sentido antihorario. 400 metros de bajada y algo más de kilómetro y medio de subida por una trialera en la que toca empujar en algunos rampones. Ya sabemos que tendremos que invertir el sentido del bucle para próximas ocasiones.
De nuevo en el tanatorio. Ahora nos dirigimos a Valdemanco, para atravesar sus calles de este a oeste, bajar a las vías del tren y recorrer 1,5km por la senda que transita pegada a ellas. Llevamos 1 hora y 20 minutos de ruta y algo más de 11 kilómetros recorridos. El sol pega de lo lindo y hace un calor bastante insoportable, pero "sarna con gusto no pica"...
Abandonamos las vías por un camino a nuestra izquierda y descendemos durante un par de kilómetros hasta la M-631, pasando junto a la laguna de Navaluenga, el arroyo del mismo nombre y la estación de ferrocarril Bustarviejo-Valdemanco. Comenzamos de nuevo a subir, tomando la carretera hacia el noroeste durante 300 metros, para entrar en una zona de lanchares de piedra por los que en alguna ocasión hemos bajado, pero que hoy toca subir.
En un kilómetro y medio enlazamos con el camino de las Viñas, que tomamos hacia el norte para dirigirnos hacia Bustarviejo. Llegando a las proximidades del pueblo, tengo la tentación de combatir el calor con una buena cerveza y esperar allí a mis compañeros de ruta... pero son poco más de las 11.00h y queda aún mucho por disfrutar, así que continuamos hasta coronar junto a la fuente del Collado.
Desde aquí vamos a rodear el Pendón en sentido opuesto al que lo solemos hacer, así que ahora toca bajada hasta Miraflores de la Sierra. Son casi 6km de bajada, los 4 primeros por una pista ancha y en buen estado (salvo unos metros en los que tomamos un sendero de toboganes paralelo a ella), y el resto por una trialera muy disfrutona pegada al seco arroyo del Valle. Éste último tramo es muy divertido, alguna vez lo hemos hecho en subida, con algunas piedras y zonas de pedaleo que de nuevo nos dejan bien satisfechos.
Hacemos una parada a la sombra, para protegernos del sol, hidratarnos y tomar media barrita antes de continuar. En 10 minutos nos ponemos en marcha, para afrontar los rampones de subida de la Cañada Real Segoviana que nos depositan de nuevo en el camino de las Viñas, aunque en un punto muy alejado del anterior, y que ya no abandonaremos hasta llegar de nuevo a Bustarviejo.
Rodamos a los pies del Pendón, por su vertiente sur, por un camino ancho y de buen firme durante 8 kilómetros prácticamente planos desde donde se divisa el embalse de Pedrezuela. Seguimos rodando juntos y de charleta, disfrutando del paisaje, de la compañía y de los pedales que tanto nos gustan. En poco más de media hora hemos llegado a las ruinas de Los Barracones, donde nos hacemos unas fotos antes de comenzar la última subida del día que nos devolverá a Bustarviejo.
Iniciamos la subida y cruzamos una cancela (por llamarla de alguna manera), donde se nos une un biker que nos acompañará hasta las inmediaciones de Bustarviejo. estos últimos 3 kilómetros de subida los hacemos a un ritmo tranquilo y al olor de las cervezas, que pronto serán degustadas en una terraza del pueblo. A las 13.00h estamos frente a una buena jarra de cerveza (cargada de potasio, según nos explica Magellan), y quince minutos después recorriendo las calles de Bustarviejo hasta llegar a los coches.
En 5 minutos estamos cargando nuestras monturas en los coches, después de 38km y cuatro horas de ruta, donde no descubrimos prácticamente nada nuevo, pero donde disfrutamos como siempre lo hacemos. De vuelta a casa, cada uno en su coche, cabilábamos aventuras futuras, pero eso... ya es otra historia...
Redactado por Gustrek.
Fotos: Gustrek.
IMÁGENES DE LA RUTA
CRÓNICA
Cinco bikers estábamos citados a las 9.00h en el polideportivo municipal de Bustarviejo, pero dos bajas de última hora (Ñako y Trabu) dejaron la grupeta con sólo tres unidades: los "incombustibles" Golfer, Magellan y el que suscribe, Gustrek. Nuestro objetivo: rodar sin rumbo fijo, por una zona ya conocida pero con muchas posibilidades, en busca de nuevas trialeras y sendas por las que rodar.15 minutos después de la hora prevista, y con una temperatura más elevada de lo normal para la fecha en la que estamos, comenzamos a rodar desde el polideportivo, saliendo de Bustarviejo hacia el este por la M-610, para, unos cientos de metros después, tomar la Cañada Real Segoviana en dirección al Medio Celemín.
La distancia que cubrimos hasta el Medio Celemín es de 5km, por pista y con tendencia a subir, pero bastante plana, excepto el último kilómetro, que es donde se ganan casi todos los metros de este tramo. La subida no es muy exigente, pero el calor nos hace sudar... parece que aún estuviésemos en agosto. Subimos juntos y de charleta, denominador común presente en prácticamente toda la ruta.
En algo menos de 30 minutos hemos coronado el puerto, punto en el que abandonamos la Cañada Real Segoviana hacia el sur en busca de la primera trialera del día. Antes de alcanzarla debemos subir aún unos metros más, y decidimos investigar un sendero que sale a nuestra izquierda. Nos conduce a "la nada", así que media vuelta y deshacemos la andado. En breve estamos al incio de la primera trialera del día.Esta senda plagada de piedras, que ya hemos bajado en un par de ocasiones, nos deja en las proximidades de Valdemanco. Es una trialera con buena pendiente, llena de piedras, la mayoría de ellas sueltas, que negociamos sin incidentes. El terreno está muy seco, y la bajada no está exenta de peligro, pero la disfrutamos en toda su extensión, disparando nuestros índices de adrenalina y dibujando una buena sonrisa en nuestros rostros.
Unos metros más y llegamos al tanatorio de Valdemanco. Desde aquí, y empujados por nuestro afán investigador, hacemos un bucle de un par de kilómetros, en sentido antihorario. 400 metros de bajada y algo más de kilómetro y medio de subida por una trialera en la que toca empujar en algunos rampones. Ya sabemos que tendremos que invertir el sentido del bucle para próximas ocasiones.De nuevo en el tanatorio. Ahora nos dirigimos a Valdemanco, para atravesar sus calles de este a oeste, bajar a las vías del tren y recorrer 1,5km por la senda que transita pegada a ellas. Llevamos 1 hora y 20 minutos de ruta y algo más de 11 kilómetros recorridos. El sol pega de lo lindo y hace un calor bastante insoportable, pero "sarna con gusto no pica"...
Abandonamos las vías por un camino a nuestra izquierda y descendemos durante un par de kilómetros hasta la M-631, pasando junto a la laguna de Navaluenga, el arroyo del mismo nombre y la estación de ferrocarril Bustarviejo-Valdemanco. Comenzamos de nuevo a subir, tomando la carretera hacia el noroeste durante 300 metros, para entrar en una zona de lanchares de piedra por los que en alguna ocasión hemos bajado, pero que hoy toca subir.
En un kilómetro y medio enlazamos con el camino de las Viñas, que tomamos hacia el norte para dirigirnos hacia Bustarviejo. Llegando a las proximidades del pueblo, tengo la tentación de combatir el calor con una buena cerveza y esperar allí a mis compañeros de ruta... pero son poco más de las 11.00h y queda aún mucho por disfrutar, así que continuamos hasta coronar junto a la fuente del Collado.Desde aquí vamos a rodear el Pendón en sentido opuesto al que lo solemos hacer, así que ahora toca bajada hasta Miraflores de la Sierra. Son casi 6km de bajada, los 4 primeros por una pista ancha y en buen estado (salvo unos metros en los que tomamos un sendero de toboganes paralelo a ella), y el resto por una trialera muy disfrutona pegada al seco arroyo del Valle. Éste último tramo es muy divertido, alguna vez lo hemos hecho en subida, con algunas piedras y zonas de pedaleo que de nuevo nos dejan bien satisfechos.
Hacemos una parada a la sombra, para protegernos del sol, hidratarnos y tomar media barrita antes de continuar. En 10 minutos nos ponemos en marcha, para afrontar los rampones de subida de la Cañada Real Segoviana que nos depositan de nuevo en el camino de las Viñas, aunque en un punto muy alejado del anterior, y que ya no abandonaremos hasta llegar de nuevo a Bustarviejo.
Rodamos a los pies del Pendón, por su vertiente sur, por un camino ancho y de buen firme durante 8 kilómetros prácticamente planos desde donde se divisa el embalse de Pedrezuela. Seguimos rodando juntos y de charleta, disfrutando del paisaje, de la compañía y de los pedales que tanto nos gustan. En poco más de media hora hemos llegado a las ruinas de Los Barracones, donde nos hacemos unas fotos antes de comenzar la última subida del día que nos devolverá a Bustarviejo.Iniciamos la subida y cruzamos una cancela (por llamarla de alguna manera), donde se nos une un biker que nos acompañará hasta las inmediaciones de Bustarviejo. estos últimos 3 kilómetros de subida los hacemos a un ritmo tranquilo y al olor de las cervezas, que pronto serán degustadas en una terraza del pueblo. A las 13.00h estamos frente a una buena jarra de cerveza (cargada de potasio, según nos explica Magellan), y quince minutos después recorriendo las calles de Bustarviejo hasta llegar a los coches.
En 5 minutos estamos cargando nuestras monturas en los coches, después de 38km y cuatro horas de ruta, donde no descubrimos prácticamente nada nuevo, pero donde disfrutamos como siempre lo hacemos. De vuelta a casa, cada uno en su coche, cabilábamos aventuras futuras, pero eso... ya es otra historia...
Fotos: Gustrek.
