Con este episodio iniciamos una serie donde, semanalmente, publicaremos cada una de las etapas de una impresionante aventura vivida por Trasgo del Sur, nuestro alcosansero jerezano afincado en Madrid. La megaruta se realiza en dos fases diferentes: la primera en la Semana Santa del año 2010, recorriendo las provincias de Granada y Jaén, y la segunda en el mes de marzo del año 2011, por Córdoba, Sevilla, Huelva y Cádiz.
El recorrido, las sensaciones, las anéctodas y todos los detalles de esta experiencia nos mantendrán expectantes al finalizar cada uno de los episodios, deseando que se publique el siguiente.
El recorrido, las sensaciones, las anéctodas y todos los detalles de esta experiencia nos mantendrán expectantes al finalizar cada uno de los episodios, deseando que se publique el siguiente.
FASE 1 - DÍA 1: BAZA (GRANADA) - EMBALSE DE LA BOLERA (JAÉN)
Sábado 27 de marzo de 2010

Nosotros disfrutamos de una merendola y nos subimos al bus de las 20.15h. Era directo, por lo que a las 21.30h ya estabamos en Baza. Hostal "Los Hermanos", un poco alejado del centro, pero muy recomendable para cenar, sobre todo sus pizzas. Por ser vigilia, me decanto por salmon y atún, muy buenas.... el resto se hartan de pasta y/o bocata. Lo importante es coger fuerzas para la ruta de mañana.
AL día siguiente, Ale nos cuenta que se fue al cuarto de baño a dormir... es lo que tiene olvidarse de los tapones!!! Por lo demás, una buena noche para todos, y un amanecer frio y soleado. El bar del hostal, para "indignación" del grupo, no abre hasta media hora más tarde de lo que nos habían dicho, por lo que la salida se atrasa... será una tónica habitual todos los días de esta transalándalus.
La ruta de hoy sábado, primer día de pedales, es corta, y admite paradas para disfrutar del paisaje y hacer fotos tranquilamente, por lo que tampoco es alarmante. Son algo menos de 45km, sin mucha subida. La salida de Baza, dirección Cortes de Baza, sigue todo el rato al comienzo una pista asfaltada junto a un canal. De lo mejor, el impresionante olor a miel que desprendía un campo de almendros en flor que atravesamos.

Tras una gran bajada, una Casa cueva impresionante nos hace pararnos. Abandonada, pero aún conservando en su interior el encalado, la pintura celeste de los marcos, la chimenea, el horno de leña o la despensa-bodega, ...un sitio "guay-point" para dormir. A tener en cuenta para los transandaluseros veraniegos.
Tras esta y otras casas cueva de la zona, llegamos a unos terrenos "inhundables" que estaban sorprendentemente bastante bien , sin embargo, al continuar junto al río, de pronto el camino desaparece. El río ha "devorado" parte del camino y de la acequia y campos adyacentes. Un impresionante socavón se abre ante nosotros.. Decidimos dar marcha atrás hasta un puente cercano que cruzaba este aún crecido Río Castril, y nos desviamos por carretera a través del poblado "Cuevas de Cucharetas" hasta Cortes de Baza. Son 4 kilometros de carretera tranquila, no nos viene mal el descanso para las piernas.
Aquí, parada para comprar comida, y pan al panadero, que pasaba por alli con su panadería "móvil". Además, me como el mejor donut de chocolate de mi vida, calentito, con el chocolate aún casi derretido...mmmm!
Pasado Cortes de Baza, vadeamos dos veces un mismo río, uno de ellos con una profundidad y corriente considerable. Nos mojamos, pero resulta muy divertido. Llegamos a Campo Camara, con un sol rico rico, compramos unas cervezas y a comer los bocatas en la plaza del pueblo por donde aparentemente pasa un camino de Santiago. No faltan los dos perros habituales de toda plaza transandalusera que se precie. El solecito nos obliga a una siesta breve.

Yo en particular casi vuelco al meterse la rueda delantera en un charco-pozo de medio metro. Las alforjas me salvan de lo que hubiera sido un vuelco seguro. A pesar de todo, el camino no está tan mal, porque se ve que un tractor debe haber hecho algun arreglo.
Luego, una subida estilo Gilena, hasta un depósito de agua desde el que se ve un impresionante paisaje, un cañón y hasta Sierra Nevada al fondo. No será la última vez que la veamos. Estamos muy cerca del final de etapa, aunque antes nos quedaba un tramo de pateo, no ciclable, lleno de piedras cubriendo una tubería conductora de agua. Es el único camino posible, así que desmontamos y empujamos... en seguida podemos montar por un sendero en bajada, que satisface nuestra adrenalina por el día de hoy. Nos tiramos campo a través por una ladera con pinos, como si fueramos esquiando, en vez de pedaleando. Es sin duda el rato mas divertido de esta segunda parte de la etapa.
Tras ahuyentar unas ovejas en mitad del camino, llegamos al fin del sendero que ya llaneaba y al fondo se ve ya el Embalse de la Bolera. Desembalsando, hasta arriba de agua, ofrecía un impresionante color.

El bar abre a las 9.30h, así que no podremos desayunar al dia siguiente. Ale y yo nos acercamos al bar del embalse, junto a la carretera, andando, para dar un paseo en la tarde noche de este primer día de ruta. En el camino un gato sobrevive a un atropello de milagro, pese a que el coche nos lo lanza, tenemos que saltar para que nos pase por debajo... que cierto es eso de las siete vidas!!!!

Redactado por Trasgo.
Fotos: Trasgo.