Dicen que las puertas del cielo están custodiadas por San Pedro. Aquí, en la tierra, los alrededores del cerro madrileño que lleva el nombre del santo, están plagados de ellas. Más o menos grandes, más o menos elaboradas, para impedir el paso de los vehículos, para evitar el movimiento de ganado... ¿quién afirmó que no se podían poner puertas al campo?
Pero, además de puertas, a los pies del cerro existen caminos, senderos y trialeras, sin demasiadas pretensiones, pero una buena alternativa a la sierra del Guadarrama si dispones de poco tiempo o no quieres desplazarte muy lejos de casa. Ideal para iniciarte en el lado oscuro...
ASISTENTES
Nos reunimos 4 bikers: Globerteam, Gustrek, José Luis y Ñako.
TRACK DE LA RUTA
Este track está depurado, eliminando los 5,5km hechos de más por un par de despistes.
Haz click aquí para descargar el track de la ruta.
DATOS DE LA RUTATRACK DE LA RUTA
Este track está depurado, eliminando los 5,5km hechos de más por un par de despistes.
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Sábado 28 de mayo: 40,7km, 1.093m de desnivel de subida acumulado, 4 horas y 13 minutos (3 horas y 10 minutos dando pedales).
IMÁGENES DE LA RUTA
IMÁGENES DE LA RUTA
CRÓNICA
Fotos: Gustrek.
A las 9.00h nos habíamos citado en la primera rotonda de la carretera que une Colmenar Viejo y San Agustín de Guadalix, junto al arroyo de Tejada y en la calle del mismo nombre. Dejamos los coches junto a un pequeño huerto de frutales a cargo de un cordobés muy afable, mayor y con ganas de conversación, que se interesa por nuestras aventuras y comparte con nosotros las técnicas artesanales con las que cuida de sus manzanos.
20 minutos más tarde, nos ponemos en marcha para realizar una ruta ya conocida por Ñako y Gustrek, pero inédita para Globerteam y José Luis. Las primeras pedaladas nos conducen hacia el norte, para, a los pocos metros, tomar el Camino de Pedrezuela a nuestra derecha, en la dirección noreste practicamente constante en la "ida" de esta ruta. Nos adelantan un par de moteros, muy habituales en esta zona (debe haber poca vigilancia) a los que luego encontraremos en el embalse de Pedrezuela.
Rodamos por un camino ancho y con buen firme y ascendiendo, como haremos durante el primer cuarto de la ruta. Tras recorrer un par de kilómetros de este camino, nos incorporamos al Cordel de la Vinatera, pegado a un vallado que nos hará compañía durante unos kilómetros. La lluvia del día anterior nos ha dejado un terreno húmedo y con algunos charcos fáciles de esquivar. Alternamos ritmo alto con ritmo bajo, alto porque es nuestra tendencia natural, y bajo para no estirar demasiado el pequeño grupo que componemos.
Pasamos frente a la Casa del Pecado Mortal, cuyo nombre suscita pensamientos de todo tipo, pero que no parece ser mas que un lugar de comidas y celebraciones. Poco más allá de este lugar, el cordel cambia su nombre por el de Sestillejo. La subida constante se ve interrumpida por 500m de bajada, que dan un respiro a nuestras piernas y nos deja junto al arroyo de la Mata, tras el cual continúa la subida, girando el cordel 90º a la derecha y convirtiéndose el camino en un sendero más estrecho y pedregoso.
Los rampones en subida, el terreno roto y las piedras hacen acto de presencia y provocan satisfacción y distancia entre los miembros de la grupeta. Después de 4km más en este segundo tramo, hacemos una breve parada tras un paso de rocas, en el que aprovechamos para reagrupar y hacer algunas fotos. Tras la parada, breve bajada con algunas piedras hasta el descansadero del Horcajo, donde el cordel vuelve a cambiar su nombre, en este caso, por el de Hoyo de Manzanares.
Continuamos el ascenso por un camino estrecho, a los pies del Cerro de san Pedro, que nos acompaña a nuestra izquierda. Otros 4 km más flanqueados a ambos lados por sendos muros de piedra, y nos situamos en el punto más alto de la ruta, a 1.100m de altitud, junto al descansadero de la Camorcha. Llevamos 10km de ruta, excepto por alguna breve bajada, todos ellos picando hacia arriba. Una nueva parada para agruparnos y continuamos el recorrido.
Ahora toca bajar. Tenemos 4km de descenso por delante, interrumpidos por un enorme charco que Ñako y Globerteam "navegan", y José Luis y yo rodeamos saltando un muro de piedra. Aún queda mucha ruta y no me apetece hacerla con los pies encharcados. Superado el "lago", afrontamos la primera trialera de la mañana, larga (de una 3,5km), sin mucha pendiente ni complicación, pero rápida y plagada de piedras, algunas "fijas" y otras muchas "móviles". Es música para nuestros oídos el sonido que se produce al rodar rápido sobre ellas, excepto el que se origina cuando alguna golpea las llantas o el cuadro...
Con una amplia sonrisa en nuestro rostro vamos llegando uno tras otro al punto donde termina la trialera, un camino ancho que se puede tomar a la derecha o a la izquierda. Como no podía ser de otra manera, el guía (el que suscribe) toma la alternativa equivocada, y dirige al grupo hacia el arroyo de Valdemoro (a la izquierda). 1,5km y un par de portillas después, nos damos cuenta del error, y volvemos sobre nuestros pasos, añadiendo 3km extra a la ruta.
De nuevo al pie de la trialera tomamos la dirección correcta. Camino ancho con 1km en subida, después de cruzar el arroyo del Palancoso, y un par de ellos llaneando. Finalizado este tramo, nos saltamos la portilla por la que debíamos continuar, y, tras un breve campo a través descendemos un camino roto muy divertido que nos deja en otra portilla, ésta algo más rústica. No nos suena nada la zona, por lo que tras la consulta preceptiva al gps, remendamos el segundo error subiendo lo que habíamos bajado. Otros 3km extra con los que no contábamos.
De vuelta en la portilla correcta, la abrimos y traspasamos para dirigirnos, por el camino correcto, a una de las colas del embalse de Pedrezuela, donde desemboca el arroyo de Valdemoro. Para llegar al embalse, rodamos por un sendero que en sus últimos metros se convierte en una divertida trialera, de terreno roto, con surcos, piedras y algunas raíces con los que disfrutamos. Hacemos parada a la orilla del embalse, antes de abandonarlo, donde nos encontramos los moteros con los que nos cruzamos al inicio de la ruta. Agua, barrita, charla... otros 3km más recorridos.
Estamos en la mitad del recorrido previsto y toca volver. El terreno nos regala un buen rampón de 1,5km para volver a entrar en calor. Después llaneamos la misma distancia por la pista de las dos portillas que recorrimos en el primer "despiste" hasta que llegamos, de nuevo, al pie de la primera trialera que descendimos. Ahora toca subirla. Si es divertido bajarla, no lo es menos subirla, así que... al "lío".
Esta subida me gusta, no tiene una pendiente excesiva y las piedras que la tapizan, le ponen el picante necesario para disfrutarla. De nuevo se estira el grupo y nos perdemos de vista. 3km después, al final de la trialera, escucho el típico "psssssss". No hay problema, -pienso-, llevo tubeless. Sigo rodando, pero sobre la llanta, la rueda trasera ha perdido todo el aire. Paro para rellenar, pero tanto aire como meto, tanto aire como sale. Llega Ñako y me echa una mano con su bomba: el mismo resultado.
Descubrimos que una piedra ha hecho un tajo en el flanco de un centímetro que el líquido no es capaz de sellar. Toca poner una cámara. Entre tanto llegan Globerteam y José Luis, que agradece la avería para coger aire. Descubro tambien que un pedrolo ha golpeado el cubre-plato y ha provocado una fisura sin más consecuencias que las estéticas y la de haber salvado la vida del plato.
Tras la reparación, continuamos. Sólo nos quedan 9,5km y en bajada, así que los afrontamos alegres y con ganas. Estamos de nuevo en el descasadero de la Camorcha y volvemos por el cordel de Hoyo de Manzanares, ahora de vuelta. Atravesamos también el descansadero del Horcajo y entramos en el cordel del Sestillejo, por el que subimos a primera hora de la mañana, ahora disfrutando de los breves zonas de piedras ahora en bajada.
Llegando a las proximidades del arroyo de Mata, dejamos el cordel del Sestillejo para disfrutar de los senderos y trialeras entre los arroyos de Mata y de Pocito de los Lobos. El tramo de trialera es corto, pero muy disfrutón de piedras grandes y firmes y con algún escalón que otro que hace las delicias de los cuatro bikers. Hemos atravesado el descansadero de Navalahija y el arroyo de Valfondo, y en unos cientos de metros estamos en el camino de Pedrezuela y en lo coches.
Unas cuatro horas de ruta y una menos pedaleando, buen día soleado de primavera, algunos charcos y poco barro, caminos solitarios, senderos y trialeras, unas cuantas portillas, un par de despistes y alguna avería, pero sobre todo... un día estupendo de MTB en muy buena compañía, ¿se puede pedir más?
Las 13.30h, buena hora para una opcional, pero no hay nada cerca a la vista, así que la cerveza toca en casa, hacia la que cada uno nos dirigimos con nuestra mente puesta en nuevas aventuras futuras, aunque eso... ya es otra historia...
Redactado por Gustrek. 
20 minutos más tarde, nos ponemos en marcha para realizar una ruta ya conocida por Ñako y Gustrek, pero inédita para Globerteam y José Luis. Las primeras pedaladas nos conducen hacia el norte, para, a los pocos metros, tomar el Camino de Pedrezuela a nuestra derecha, en la dirección noreste practicamente constante en la "ida" de esta ruta. Nos adelantan un par de moteros, muy habituales en esta zona (debe haber poca vigilancia) a los que luego encontraremos en el embalse de Pedrezuela.Rodamos por un camino ancho y con buen firme y ascendiendo, como haremos durante el primer cuarto de la ruta. Tras recorrer un par de kilómetros de este camino, nos incorporamos al Cordel de la Vinatera, pegado a un vallado que nos hará compañía durante unos kilómetros. La lluvia del día anterior nos ha dejado un terreno húmedo y con algunos charcos fáciles de esquivar. Alternamos ritmo alto con ritmo bajo, alto porque es nuestra tendencia natural, y bajo para no estirar demasiado el pequeño grupo que componemos.
Pasamos frente a la Casa del Pecado Mortal, cuyo nombre suscita pensamientos de todo tipo, pero que no parece ser mas que un lugar de comidas y celebraciones. Poco más allá de este lugar, el cordel cambia su nombre por el de Sestillejo. La subida constante se ve interrumpida por 500m de bajada, que dan un respiro a nuestras piernas y nos deja junto al arroyo de la Mata, tras el cual continúa la subida, girando el cordel 90º a la derecha y convirtiéndose el camino en un sendero más estrecho y pedregoso.
Los rampones en subida, el terreno roto y las piedras hacen acto de presencia y provocan satisfacción y distancia entre los miembros de la grupeta. Después de 4km más en este segundo tramo, hacemos una breve parada tras un paso de rocas, en el que aprovechamos para reagrupar y hacer algunas fotos. Tras la parada, breve bajada con algunas piedras hasta el descansadero del Horcajo, donde el cordel vuelve a cambiar su nombre, en este caso, por el de Hoyo de Manzanares.Continuamos el ascenso por un camino estrecho, a los pies del Cerro de san Pedro, que nos acompaña a nuestra izquierda. Otros 4 km más flanqueados a ambos lados por sendos muros de piedra, y nos situamos en el punto más alto de la ruta, a 1.100m de altitud, junto al descansadero de la Camorcha. Llevamos 10km de ruta, excepto por alguna breve bajada, todos ellos picando hacia arriba. Una nueva parada para agruparnos y continuamos el recorrido.
Ahora toca bajar. Tenemos 4km de descenso por delante, interrumpidos por un enorme charco que Ñako y Globerteam "navegan", y José Luis y yo rodeamos saltando un muro de piedra. Aún queda mucha ruta y no me apetece hacerla con los pies encharcados. Superado el "lago", afrontamos la primera trialera de la mañana, larga (de una 3,5km), sin mucha pendiente ni complicación, pero rápida y plagada de piedras, algunas "fijas" y otras muchas "móviles". Es música para nuestros oídos el sonido que se produce al rodar rápido sobre ellas, excepto el que se origina cuando alguna golpea las llantas o el cuadro...
Con una amplia sonrisa en nuestro rostro vamos llegando uno tras otro al punto donde termina la trialera, un camino ancho que se puede tomar a la derecha o a la izquierda. Como no podía ser de otra manera, el guía (el que suscribe) toma la alternativa equivocada, y dirige al grupo hacia el arroyo de Valdemoro (a la izquierda). 1,5km y un par de portillas después, nos damos cuenta del error, y volvemos sobre nuestros pasos, añadiendo 3km extra a la ruta.De nuevo al pie de la trialera tomamos la dirección correcta. Camino ancho con 1km en subida, después de cruzar el arroyo del Palancoso, y un par de ellos llaneando. Finalizado este tramo, nos saltamos la portilla por la que debíamos continuar, y, tras un breve campo a través descendemos un camino roto muy divertido que nos deja en otra portilla, ésta algo más rústica. No nos suena nada la zona, por lo que tras la consulta preceptiva al gps, remendamos el segundo error subiendo lo que habíamos bajado. Otros 3km extra con los que no contábamos.
De vuelta en la portilla correcta, la abrimos y traspasamos para dirigirnos, por el camino correcto, a una de las colas del embalse de Pedrezuela, donde desemboca el arroyo de Valdemoro. Para llegar al embalse, rodamos por un sendero que en sus últimos metros se convierte en una divertida trialera, de terreno roto, con surcos, piedras y algunas raíces con los que disfrutamos. Hacemos parada a la orilla del embalse, antes de abandonarlo, donde nos encontramos los moteros con los que nos cruzamos al inicio de la ruta. Agua, barrita, charla... otros 3km más recorridos.
Estamos en la mitad del recorrido previsto y toca volver. El terreno nos regala un buen rampón de 1,5km para volver a entrar en calor. Después llaneamos la misma distancia por la pista de las dos portillas que recorrimos en el primer "despiste" hasta que llegamos, de nuevo, al pie de la primera trialera que descendimos. Ahora toca subirla. Si es divertido bajarla, no lo es menos subirla, así que... al "lío".Esta subida me gusta, no tiene una pendiente excesiva y las piedras que la tapizan, le ponen el picante necesario para disfrutarla. De nuevo se estira el grupo y nos perdemos de vista. 3km después, al final de la trialera, escucho el típico "psssssss". No hay problema, -pienso-, llevo tubeless. Sigo rodando, pero sobre la llanta, la rueda trasera ha perdido todo el aire. Paro para rellenar, pero tanto aire como meto, tanto aire como sale. Llega Ñako y me echa una mano con su bomba: el mismo resultado.
Descubrimos que una piedra ha hecho un tajo en el flanco de un centímetro que el líquido no es capaz de sellar. Toca poner una cámara. Entre tanto llegan Globerteam y José Luis, que agradece la avería para coger aire. Descubro tambien que un pedrolo ha golpeado el cubre-plato y ha provocado una fisura sin más consecuencias que las estéticas y la de haber salvado la vida del plato.
Tras la reparación, continuamos. Sólo nos quedan 9,5km y en bajada, así que los afrontamos alegres y con ganas. Estamos de nuevo en el descasadero de la Camorcha y volvemos por el cordel de Hoyo de Manzanares, ahora de vuelta. Atravesamos también el descansadero del Horcajo y entramos en el cordel del Sestillejo, por el que subimos a primera hora de la mañana, ahora disfrutando de los breves zonas de piedras ahora en bajada.Llegando a las proximidades del arroyo de Mata, dejamos el cordel del Sestillejo para disfrutar de los senderos y trialeras entre los arroyos de Mata y de Pocito de los Lobos. El tramo de trialera es corto, pero muy disfrutón de piedras grandes y firmes y con algún escalón que otro que hace las delicias de los cuatro bikers. Hemos atravesado el descansadero de Navalahija y el arroyo de Valfondo, y en unos cientos de metros estamos en el camino de Pedrezuela y en lo coches.
Unas cuatro horas de ruta y una menos pedaleando, buen día soleado de primavera, algunos charcos y poco barro, caminos solitarios, senderos y trialeras, unas cuantas portillas, un par de despistes y alguna avería, pero sobre todo... un día estupendo de MTB en muy buena compañía, ¿se puede pedir más?
Las 13.30h, buena hora para una opcional, pero no hay nada cerca a la vista, así que la cerveza toca en casa, hacia la que cada uno nos dirigimos con nuestra mente puesta en nuevas aventuras futuras, aunque eso... ya es otra historia...
Fotos: Gustrek.
