Trialerando por Valdemanco

Cuenta la historia que había una rana en medio de un río y le llamó un escorpión desde una de las orillas. La rana se acercó, cautelosa, a ver qué quería el escorpión:
- “¿Podrías llevarme sobre tu lomo a la otra orilla, por favor?”, preguntó el escorpión.
- “No, porque me picarías y moriría”, contestó la rana.
- “¿Por qué habría de picarte? Si lo hiciera, tú morirías efectivamente y yo, que no sé nadar, me ahogaría y moriría también”
- “Tienes razón”, dijo finalmente la rana, que accedió a llevarle.
En medio del río el escorpión picó a la rana y esta, a punto de morir, le espetó:
- “¿por qué me has picado? ¡Ahora moriremos los dos!
- “Porque está en mi esencia, no he podido evitarlo”, respondió compungido el escorpión, a punto de morir ahogado.

Esta fábula me sirve para explicar los sentimientos que provoca en mí (e imagino que en más de uno de este gran grupo) este loco deporte.
ASISTENTES
Nos reunimos 11 bikers, alcosanseros y foreros: Alekz, Deivid, Golfer, GusTrek, Jesusla, Kiltor, Ñako, Pakete, Peter, R@ulo, y Trabu.

TRACK
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DATOS DE LA RUTA
Sábado 29 de mayo: 39km, 1.000m de desnivel de subida acumulado, 5 horas y 25 minutos (3 horas dando pedales).

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IMÁGENES DE LA RUTA



VIDEO RESUMEN DE LA RUTA



CRÓNICA

Una vez más hemos quedado un sábado a las 8:15 de la madrugada, esta vez en el Hospital Infanta Sofía de San Sebastián de los Reyes. Allí llego puntual y ya están esperándome casi todos: Gustrek, Trabu, Jesusla y Raulo…solo falta Ñako, que llega en un par de minutos con una cara y voz que revelan que no está en plenitud de facultades (luego veríamos que a este hombre poco le afectan estas cosas “terrenales”).

Tardamos pocos minutos en ponernos en camino dirección a Navalafuente, pueblo desde el que parte nuestra ruta de hoy y que, en palabras de Peter, debería ser una digna sustituta de nuestra (mía, más bien) añorada Patones…¡ay, Patones!

Y es que hoy es la puesta de largo de mi nueva burra, la Scott Genius 50 “mejorada” con el pedalier XT y las Crosstrail tubeless provenientes de mi ex Cannondale Rush. En realidad la bici ya tiene 180kms en 1,5 semanas…¡la pobre ya va teniendo una idea de la vida que le espera!

Nada más aparcar los vehículos y ponernos a bajar las monturas de los coches, vemos aparecer un coche que nos resulta familiar, entre otras cosas por ser el protagonista de un episodio ya lejano en nuestras memorias (leer la primera crónica de Abantos en el blog)…¡es nuestro querido amigo Alekz, más conocido por “The Crazy Mexican”!

Pakete, Peter PJP, Kiltor y Deivid_Channel ya están también “manos a la obra” y en no mucho tiempo ya nos encontramos dando pedales en búsqueda de nuestras esperadas trialeras, no sin antes enseñar la fabulosa Canyon de Trabu al personal...¡menudo pepinazo y qué bien montada viene!

Las primeras pedaladas transcurren por una pista ancha y en falso llano (¡cómo me gusta esta expresión, la de juego que da!). Es el momento que aprovecho para desinflar las ruedas, ya que ayer las había rellenado de líquido tubeless (ese gran olvidado) y al hincharlas me había pasado como 3 pueblos o más. Además de descubrir que en la trasera ¡me falta un radio! No sé ni cómo ni cuándo desapareció sin dejar rastro…¡veremos si aguanta una ruta como la de hoy, dura y exigente en palabras de nuestro amigo Peter!

Pero la tranquilidad dura poco y enseguida la pista se torna camino y la pendiente se endurece, apareciendo además piedras y pedrolos como por arte de magia. Bien, no está mal, yo particularmente la preferiría con un signo negativo delante (la pendiente, digo), pero tengo que reconocer (uy, uy, uy, lo que estoy a punto de escribir) que las subiditas técnicas “me ponen”: no muy largas y con gran exigencia técnica y de fuerza, haciendo trabajar al 100% y a partes iguales las piernas, los brazos, la vista, las ruedas y las suspensiones…¡qué gratificante es cuando logras superar un obstáculo que a priori jamás hubieses creído posible!, ¿verdad?

Llegamos a una puerta, después de habernos separado en una bifurcación del camino, y allí paramos a reagrupar: nos falta Trabu, el cual parece ser que ha roto la patilla del cambio al principio de la subida según le comunica a Gustrek por teléfono. Ñako y servidor deciden bajar a ayudarle en el cambio de patilla, no tanto en un acto de altruismo como –probablemente- para disfrutar de la bajada que tanto nos había gustado subir. ¡Qué corta se hace, en comparación con la subida! (nada que no sepamos ya).

Afortunadamente Trabu lleva repuesto de este elemento; algo que, como veremos hoy, parece de obligado cumplimiento si queremos ir tranquilos en una ruta de estas características). En unos minutos está hecho el cambio y proseguimos el camino…otra vez a subir la corta trialera.

Poco a poco seguimos ascendiendo, pasando al lado de Miraflores y posteriormente en una tendida ascensión que, sin ser demasiado dura, va poniendo a prueba nuestras fuerzas. Al inicio de dicha ascensión Ñako y servidor nos pasamos el desvío del camino correcto y debemos volver sobre nuestros pasos, momento que aprovecho para probar mis recién estrenadas protecciones y de la forma más tonta (intentando emular al gran Magellan) decido inspeccionar el suelo más de cerca…¡y las protecciones funcionan!. El golpe en la cadera es absorbido por la protección a tal efecto del culotte…¡BIEN POR LAS POC! ¡Y mal por los Crank Brothers, que también estreno y que son los causantes de tan tonto percance! No terminan de convencerme, seguramente será cuestión de acostumbrarme, ya veremos.

Este hecho hace que nos retrasemos unos cientos de metros y cuando echo la mirada hacia adelante veo a lo lejos a Gustrek y a Alekz “tirando del pelotón”, seguidos por Jesusla y luego el resto. Me vienen en este momento a la cabeza unas palabras que escuché a Gustrek al principio de la ruta: “hoy voy a ir tranquilo”. Otro escorpión en el grupo...

Ñako y yo nos ponemos “a ritmo” y vamos acercándonos a la cabeza de pelotón, aunque sin lograr dar alcance a los dos escapados (Gustrek y Alekz) por unas decenas de metros. Una vez arriba paramos para tomar una barrita y continuamos con la bajada del “sendero de los pinos”. Un “trail” muy disfrutón y nada técnico, que me hace esbozar la primera sonrisa del día. Estaba empezando a pensar que tendríamos que cargarnos a Peter ante la ausencia del prometido “picante”…

Después del sendero, que nos deja en una zona de piedras y losas, empieza otra pequeña trialera con algún paso técnico y la cual me va a dar la primera medida de lo que mi nueva y ya querida compañera va a depararme: es una máquina IMPRESIONANTE. No querría hacer un monográfico en esta crónica sobre la Genius: sólo diré que en esta ruta he descubierto que se puede bajar por sitios inverosímiles y a velocidades que hace sólo un par de semanas me habrían parecido increíbles: sólo hay que apuntar y “tirar”. Aparte de subir tan bien o mejor que mi anterior Rush. Todo lo hace bien esta chica, me hace mucho mejor biker de lo que soy en realidad.

En fin, que me pierdo… En esta trialera Peter aprovecha para inmortalizar el paso de algunos bikers, como puede verse en el álbum de la ruta, obteniendo fotos de gran belleza y plasticidad. Llegamos a la vía del tren, que cruzamos y por la cual transitamos (no por la vía, sino por el camino paralelo a ella), durante un par de kilómetros hasta que nos desviamos en un pueblo de cuyo nombre no me acuerdo. Sólo me acuerdo de que ya saliendo del mismo, en pleno cuestón que daba inicio a la subida al famoso Celemín, un abuelete que bajaba andando nos dijo algo así como “venga, que os va a hacer falta hinchar bien los pulmones”. Bien empezamos, pienso.

Los primeros rampones dejan paso a otros de menor pendiente, pero que nos siguen exigiendo lo mejor de nuestras piernas. Una vez más, “el tranquilo” Gustrek toma la delantera bien escoltado en esta ocasión por Alekz (este chico, además de bajar como un misil, también sube como una moto), Ñako y servidor…que llegamos arriba poco antes que Jesusla (el cual va cada vez más fino).

Trabu tampoco tarda mucho en llegar, se le notan las salidas entre semana. En breve nos estará dando caña, seguro. Posteriormente llegan el resto: Raúlo, Deivid, Kiltor, Peter y Pakete. Parada de rigor para ponerse las protecciones, ya que a continuación Peter avanza que se avecina “la madre de todas las trialeras”, apoyado por Jesusla que me dice que “hay que tener cuidado, porque hay bastante peligro”. He de reconocer que me “acongojaron” un poco, aunque en estas circunstancias siempre aparece mi parte de escorpión…

Comienza el descenso. Me pongo a rueda de Alekz, The Crazy Mexican, y me sorprendo de que hoy me sea posible seguirle el ritmo sin sentir que me voy a matar en cualquier momento. Todo lo siento bajo control, las suspensiones se lo tragan todo y los frenos dejan la bici en el sitio justo. Las ruedas (ya para cambiar) son las que ponen el límite de agarre, pero éste está tan alto que no me impiden ir realmente rápido. Además, para variar, Alekz lleva su bici “tocada”: la rueda trasera es una Small Block pistera que no aporta gran grip y el freno trasero lo lleva sin líquido…¡a ver qué día consigue llevarla al 100%!

Detrás viene Gustrek (que también va sin freno trasero). En mitad de la trialera nos encontramos a unos paisanos en medio de la misma arreglando una rueda pinchada. A mí particularmente no me molestan, pero parece ser que a algún miembro del grupo (a Ñako más concretamente) le provocaron una caída por tener que frenar inesperadamente. Nada de importancia, creo, y nada que nuestro gran cameraman Raulo no haya inmortalizado, junto con otra de Jesusla en la misma zona... no se le escapa una.

En un momento dado Alekz y yo decidimos parar y esperar. Llegan, como de costumbre, poco a poco los componentes del grupo…todos menos Kiltor, que tiene problemas con su plato pequeño, el cual se ha soltado y se traba con el guía cadenas. Mala pinta tiene la avería…ya se ve Kiltor en Valdemanco esperando a que venga Deivid_Channel a buscarle en coche. Peeeero, no habíamos tenido en cuenta a nuestros manitas del grupo, Raúlo y Pakete, los maestros del Bricobike. Ruta muy accidentada la de hoy, sí señor; y no sería el último incidente como veremos a continuación.

En un ratillo la cosa está solucionada y seguimos trialera abajo, hasta llegar a un rampón de subida (asfaltado) en el cual unos excursionistas nos hacen unas fotos que parecen ratificar eso que decimos siempre de “están locos estos bikers”.

Una vez terminado de subir ese rampón comienza una bajada llena de pedrolos, en la cual tomo la delantera y hago trabajar las suspensiones de la Scott, que para eso están. Pero a la hora de subir un pequeño repecho (infausto recuerdo me trae esta palabra, después de los 101 Peregrinos) me doy cuenta de que el cambio va mal, muy mal. Paramos. Peter y Pakete se percatan de que la pata del cambio está completamente doblada (Alekz, que viene detrás de mí, afirma haber visto saltar un pedrolo de dimensiones considerables de la rueda al cambio, con un efecto liftado que hace que aquél se retuerza como un churro). Joeeeeeeer, ¿cuántas averías van hoy? Y no sería la última.

Bueno, una vez más y con su característica habilidad, Peter y Pakete consiguen “desdoblar” mi cambio en un par de minutillos y aunque no va tan fino como antes, sí que sirve para continuar la ruta perfectamente.

Como si nada hubiese pasado (el escorpión de nuevo), me lanzo detrás de Alekz como un poseso, en busca de las sensaciones que prometía la trialera que tenía por delante. Otra trialera con pedrolos, corta (como todas) pero muy intensa, con curvas, roderas que ponen el picante en alguna frenada “in-extremis” de Alekz, etc.

Vamos a parar a un tramo de carretera en subida, que abandonamos después de unos cientos de metros en un parking y retomamos la vía del tren en el sentido inverso al de antes. En esta ocasión cruzamos el túnel y vamos todos a muy buen ritmo llaneando. Parece que tenemos prisa por llegar a la opcional, pues con tanta avería se nos ha hecho tarde.

Salimos de la vía y tomamos un sendero en ligero ascenso que parece la jungla por lo cerrado de su vegetación. Hasta que…¿adivinais? …¡otra rotura de patilla de cambio! En esta ocasión es Alekz, el cual (afortunadamente, de nuevo) lleva otra de repuesto. Cambio y seguimos.
Nos espera la última trialera del día, quizás la que más me gusta nada más acabar la ruta (aunque rememorando todas al escribir la crónica he de decir que ahora no sabría cuál quedarme).

Ahora sí, me lanzo despendolado en primer lugar. Gustrek me sigue, aunque en poco tiempo noto (una vez más no tengo ni medio milisegundo para mirar hacia atrás) que voy solo. Disfrutando como nunca: son pasos en algunas ocasiones delicados y técnicos, pero hoy es mi día y paso por ellos volando. Sólo cuando llego abajo me doy cuenta de la velocidad a la que he ido, dado que pasan algunos minutos hasta que veo aparecer al siguiente biker…que no es Gustrek, sino Alekz. Éste me confirma que Gustrek ha decidido practicar esa modalidad tan de moda de salir por las orejas de la bici…”el águila”, le llaman algunos. Esperemos que Gustrek decida que ya tiene práctica suficiente y no siga en búsqueda de la perfección en la figura…

Uno tras uno van llegando todos los bikers, con Trabu en último lugar. Ya le irá cogiendo el aire a esto de las trialeras, poco a poco como todos, porque con ese pepino cuando lo haga será difícil echarle el guante.

Llegamos a nuestro destino, Navalafuente. Es tarde, pero casi todos hacemos un hueco para disfrutar de nuestra merecida opcional...¡qué menos! Peter ejerce de anfitrión y nos invita , junto con R@ulo a las bebidas…¡gracias, Peter y R@ulo, la próxima va por nuestra cuenta!

Después de este gran día me quedaría con la frase del gran Raúlo: ”cuando empecemos a tocar a reparación por salida, es hora de visitar al psiquiatra”. Yo creo que nuestra hora ha llegado.

Redactado por Golfer.
Fotos: R@ulo, Peter y GusTrek.
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