Fiasco en Valmayor

El nivel de satisfacción es directamente proporcional a las expectativas. Si éstas últimas son elevadas y la realidad no alcanza a cubrirlas, la sensación obtenida es la decepción. La ruta que relatamos es una buena prueba de ello.

Creímos haber "descubierto", buceando por Wikiloc, una ruta que cumplía nuestras expectativas endureras: senderos, trialeras, pasos técnicos, bajadas trepidantes... nada más lejos de la realidad. Nos encontramos saltando vallas, haciendo funambulismo para cruzar caudalosos ríos, escalando rocas y pisando fango, pistas y asfalto. Nos quedamos con el dulce sabor de boca de la buena compañía y de un par de senderos entretenidos.
ASISTENTES
Nos reunimos 12 bikers, alcosanseros y foreros: David, Deivid, Drugo, Golfer, GusTrek, Kiltor, Ñako, Pakete, Peter, R@ulo, Simón y Trabu.

TRACK
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DATOS DE LA RUTA
Sábado 22 de mayo: 39km, 675m de desnivel de subida acumulado, 4 horas y 10 minutos (2 horas y 45 minutos dando pedales).

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IMÁGENES DE LA RUTA



VIDEO RESUMEN DE LA RUTA



CRÓNICA
A las 8.00h nos encontramos en Alcobendas los que allí vivimos, para agruparnos en los coches y poner rumbo al Club Náutico de los Arroyos, donde habíamos quedado con el resto de bikers para disfrutar de una ruta, a priori, de puro MTB endurero.

Tras un par de "problemillas" del navegador, que no pueden faltar cuando soy yo quien guía la caravana de coches, llegamos puntuales a nuestro punto de encuentro, donde van llegando todos los citados, unos antes y otros después (como no puede ser de otra manera). Nos presentamos a las nuevas incorporaciones a rutas alcosanseras y también a las nuevas "burras" presentes: la Canyon Nerve de Trabu y la Scott Genius de Golfer. Nos pertrechamos, protecciones incluidas y a las 9.30h nos ponemos en marcha con muchas, muchas, muchas ganas.

Salimos del parking del Náutico y cruzamos el puente que separa los embalses de Valmayor y Los Arroyos para comenzar con un senderito divertido, paralelo al Arroyo Ladrón, salpicado por algunas piedras y raíces, de apenas 3km que nos deja al norte de Navalquejigo, junto las vías del tren. Rodamos rápidos y en fila, por lo estrecho del camino. Los que estrenan "bicha" disfrutan de las sensaciones que éstas le proporcionan en cada curva y con cada piedra, aunque éstas últimas no abundan, para nuestra desgracia. El sendero no tiene mucho picante, pero será uno de los pocos tramos que nos dejarán buen sabor de boca.

Una vez en las vías del tren, rodamos paralelos a ellas por la Colada de Navalquejigo y la de Cebadillas hasta llegar a El Escorial. En esta parte de la ruta, vivimos la primera sorpresa del día: una valla que protege las vías y que nos vemos obligados a cruzar varias veces para mantenernos en el camino, unas veces por abajo y otras por arriba. Nos lo tomamos con buen humor y vamos pasando, de un lado al otro, tanto nosotros como nuestras monturas entre lamentos y carcajadas.

Atravesamos El Escorial, aprovechando los bordillos para dar los saltos que buscábamos y no encontrábamos en los senderos. Cruzamos la M-505 y seguimos hacia el sur por pista para, poco después, desviarnos hacia el oeste para buscar la carretera que nos subirá hasta la Silla de Felipe II. 4 km "sosos" que aprovechamos para nuestra charleta y que nos dejan a las puertas de la Ermita de la Virgen de Gracia.

Nos separa de la Silla poco más de un kilómetro en subida y por carretera, a la que le recortamos unos metros por un sendero-trialera en ascenso divertido y no muy técnico, pero que exige tirar de manillar en alguno de los pasos. La corta subida estira el grupo y aprovechamos una sombra, a la entrada de la Silla de Felipe II, para reagrupar. No nos damos cuenta de dónde estamos, y nos perdemos la típica foto sentados en la silla de piedra del monarca.

Una vez juntos, nos ponemos en marcha, pero no soy capaz de encontrar el bucle que en este punto marcaba el track de Wikiloc y que incluía una trialera de subida, a pesar de haber incluido unos cuantos waypoints que lo delimitaban. Aprovechamos para hacer nuestra primera parada de avituallamiento, a pesar de no haber gastado muchas fuerzas con el poco desnivel de subida acumulado hasta el momento. Fotos, charla, risas, barritas y algo de agua para reponer el líquido perdido por el calor que desde el inicio nos acompaña. Sufrimos las primeras caídas del día, sin más consecuencias que un raspón en la rodilla de Kiltor y un golpe en la cadera de Pakete.

Hemos alcanzado el punto más alto de la ruta: 1.080 metros y comenzamos a descender, hacia el sur, por un camino ancho, pasando por la Casa de los Ermitaños de Arriba y junto a la Casas Vedado del Monte para llegar a la M-533, de la que recorremos unos metros hasta el Descansadero de las Lagunas de Castrejón. 4,5km pisteros que volvemos a aprovechar para cambiar impresiones y empezar a "acordarnos" del autor original de la ruta, que la describía como senderil y trialera... debemos tener conceptos diferentes de estas dos palabras, o quizás nos estemos adentrando demasiado en el lado oscuro....

Pasadas las Lagunas de Castrejón, entramos en una senda flanqueada a ambos lados por muros de piedra y que se presenta como una de las pocas "perlas" del día. Tiene algo de pendiente hacia abajo, alguna piedra y un escalón de casi medio metro que aterriza en un charco, afortunadamente, con poco fondo. Como llevo el track y guío la ruta, me lo encuentro el primero. Suelto frenos y ruego a Dios que no se hunda y se clave la rueda delantera, lo que hubiera provocado una salida sobre los cuernos y un aterrizaje en el barro. Pasa la rueda delantera, y detrás de ella el resto de la bici y quien la maneja, salvando el paso con dignidad y con un grito para avisar a Golfer y Simón, que me seguían a escasos metros.

El sendero que tiene unos 5km de diversión, aunque le falta algo más de picante, nos deposita en la M-600. Cruzamos la carretera y continuamos por la Colada de Fuentevieja durante 2,5km más hasta Valmayor, junto al manantial de La Pizarrera. Nos hemos adelantado Deivid, Golfer, Kiltor, Ñako, Simón, Trabu y yo, GusTrek, sin percatarnos de que el resto del grupo no nos seguía. Pensamos que no nos habíamos saltado ningún cruce, pero no debió ser así porque recibimos la llamada de R@ulo anunciándonos que se habían perdido.

Un par de indicaciones y a los pocos minutos aparecen David, Drugo, Pakete, Peter y R@ulo. Pedimos disculpas a los afectados y entono el "mea culpa" por el despiste. A partir de aquí deberíamos recorrer el sendero que discurre junto a la orilla oeste del Embalse de Valmayor hasta las proximidades de la desembocadura del río Aulencia. Y digo deberíamos, porque el sendero estaba, en muchos de sus tramos, desaparecido por la crecida del embalse. Algo más de 3km buscando lugares por los que salvar el tramo. Subimos rocas, saltamos árboles caídos, atravesamos zonas de fango... vamos, una "delicia".

Observamos en varios puntos del pantano como aletean con fuerza lo que entendemos son carpas, pero por el ruido que hacían y el agua que salpicaban, o eran mutantes, o el monstruo del lago Ness, que había cambiado de residencia. Llegamos al punto del track donde debemos cruzar la cola del pantano, y observamos cómo y por dónde deberíamos hacerlo: un par de troncos bien colocados a modo de ¿puente? que unían los 4 ó 5 metros que separaban una orilla de la otra.

David hace gala de su equilibrismo, que ya nos había demostrado pedaleando sobre una sola rueda, y pasa, con la bici a cuestas, los dos troncos que salvan el paso como un verdadero funambulista. Simón corta por lo sano, y cruza andando por el agua (que no sobre ella). Los demás salvamos con éxito el primer tronco y en el segundo nos ayuda David portando nuestras burras. ¿Todos?... ya conoceréis, por crónicas anteriores, la afición de Trabu por bañarse en los ríos, y este caso no sería la excepción: una vez desembarazado de su montura decide refrescar sus pies, y parte de sus piernas, en el agua, jejeje.

Ya estamos al otro lado de esta cola del embalse, y toca recorrer su orilla norte, 1,6km, hasta el Cordel de Valmayor. Si el tramo anterior era poco ciclable, éste lo era aún menos. Tuvimos que escalar rocas, descenderlas, arañarnos con las ramas de los árboles y las zarzas, frotar nuestras pantorrillas con las ortigas, llenar las burras de fango... lo más alejado del enduro que andábamos buscando, pero... como decía aquel: "la aventura es la aventura". Salvamos la situación y llegamos al cordel, apestando a fango... o a mierda (aún no he sido capaz de identificar el hedor, jajaja).

Sólo nos quedan 6km de ruta. Nos dirigimos hacia la cola este del embalse, la más grande, para recorrer el camino que sigue su orilla oeste hacia el Embalse de los Arroyos, desde donde salimos. Este tramo comienza siendo una pista, para luego convertirse en un sendero muy "simplón" hasta el puente del Club Náutico. Recorremos estos últimos kilómetros a buen ritmo, unos al olor de la cerveza y otros para llegar a tiempo a nuestro compromisos gastronómico-familiares.

Finalizada la ruta compartimos la sensación de decepción que nos ha quedado pero también el buen sabor de boca de la magnífica compañía y de las escasas "perlas" que hemos encontrado. Unos a los coches y otros a la opcional, después tocaría "despocilgar" nuestras monturas, nuestras vestiduras y nuestros cuerpos y pensar en aventuras futuras, aunque eso... ya es otra historia...

Redactado por GusTrek.
Fotos: R@ulo y GusTrek.

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