Hoyo de Manzanares v3.0

Hawaii para los surfers, Alaska para los snowboarders, Atlanta para los skaters... para los bikers alcosanseros y pakets, Hoyo de Manzanares es uno de los mejores spot del MTB madrileño. Jueves noche: nuestros únicos planes hasta ese momento, Patones, se habían esfumado por la imposibilidad de regresar a tiempo de nuestro guía para la ocasión, Golfer. Pero a las 23.45h de ese mismo día, Davidson escribió en nuestro hilo de Foro MTB la palabra mágica: Hoyo. La tranquilidad que reinaba hasta ese momento en el post, se rompió, dando paso a la aparición de un montón de loko-bikers, hasta entonces ocultos, que salieron de debajo de... ¿las piedras?. Hoyo nunca falla... ni defrauda... y siempre queda algo pendiente. ¿Habrá una v4.0?, sin duda.
ASISTENTES
Nos reunimos 10 bikers, entre alcosanseros y pakets: Alekz, Bluebullet, Davidson, GusTrek, Jeby, Jesusla, Jromero, Karmauri, Ñako y Senderos de Traición.

TRACK
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DATOS DE LA RUTA
Sábado 13 de febrero: 31km, 980m de desnivel de subida acumulado, 4 horas y 30 minutos incluida la opcional (2 horas y 40 minutos dando pedales).

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IMÁGENES DE LA RUTA




CRÓNICA
Cementerio de Hoyo de Manzanares, 9.30h, 4º bajo cero. Allí nos encontrabamos, puntuales, los 10 bikers que nos habíamos citado para disfrutar de los pedrolos de la zona. Luce el sol, pero el frío es intenso y las manos se nos están quedando congeladas mientras bajamos las bicis de los coches. Bromeamos con irnos a tomar un chocolate calentito a una cafetería, pero somos bikers, duros y aguerridos... en peores plazas hemos lidiado. Nos pertrechamos: bien abrigados (segundo día de la temporada que cubro mis piernas) y con las protecciones colgadas de nuestras mochilas.

A 6 minutos para la 10 nos ponemos en marcha, buscando las primeras pedaladas que nos abriguen. Tenemos que ir moviendo los pulgares, porque se nos quedan dormidos del frío. Avanzamos unos metros por el asfalto de la M-618, dirección este, para entrar por el divertido sendero de subida, que nos anticipa el tipo de terreno por el que discurre la ruta y que, tras 3km nos dejara en la Colada de las Cañada y Picazos. Recorremos este tramo agrupados y tranquilos, disfrutando de algunas piedras y raíces que adornan el camino.

Rodeamos Hoyo por el norte y dejamos atrás sus últimas casas por el oeste. 4,5 km más de sendero que nos dejan frente a las primeras piedras del día. Estos primeros kilómetros de la ruta son un sube y baja por todos bien conocido, que va preparando las piernas para la dura subida que aún nos espera. Sillín abajo para afrontar la primera trialera del día, sin protecciónes, que es corta y no compensa la parafernalia que colocarnoslas conlleva. Se tira Alekz, tras el Jeby, con el amortiguador haciéndole topes porque va perdiendo aire. Le sigue el que suscribe (GusTrek), después Davidson, Ñako, Jesusla, Jromero, Bluebullet, Senderos y Karmauri. Jeby "pilla" en el primer paso y yo, que le sigo muy de cerca (demasiado), le acompaño por no pasarle por encima (tentado estuve, jeje). Nos recomponemos y continuamos disfrutando del resto de la trialera y del sendero revirado y pedregoso que la continua.

Este tramo, de apenas 2 km, nos deja en la Urbanización La Berzosa, donde tomamos el Camino de Galapagar hacia el este, para iniciar la subida, de 6,5km, al Mirador del Diablo, junto a las ruinas de la Casa de Peñaliendre. Imprimimos buen ritmo a la subida y el grupo comienza a estirarse. Me gusta subir, y suelo hacerlo sin demasiada dificultad, pero hoy estoy mal dormido y, quizás por eso, no lo hago con la comodidad habitual. Reagrupamos a mitad del ascenso, bajo el habitual pino que vigila el cruce de caminos. Aprovechamos para tomar una barrita, beber algo de agua y recuperar fuerzas para afrontar el resto de la escalada.

15 minutos después continuamos afrontando la parte más dura de la ruta: una subida continua, con algunos pasos técnicos y poblada de piedras sueltas que no ayudan a mantener un ritmo continuo de pedaleo. Vamos "trepando" en fila india y el grupo se estira y se estira. Coronamos el cerro y aprovechamos el mirador para reagrupar, recuperar fuerzas, hacernos alguna foto y disfrutar la vista que el frío, pero soleado día nos regala. Hemos superado la parte más exigente del día, y tenemos por delante la más divertida y disfrutona. Jeby intenta llenar el amortiguador de aire, pero sin éxito, lo que al final le obligará a abandonarnos antes del final de la ruta.

Ahora sí, sillines abajo, nos colocamos las protecciones aquellos que las llevamos, y, con una sonrisa de oreja a oreja, nos disponemos a atacar la más larga, rápida, entretenida y gozosa trialera de la ruta. Casi 2,5km de camino muy estrecho y pedregoso, en continuo descenso y sin pasos excesivamente técnicos. Las ramas de los arbustos que escoltan el camino, te van golpeando los brazos, y hay que tener cuidado de no quedar enganchado con alguna de ellas. También hay que jugar con la posición de los pedales para no golpear con ellos ni en las piedras ni en los laterales del cauce.

Comienza Alekz, le sigue Ñako, tras él GusTrek, Jesusla y los demás (no veo en qué orden). Bajando si que me encuantro cómodo y voy rápido y disfrutando. Recorrido el primer cuarto de la trialera me encuentro a Ñako inspeccionando la flora de los laterales del camino. Como veo que está sano, continúo y me lanzo a la caza de Alekz. Cuando ya le tengo a la vista y queda, más o menos, un tercio del camino escucho a mi espalda un "pssssssssssssss" largo. Lo primero que pienso es que he petado el amortiguador, pero sigue tragando bien, por lo que descarto esta opción. Si embargo noto que la rueda trasera va excesivamente blanda, tanto ,que prácticamente no le queda aire. ¿Pero los neumáticos tubeless pinchan? Pues sí, una piedra debió realizar un agujero lo suficientemente grande como para que el líquido de la rueda no lo sellase.

Estaba disfrutanto tanto de la bajada que continué pinchado, con algo más de precaución para no destrozar la llanta. Nos reagrupamos al final de la trialera, con la cara iluminada y los ojos brillantes... ¡qué placer, esto es puro MTB! Por primera vez veo a Jeby terminar último el tramo, jajaja. Bromeamos con ello, pero su amortiguador ya no tenía nada de aire y hacía topes continuamente, por lo que fue una proeza que pudiese bajar la trialera sobre la bici. Reparamos el pinchazo con la ayuda del "equipo de ingenieros", liderado por Bluebullet, metiendo una cámara, no sin antes cargarme la válvula al intentar hinchar de nuevo la rueda.

Protecciones fuera y continuamos hacia el oeste por el sendero que atraviesa el arroyo de Peñaliendre y la Cascada del Covacho, subiendo por la enorme losa de piedra que la preside. Senderito divertido que nos conduce de nuevo al cruce de caminos donde anteriormente paramos bajo el pino. Aquí tomamos el senderito estrecho que va hacia el sureste, que pasa junto al Fuente del Huerto y atraviesa los arroyos de Peregrinos, del Cuchillar y de las Lanchas de Castilla, para dejarnos de nuevo en La Ponderosa. Sube y baja muy rápido y divertido que nos permite saltar, derrapar y disfrutar.

Bordeamos La Ponderosa por el norte y hacia el oeste, por la Cañada Real de Peregrinos, para buscar las últimas trialeras del día. En la última casa de la urbanización, Jeby continúa recto hacia Hoyo, seguir sería arriesgar, sin necesidad, una avería más gorda del amortiguador. Los demás tomamos dirección sur por sendero para alcanzar el último objetivo del día. Paramos a los 700 metros en un pequeño merendero cubierto, donde hacemos "momento barrita" y bromeamos sobre nuestras "fechorías" de dieciséisañeros.

10 minutos después, seguimos hasta atravesar el Barranco del Cura y el Arroyo de la Berzosa, para encontrarnos con los pedrolos tan ansiadamente buscados. La zona está algo embarrada, y la rueda trasera cuando no se cruza, patina, haciendo las delicias de los unos y los otros, y "chocolateando" las, hasta ahora, impolutas monturas. Afrontamos la trialera con mucha precaución, puesto que a los pedrolos les acompañan hielo y barro, lo que pone en peligro la verticalidad de nuestras bicis. Esto no nos permite disfrutar tanto como en buenas condiciones lo hubiesemos hecho, pero con lo gozado hasta el momento, nos podemos dar por bien satisfechos.

Finalizadas las trialeras y dejando un "bike park" natural a nuestra derecha, nos dirigimos al norte por el camino que nos conducirá a cruzar el arroyo del Chaparral e introducirnos en Hoyo de Manzanares, donde buscamos lugar para la opcional y lo encontramos junto a la Iglesia Nuestra Señora del Rosario. Deben tener alguna fiesta, porque han instalado barbacoa en la plaza y se ve mucho movimiento en la zona. Ñako nos abandona por falta de tiempo, los demás amontonamos las "burras" frente al bar y regamos nuestros gaznates con cervezas y refrescos, mientras los lugareños observan nuestros disfraces bien salpicados de barro -"están locos estos bikers"-, se lee en sus ojos.

Tras algo más de media hora, nos ponemos de nuevo en marcha, para recorrer el kilómetro de calles y carretera que nos separa de los coches. Una vez allí nos encontramos con las gorras de regalo que nos dejó Jeby (gracias!) y con la satisfacción de un día de MTB en estado puro. Lavamos las bicis con nuestras "Kärcher manuales de Alcampo", nos despojamos de nuestros complementos (cascos, camel, guantes, protecciones, etc...) y comentamos las mejores jugadas del día. Echamos de menos a muchos de los habituales, unos locos por las piedras, y otros que empiezan a cogerle el gusto. Eso sí, nos hemos dejado algunos senderitos por recorrer, para la v4.0, aunque eso... ya es otra historia...

Redactado por GusTrek.
Fotos: GusTrek.

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