Preparación Peregrinos v1.0

Un objetivo ambicioso que llevará al límite nuestras capacidades físicas y mentales. Un plan meticulosamente trazado. Los medios requeridos para llevar a cabo dicho plan. Y el tremendo esfuerzo y sacrificio necesarios para culminarlo con éxito. El resultado de todo lo anterior sólo puede ser la satisfacción que acompaña a la consecución de aquello por lo que se lucha con la única ilusión de la superación de uno mismo.
ASISTENTES
Nos reunimos 8 aguerridos bikers, entre alcosanseros y pakets: Alekz, Bluebullet, Golfer, Jeby, Jesusla, Jromero, Magellan y Rul_Bierzo.

TRACK
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DATOS DE LA RUTA
Sábado 30 de enero: 85km, 1.666m de desnivel de subida acumulado, 7 horas y 15 minutos (5 horas y 45 minutos dando pedales).

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IMÁGENES DE LA RUTA

CRÓNICA
Nuestro objetivo: ir al infierno y volver; 101 y/o 165kms del más exigente Mountain Bike a través de todo tipo de terrenos y las más variadas condiciones (grandes y prolongadas pendientes, barro, agua, etc). Nuestro plan: seguir las directrices de nuestro “Coach” Alfonso Magellán, experto en estas lides y curtido en decenas de batallas de esta índole, quien nos propondrá las distintas rutas que nos irán poco a poco preparando física y mentalmente para el triunfo. Los medios: nuestras queridas monturas y vestimentas, añadiendo por supuesto la voluntad, el esfuerzo y el sacrificio que no nos faltarán en esta empresa.

Comenzamos la preparación con una ruta “de inicio” que sale desde la estación de tren de Tres Cantos y que, después de llegar a Navacerrada, retorna al punto de partida. Una ruta de, sobre el papel, 85kms. Muchos más de los que un servidor había hecho nunca de una tacada. Nos reunimos en la mencionada estación de tren a las 8:30h. Esta vez, imagino que siendo todos conscientes de la longitud de la ruta y lo importante de comenzar lo antes posible, somos de lo más puntuales.

A las 8:45am estamos dando pedales en busca de la primera bajada del día, el tramo de pista que une el carril bici con el arroyo Tejada. A continuación, después de cruzar el arroyo, que en esta época del año más bien parece un río (¡benditos calcetines Sealskinz!), continuamos tranquilamente nuestro camino, siguiendo la ya conocida subida pegada a la valla del Pardo y posteriormente la rápida bajada, encabezada por el que suscribe y seguido por Alekz y Jeby, que nos deja en la curva previa a los dominios del terrible can al que siempre alude Davidson (y que, siendo honestos, yo jamás he visto). Se empieza a dudar por estos lares de la existencia del perro, habiendo hipótesis de alucinaciones por exceso de calor, esfuerzo o ambas, por parte del mencionado biker.

En este punto y mientras esperamos al resto, Jeby comienza a trastear con su desviador, el cual parece que roza con la cadena. Para evitar quedarse fríos, Rul_bierzo, Magellán, Jromero y Jesusla deciden continuar y nosotros quedamos en cogerles más adelante. Entre Jeby y Bluebullet consiguen dejar el desviador exactamente igual que estaba, después de 15 minutos de “dale para la izquierda, no, no, para la derecha; aprieta, afloja…dale, dale, estira, afloja”. Menudos dos mecánicos tiene el grupo. Bueno, para ser honestos, después de la operación sonaba bastante menos…

Reiniciamos la marcha con la subida hasta el comienzo de la primera trialera del día, que baja hasta el Puente de la Marmota (versión “larga”). Me encanta esta trialera: tiene su punto de peligro por lo rápido que se puede ir, pero es muuuuuuy disfrutona. De nuevo, encabeza Golfer, seguido por Jeby con su nueva montura ultraligera (¡qué obsesión con el peso, Señor!), la cual en esos momentos por lo visto aún frenaba. A continuación, Alekz y Bluebullet cerrando el grupo.

Sin parar (el resto del grupo no está aún a la vista) subimos el precioso y exigente sendero que nos deja en el inicio de la “pista pestosa”. He de decir que cada vez me gusta más la subida de este sendero y esta vez casi consigo subirlo “del tirón”, teniendo que apoyarme en una roca en un paso muy complicado. La próxima vez será. La verdad es que la rueda trasera (Maxxis Ignitor) es una verdadera maravilla: unida a la suspensión de mi querida Rush, consiguen una tracción increíble.

Es en la pista pestosa donde Bluebullet empieza a dar señales de cansancio. No es buen augurio, llevamos pocos kms y quedan aún muchísimos por recorrer. Jeby y Alekz tiran un poco hacia adelante y yo decido darle a Bluebullet conversación, de tal forma que poco a poco, va superando su “pájara”. Este tío es un fenómeno. La ruta transcurre sin más anécdotas dignas de relevancia y aún no avistamos al resto del grupo. Llegamos al Puente Medieval y nada, allí tampoco están. Finalmente los vemos a lo lejos, en la pista, y apretamos el ritmo para cogerles, algo que hacemos antes de tomar el desvío hacia Manzanares. Por fin juntos de nuevo.

La bajada hasta Manzanares el Real la hacemos ya todos juntos por una trialera bastante rápida y divertida, aderezada con el barro típico de estas épocas. Los kilómetros van pasando, sin hacer aún mella aparente en nuestras fuerzas y moral, por lo menos no se aprecia en ninguno de los componentes del grupo.

Después de pasar por el parking de la Pedriza encaminamos nuestras pedaladas hacia Mataelpino (nombre que le encanta a Magellán), donde tomamos una variante que implica subir un par de rampones de cuidado que, ahora parece ser que sí, empiezan a mermar las fuerzas de alguno de los componentes del grupo. Son más de 40kms los que llevamos y somos conscientes de que aún no hemos llegado a la mitad del recorrido. Es aquí donde empieza la titánica lucha entre la mente y el cuerpo. A continuación recorremos el sendero que, en ligera subida, nos lleva hasta la trialera que tanto nos gusta y que desemboca en la pista del Pinar de la Barranca. En esta ocasión, para variar, el barro es el artista invitado. Nada que no se pueda solucionar apretando dientes y pedales más fuerte.

Es al final de la subida de la trialera donde certifico lo que venía sospechando desde hace un rato: no he ido del todo fino en toda la ruta y en este punto he sufrido como hacía tiempo, algo que Magellán (que no pierde detalle) capta. Veamos como evolucionamos, me digo. Afortunadamente lo que nos espera acto seguido es el descenso de la trialera que acabamos de subir. Magia para mi cuerpo. Me lanzo como un poseso encabezando el grupo, con tanto ímpetu que en la salida de una curva encuentro un banco de arena y consigo realizar una bella figura: derrape prolongado de la rueda delantera que, afortunadamente, consigo controlar sin mayores consecuencias. Por poco. En este mismo tramo me comenta rato después Jeby que había tenido su primer encontronazo con sus frenos, dado que las pastillas están ya muy gastadas y no frenan como debían, marcándose “un recto” en una curva, afortunadamente sin consecuencias también. Somos unos hachas. De hecho, al finalizar dicha trialera, me encuentro como nuevo (¿?).

En este punto nuestro Coach Magellán, haciendo gala a partes iguales de su conocimiento del terreno y de la psique humana, decide introducir una variante en la ruta original: metiendo en su coctelera el hecho de que es nuestra primera ruta preparatoria, que en dicha ruta original aún quedan un par de dificultades importantes, que todavía nos restan muchos kms para acabar y que las fuerzas empiezan a estar justas en algunos casos, el resultado es la decisión de dirigirnos hacia Becerril de la Sierra, yendo posteriormente a Moralzarzal y desde allí hasta el Puente Medieval por la pista donde horas antes nos habíamos encontrado los dos grupos. Es en esta pista donde Jesusla comienza a dar muestras de cansancio, pero en realidad su amor propio y coraje hacen que se sobreponga en breves momentos.

Una vez en el Puente Medieval cogemos la última trialera del día, que une el anterior monumento con la vía del tren que nos llevará hasta Colmenar Viejo. Esta trialera también nos deja también muy buen sabor de boca, con pasos (tanto en bajada como en subida) bastante técnicos. En unos de estos escucho detrás de mí un “ay, ay, ay” de una voz no reconocible por mí, seguido de un “jajaja, por qué poquito” en voz de Alekz. Posteriormente me entero de que Jeby había tenido un “momento de tensión” que solventó, como en él es habitual, con maestría.

Una vez en Colmenar la mente hace maravillas, demostrando su tremendo poder e influencia sobre nuestro cuerpo: todos podemos percibir la cercanía de nuestro objetivo y eso nos da la fuerza necesaria para recorrer los escasos 10-12kms que nos separan de él, previo cruce en repetidas ocasiones del arroyo Tejada (¡benditos calcetines Sealskinz, otra vez!).

Hemos recorrido más de 85kms y sólo nos queda el último escollo: la subida que nos deja en el carril bici. Lideran la subida los figuras Jeby, Jromero y Alekz, siguiéndoles Magellán y Rul_bierzo. Yo me quedo esperando a Bluebullet y Jesusla, que en realidad vienen enseguida y me dicen que “tire p’arriba”. Como me encuentro bien de fuerzas decido probar e intentar coger a los 3 que van más delante, que me sacan unos 200m. Nada, están más fuertes que el vinagre y aunque al principio me voy acercando a ellos, a mitad de subida veo que será imposible, como finalmente resulta ser.

Una vez arriba reagrupamos y nos dirigimos a los coches. Ha sido un tremendo éxito para todos: 88kms totales, casi 7h (6h de pedaleo, con una media de 15km/h en marcha, lo cual no está nada mal) y primera prueba conseguida. Nadie duda ya de que conseguiremos nuestro objetivo y sólo estamos deseando que llegue nuestra próxima ruta de largo recorrido.

Redactado por Golfer. Fotos: JRomero.
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