El Jardín de Ñako

Llega el sábado, y por fin, la meteorología es favorable, así que, sin falta, había que organizar un buen fin de semana de Mountain Bike. Y hoy, 30 de enero de 2010, Ñako nos esperaba en la famosa c/Braojos de Madrid para guiarnos en una rutilla tranquila por el jardín de su casa, más conocido como El Pardo.
ASISTENTES
Nos reunimos 4 aguerridos bikers: Davidson, GusTrek, Ñako y Ludupe.

TRACK
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DATOS DE LA RUTA
Sábado 30 de enero: 26km, 522m de desnivel de subida acumulado, 3 horas (2 horas dando pedales).

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IMÁGENES DE LA RUTA

CRÓNICA
A las 9:40, llegamos a la famosa calle madrileña, conocida por ser uno de los puntos de acceso preferidos por los bikers al monte de El Pardo. Lo primero que te desayunas en entrando por la c/Braojos, son dos rampones de los que quitan el hipo, que así de entrada, te sacan el corazón del pecho, pero eso si, te hacen entrar el calor a velocidad de vértigo.

Una vez terminada la primera subida, y ya en la parte más alta, junto al “Tiro Pichón”, enfilamos el primer sendero del día, y posiblemente el más divertido. Disfrutamos como niños, el terreno está para correr, con la humedad justa para que el agarre sea perfecto.

Una vez abajo, enfilamos el sendero que discurre paralelo a la carretera que une Madrid con El Pardo. Divertido tramo que serpentea entre pinos y encinas, y en el que se intercalan zonas rápidas con zonas técnicas, y bajadas para hombres, con subidas para hombretones.

Antes de llegar al pueblo, giramos a la derecha para subir por la pista, que va hasta la entrada trasera de la finca del Palacio de la Quinta, y que une las dos carreteras que llegan a El Pardo, la de Madrid, y la de Fuencarral.

Reagrupamiento al final de la pista, y de nuevo entretenida bajada hasta el restaurante El Faro, otro serpenteante y rápido sendero que hace las delicias de los cuatro bikers que nos habíamos juntado entre Pakets y Alcosanseros.

Al llegar abajo, decidimos subir a lo que entre nosotros llamamos “El Bunker”, donde hacemos una paradilla para “picar” algo.

Terminada la parada, Ñako decide que subamos un poco, y nos dirijamos al Mirador de los Caballos, pero como “la cabra tira pal monte”, sin pensarlo, se tira para abajo por otro divertido sendero que nos lleva hasta el pueblo, y una vez allí se da cuenta de que iba en dirección contraria. Unas risas, y directos a la presa, una de las paradas casi fijas cuando vamos por esta zona.
La vuelta, por la otra orilla del río, un sendero divertido, pero, quizá, con demasiada gente, que por que no, puede ser otro aliciante. Al llegar al pueblo, decidimos ir hacia el coche pensando en la opcional, a la que Ñako, por obligaciones familiares no se queda.

Gustrek, Ludupe y servidor, Davidson, decidimos ir a darle a la cerveza a Alcobendas, cerca de casa, y donde podemos ver el coche y nuestras bicis, mientras disfrutamos de una estupenda opcional.

Redactado por Davidson. Fotos: GusTrek.
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