Abantos Naranjera v2.0

Dicen que segundas partes nunca fueron buenas. Claro, que también dicen que no hay dos sin tres. En nuestro caso de las dos afirmaciones anteriores sólo una es cierta… y la otra es completamente falsa. Para saber cuál es cuál, tendremos que seguir leyendo la crónica de esta ruta.
ASISTENTES
Nos reunimos 9 bikers: Alekz, Alfonso, Golfer, GusTrek, Jeby, JRomero, R@ulo, Rul Bierzo y Trabu.

TRACK
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DATOS DE LA RUTA
Sábado 21 de noviembre: 36,5km, 1.255m de desnivel de subida acumulado, 4 horas y 48 minutos (3 horas y 10 minutos dando pedales).

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IMÁGENES DE LA RUTA



VIDEO RESUMEN DE LA RUTA




CRÓNICA
Vayamos por partes: era viernes y - para variar- no teníamos ruta definida para el sábado. Ahora bien, en las últimas horas (siempre nos sobran un par de ellas o tres :-D) convinimos que -de todas las propuestas que había sobre la mesa- repetir la del sábado anterior con ciertas modificaciones propuestas por nuestro “investigador de rutas”, Gustrek, y que mejorarían las pequeñas faltas que habíamos encontrado en ella, era lo que queríamos.

Así que dicho y hecho. Nueve bikers (Alekz, Alfonso, Golfer, Gustrek, Jeby, Jromero, R@ulo, Rul Bierzo y Trabu) habíamos firmado nuestro compromiso en la lista abierta en nuestro cada vez más popular y visitado hilo del foro.

Los augurios no eran buenos: Accuweather había predicho que no llovería en toda la mañana; aún así nos arriesgamos y decidimos que unas gotillas no iban a pararnos, ¡menudos somos los alcosanseros!

Peeeeeeero, hete tú que Accuweather acertó contra todo pronóstico. Nos levantamos con un día espléndido para el MTB: la temperatura, sin ser veraniega, tampoco era demasiado fría. Las pocas nubes que había eran como pequeños algodones dispersos por el cielo, desde luego nada preocupante. Los ingredientes para un día de disfrute del MTB estaban dispuestos.

Con las mismas ganas de siempre y con el entusiasmo por volver a repetir los maravillosos caminos del fin de semana anterior, que aún teníamos frescos en nuestras retinas, emprendimos los 4 residentes en alcosanse la marcha a las 8:15 desde nuestro punto de encuentro en Alcobendas. Esta vez Gustrek decidió no llevarnos de turismo por la sierra de Madrid y conseguimos llegar a la primera a nuestro punto de encuentro con el resto del grupo...¡y en hora, a las 9 en punto! Esta vez los que llegaron tarde fueron Jeby y Alekz, cuyo navegador no pasaba por sus mejores momentos, parece ser :-D.

Como siempre, los preparativos de rigor nos llevan unos minutillos (a algunos más que a otros, todo sea dicho) y alrededor de las 9:30h nos ponemos en marcha…ascendente, para más datos. ¿Haremos alguna vez una ruta que nos deje calentar un poco nuestros –a esas matinales horas- entumecidos músculos? Empezamos a tener serias dudas al respecto.

A Golfer particularmente se le hizo bastante más llevadera la subida que la vez anterior: son estas cosas del MBT, que si has cenado mejor, que si estás más descansado, que si la abuela fuma o el gato se droga…no sabemos, pero hacen que ningún día sea igual a otro.

Todo lo contrario que a Trabu. Desde el principio se vio que algo no iba bien; de esas veces que las piernas parece que te funcionan, pero que el ritmo no llega. ¿Pájara? No, más bien apostamos por un mal día propiciado por alguna “oculta” o no tan oculta razón (¿gripe recién curada?)

El caso es que comenzamos subiendo las ya “famosas” zetas de Abantos (más de uno y de dos pensando en la “interesante” bajada que podrían proporcionarnos) y el empinado tramo de varios kilómetros asfalto hasta coronar el puerto del Malagón. Cada uno a su ritmo llegamos arriba y reagrupamos. Trabu ya ha dado aquí muestras de lo mal que lo está pasando y Jeby va con él como buen “gregario” que es :-D. “Es joven, seguro que luego en la bajada se recupera como Miguel el otro día”, son los comentarios que se oían en el grupo.

En este punto tomamos la primera variante del día propuesta por Gustrek…bueno, lo cierto es que nos costó un poquillo encontrar el sendero de subida a Abantos: hacemos un poco de “empujabike” campo a través hasta llegar al mencionado sendero que nos llevaría hasta, justo… la pista que teníamos que haber cogido un poquito más adelante para evitarnos el empujabike. Son cosas que pasan :-D.

Esta pista se convirtió un poco más adelante en un sendero que, con bastante piedra y una cierta pendiente, puso a prueba por igual técnica y fuerza de los 9 bikers antes de dejarnos justo en la cruz de Abantos. Uno tras otro, sin excepción, llegamos todos..¡qué gran grupo! En este punto la niebla hizo su aparición, provocando disparidad de opiniones: algunos creemos que le da un ambiente especial al sitio, otros –no sin razón- opinan que nos priva de las tremendas vistas sobre el Valle de los Caídos. A ver si la próxima vez (las dos veces que hemos estado ha hecho acto de presencia este fenómeno atmosférico) está despejado y podemos comparar.

Parada técnica de avituallamiento, tonterías varias sobre la roca que da al precipicio y continuamos la marcha, ya todos con el pensamiento puesto en los tramos de descenso trialeros que nos quedaban por delante: los que ya los conocíamos por revivirlos y los que no, con grandes expectativas por lo pesados que nos habíamos puesto contándoselos.

Iniciamos el descenso por la inédita y primera trialera del día, hasta llegar al punto de enlace con la ruta del sábado anterior y dirigirnos hacia San Juan, pasado el cual alcanzaríamos la segunda trialera del día.

Bordeamos el refugio de Naranjera y seguimos, esta vez sin parada. Ahí estaba, no se había movido ni un ápice: las mismas piedras, las mismas pendientes, las mismas curvas… y sin embargo tan distinta del día anterior. Más magia del MTB. No sé si es porque estaba seco el terreno, porque era la segunda vez que pasábamos (algunos) o qué, pero lo cierto es que fue aún más disfrutona que la primera vez.

Ante el estupor de todos e incredulidad de la gran mayoría, Alekz se lanza a intentar sobrepasar el primer obstáculo, las primeras rocas que dan paso a la trialera: a todas luces una “misión imposible” para casi la mayoría de los mortales. Es un paso muy complicado y un pequeño error puede dar con tus huesos contra la roca unos metros más abajo. Alekz, en un pis pas, lo ha solventado. Un figura, el tío.

Los demás bajamos este primer escollo con la bici al hombro para comenzar a disfrutar poco después de la trialera que, al principio, tiene bastante pedrolo (no suelto) para pasar poco después a convertirse en un sendero rápido y técnico con pedrolos (sí sueltos) que tienen la costumbre de colocarse de tal forma que si se esquiva uno, el siguiente siempre está en tu camino. Golfer sigue a Alekz como puede y llegan al árbol caído en medio del camino separados por pocos metros, de tal forma que deciden no saltarlo por no dejar en evidencia al resto del grupo… ;-D Allí mismo aprovechamos para reagruparnos y verificar que Trabu sigue sin reponerse de su mal día. ¡Vaya contrariedad!

Sin tiempo para enfriarnos mucho continuamos el camino en busca de la tercera trialera del día, previa pérdida de una parte del grupo al no tomar el desvío del camping. La conversación se sucedió, más o menos, así:
- ¿No llevábamos 2 Walkies?.
- Si, claro, uno Jeby y el otro Alekz - dijo alguien.
- Anda, Alekz, llama a Jeby y dile que tienen que tomar el desvío - dijo otro.
- Pero si yo le he dado mi Walkie a Trabu - comentó Alekz.
-¿Pero no van Trabu y Jeby van en el mismo grupo despistado? – recordó fielmente un tercero.

Efectivamente, Jeby intentó llamarse a sí mismo y no se contestó :-D. Menos mal que tenemos teléfonos móviles y cobertura…¡un walkie talkie cada uno es lo que necesitamos! O mejor dos, porque somos capaces de perderlo en ruta, vaya tela :-D

Una vez reagrupados por fin encaminamos nuestros pasos (perdón, nuestras pedaladas) a la tercera trialera del día. Aquí Golfer se adelanta y gracias a su conocimiento previo del terreno consigue llegar primero abajo, con Alekz a pocos metros detrás de él. Esta trialera es un cauce de un pequeño riachuelo y tiene curvas peraltadas, cárcavas, etc. de tal forma que todo junto perfila un escenario único para el disfrute del MTB en su más pura esencia. Uno tras otro van apareciendo los 7 bikers restantes, con Trabu cerrando el grupo y portándose como un jabato ante la impotencia que provoca la falta de fuerza.

Los siguientes kilómetros (esta vez decidimos no saltar la valla del sábado pasado ida y vuelta, aunque a alguno se le ocurrió decirles “a los nuevos” que había que ir por allí…y no daremos nombres, una vez más :-D) son de subida. En total, unos 6 o 7 (así, a ojo de buen cubero): primero por una pista forestal bastante buena y luego por asfalto. Ahora es Golfer quien toma el relevo de Jeby (que ha cumplido con su misión de gregario casi toda la ruta hasta el momento) y acompaña a Trabu intentando insuflarle ánimos, pero procurando a la vez no resultar demasiado pesado (probablemente sin éxito en ninguna de las dos misiones). El grupo a su vez disminuye el ritmo para no separarse demasiado de los dos rezagados (qué grande es este deporte y las personas que lo practican) y lo consiguen, ya que no tardamos mucho tiempo más que ellos en llegar arriba a pesar del poco ritmo que llevábamos. El esfuerzo de Trabu es digno de elogio, ya que no es sencillo hacerse estas subidas en sus condiciones, ¡bravo por él una vez más!

Y a continuación comenzó el último tramo del día, todo lo que quedaba era descenso ya: primero por asfalto, con algunos tramitos de sendero pedregoso (mini trialeras, podríamos llamarlas) que cortaban las grandes curvas que forman la carretera. En el primero de ellos Jromero se pasó y decidió bajar por asfalto, ¿para qué dar la vuelta? :-D

A Golfer, el hecho de que ya le pasase la vez anterior (se le nubla la vista al pobre), no le impidió volver a cometer el mismo error de nuevo y desembocó en la carretera (hay unos arbustos y hasta que no estás encima de ella no la ves) otra vez a velocidad excesiva, sin tiempo casi para parar del todo y meterse en el asfalto en plena frenada. Afortunadamente no venía ningún coche y el incidente no pasó de eso.

Cruzamos la carretera para continuar el senderillo tan divertido, hasta que llegamos a un punto en el que Gustrek nos avisó que si continuábamos nos metíamos en la trialera de Los Vascos. Decidimos que, según estaban las cosas, era mejor descender por las Zetas, que son más sencillas y probablemente más disfrutonas.

Dicho y hecho: terminamos el descenso por asfalto a gran velocidad hasta empalmar con la pista que nos conduciría a las Zetas, poniendo presión sobre algún que otro coche al que probablemente le costaba dar crédito a lo que veía por el retrovisor.

Todos menos unos pocos, entre los que estaban Raúlo, Trabu y Alekz, llegamos a la mencionada pista. “¿Dónde están los que faltan?” ” No hemos bajado una distancia tal como para que tarden tanto”. Después de un par de llamadas de teléfono (una vez más los 2 walkies están en el mismo grupo “perdido”, esto ya era de traca), aparecen los “perdidos”, explicándonos que Alekz -en una de sus piruetas- ha conseguido reventar una rueda contra una piedra y habían tenido que cambiar la cámara.

Probablemente (o probablemente no, quién sabe) en ese lance ocurrió el peor incidente del día y lo que podríamos denominar “una gran faena”: Alekz perdió la llave del coche, algo de lo que no se percataría hasta llegar al coche.

El caso es que, ignorantes de lo anterior, bajamos las Zetas como alma que llevaba el diablo: Golfer, Jeby y Alekz encabezaban el grupo con un espectáculo de derrapes (para colocar la bici en cada una de las zetas, claro), alguna caída tonta de esas a 5km/h, y mucho, mucho disfrute. El resto del grupo también lo pasó en grande, llegando abajo muy poco tiempo después.

Los comentarios en el reagrupamiento fueron, una vez más, unánimes:” ¡qué divertida es!”

Lo que quedaba ya era el trámite de los dos o tres últimos kilómetros hasta llegar a los coches. Y fue allí donde Alekz se dio cuenta de que en algún punto de la ruta había perdido la llave de su coche. Alfonso (todos te damos las gracias, ¡qué tío más grande!) le llevó hasta el punto de la carretera donde pararon a reparar el pinchazo y…nada, no la encontraron allí. Los demás les esperamos en los coches hasta que, casi una hora después, nos confirmaron que estaban camino de la estación de tren que llevaría a Alekz a casa a por una llave de repuesto que le permitiría coger el coche de nuevo.

Trabu, que es un valiente, nos confirmó que por fin había disfrutado las Zetas y para él quedaba esta ruta como pendiente para poder disfrutarla por completo como hicimos el resto del grupo. ¡Ahí estaremos para acompañarle en su próxima ocasión, que será la segunda de algunos y la tercera de otros!

Un problema de esta ruta es que, por B o por C, nunca podemos hacer una opcional y hablar de rutas futuras. Una pena.

En fin, que hemos dado a lo largo de la presente crónica bastantes pistas para descifrar el “enigma” inicial, ¿no?

Redactado por Golfer.
Fotos: GusTrek y R@ulo.
Vídeo: R@ulo.
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