De unos meses a esta parte estamos insistiendo en visitar la zona de la sierra norte madrileña situada entre Miraflores de la Sierra y La Cabrera. Esta parte de la Sierra nos ofrece las condiciones que, generalmente, buscamos en AlcoSanse MTB: poca pista, mucho sendero, trialeras con piedras, surcos y raíces, poca gente, buenos paisajes...
Afortunadamente, en Madrid disponemos de bastantes lugares con todas o parte de estas condiciones, pero quizás sea éste uno de los menos explotados y utilizados por los bikers. De ahí nuestra insistencia de estudiar bien estos parajes para crear "la ruta perfecta", que aglutine los mejores senderos y trialeras de esta zona. Este domingo, junto con algunos miembros de los Trankilos, continuamos incorporando nuevas sendas a nuestro "estudio".
ASISTENTES
Nos reunimos 4 bikers: Dr.Biela, Gustrek, J.Cam y Karmauri.
TRACK DE LA RUTA
Haz click aquí para descargar el track de la ruta.
DATOS DE LA RUTATRACK DE LA RUTA
Haz click aquí para descargar el track de la ruta.
Domingo 9 de octubre: 36km, 867m de desnivel de subida acumulado, 3 horas y 55 minutos (3 horas pedales).
IMÁGENES DE LA RUTA
CRÓNICA
Fotos: Gustrek y Karmauri.
IMÁGENES DE LA RUTA
CRÓNICA
Mientras algunos de los habituales alcosanseros (Golfer y Magellan) acudían a la Ruta Imperial, el que suscribe se sumaba a la propuesta de rodar por la Cabrera que los Trankilos planteaban en su hilo de Foro MTB. La compañía, J.Cam, Karmauri, Ñako (con los que ya he rodado en numerosas ocasiones) y Dr.Bielas (al que no tenía el gusto de conocer), era perfecta y, además, el track discurría por algunas zonas desconocidas para mí, y, por lo tanto, conocerlas podría resultar muy útil para nuestro estudio en curso.
A las 9.00h estábamos todos en Valdemanco, frente al restaurante El Cerrillo, nuestro punto de encuentro. Todos menos Ñako, que nos comunicaba su imposibilidad de asistir a la ruta, vía SMS. El termómetro marca 8º y aunque la sensación es de "fresquete" sabemos que las primeras rampas de subida y el sol, nos harán entrar en calor en breve.
Nos ponemos en marcha unos minutos después de las 9.00h, y tras un par de intentonas, enlazamos con el camino correcto en el que se inicia el track, y que se dirige hacia el sureste desde las vías del tren y paralelo a la M-610, carretera que une Valdemanco y La Cabrera. Los primeros kilómetros de la ruta los realizamos por una senda muy divertida, con algunas piedras y surcos, que van desapareciendo a medida que consumimos los casi 5 primeros kilómetros de longitud que tiene.
Este primer sendero, con tendencia descendente, nos deposita en el camino de Cabanillas, que tomamos en dirección noreste. El camino se convierte en pista y el descenso en ascenso, dirigiéndonos hacia las inmediaciones de La Cabrera.
Hemos cruzado la M-610 y seguimos zigzagueando por el oeste del pueblo hacia el norte, para tomar un tramo del GR-10 en las proximidades del Convento de San Antonio. Tras rodar unos cientos de metros por el asfalto de este tramo del GR, lo abandonamos por un sendero a nuestra derecha, para buscar las calles del pueblo.
Callejeamos por las últimas casas al norte de La Cabrera. Son las 10.15h de la mañana y la temperatura es perfecta. Poco después del GR-10 comenzamos de nuevo un descenso que durará los próximos 6 kilómetros. Nuestro objetivo es realizar un bucle al otro lado de la A-1, por los senderos que hay entre la autovía y Pradera del Amor. Para llegar a ellos cruzamos por un tunel bajo la A-1, y entramos en faena por el camino de los Vallejos.
Este camino nos ofrece unas cuantas piedras más, en forma de enormes lajas de granito, que nos ofrecen unos escalones donde disfrutamos como niños. Aprovecho alguno de los pasos para inmortalizar a mis compañeros de grupeta. El Camino de los Vallejos muere en la Cañada Real de las Merinas, que recorremos hacia el sur durante 1 kilómetro antes de volver hacia el norte rodeando unas elevaciones rocosas y algunas fincas privadas.
Seguimos descendiendo por senderos rotos y divertidos, cruzando la M-127 y acercándonos a Pradera del Amor, un grupo de casas próximas al Berrueco. Desde aquí, y ahora en subida, buscamos por senderos el lateral derecho de la A-1, para cruzarla por un puente y volver a rodar por la Cañada Real de las Merinas, ahora al otro lado de la autovía y con dirección noroeste. Rodamos bastante juntos, esperándonos en aquellos rampones que nos separan. Me ha gustado mucho esta zona, inédita para mí, senderos estrechos, piedras, arena...
Después de rodar unos cientos de metros por la cañada, y antes de abandonarla, hacemos una parada para reponer líquidos y fuerzas con una barrita algo más allá del arroyo de las Roturas. Hasta ahora la ruta no está siendo nada exigente, pero el continuo sube y baja y el terreno roto por el que rodamos nos abre el apetito. Unos metros más de pista y tomamos un sendero que nos introduce en el tupido pinar del Espaldar, por el que disfrutamos sobre su terreno roto.
Disfrutamos la sombra de los pinos poco tiempo, porque en seguida estamos rodando por un camino que nos dirige hacia Fuente Blanquilla, prácticamente plano y que en algunas zonas se estrecha y se tapiza de buenos pedrolos y en otras se ensancha y cubre con grandes bancos de arena. Cruzamos los cauces secos de algunos afluentes del Jóbalo: el arroyo de la Granja, el de los Chorros...
Un kilómetro antes de Fuente Blanquilla empezamos ascender, empezando con unos buenos rampones de los que sacan los colores y que nos dejan en la carretera M-988. Rodamos junto a ella durante 1 kilómetro antes de tomar la pista que nos llevará hasta el Medio Celemín, del que nos separan, desde este punto, poco más de 4 kilómetros.
Atacaremos el Medio Celemín por su lado más duro. No es que sea un ascenso complicado, pero la 200 metros de altura que se ganan hay que conquistarlos en un par de tramos cortos. Primero nos encontramos con un kilómetro muy tendido que nos permite entrar en calor. Le sigue el primero de los tramos duros, también de 1km, con un desnivel importante y un terreno muy roto y plagado de piedras sueltas, que no ayudan precisamente... Un descanso de 1km de llaneo, y el kilómetro final, algo menos duro que el otro, pero donde se acusa el calentón anterior que le hemos metido a nuestras piernas.
Coronamos uno a uno el puerto, con la sensación del deber cumplido pero acusando el cansancio. La vista desde el pico es impresionante. Se divisa todo el macizo rocoso de la Sierra de la Cabrera por su lado norte, donde destacan el Cancho Gordo y el Pico de la Miel. El lugar y el esfuerzo merecen unas fotos antes de comenzar la bajada hacia Valdemanco.
Nos tomamos nuestro tiempo antes de la bajada. Son las 12.45h y nos quedan poco más de 2 kilómetros de descenso hasta los coches. Normalmente bajamos por la trialera que rodea la Peña del Hierro por su lado este, pero este track nos lleva por el lado oeste. Una buena ocasión para conocer otra bajada a Valdemando desde el Medio Celemín. Esta otra variante tiene menos piedra suelta que la primera, es más disfrutona y más rápida, pero quizás menos "emocionante". Comparte sus últimos metros con la primera y también te deposita junto al cementerio nuevo del pueblo.
La bajamos a placer, rápidos y disfrutando cada paso, cada curva, cada piedra... El terreno está muy seco y arenoso, por lo que se hace imprescindible cuidar bien la trazada, tumbar lo justo y no abusar de la frenada. ¡Qué mejor colofón a la ruta que terminar con el buen sabor de boca que te deja una buena trialera! Sólo podíamos mejorarlo con una buena cerveza, así que, tras la trialera, directos a buscar un lugar para la opcional.
Cervezas con y sin limón, pimientos y algo de charla para rematar la faena, que nos ha dejado a todos bien satisfechos y a una buena hora para cumplir con nuestras obligaciones familiares. Entre trago y trago, barruntamos planes futuros, aunque eso... ya es otra historia...
Redactado por Gustrek. 
A las 9.00h estábamos todos en Valdemanco, frente al restaurante El Cerrillo, nuestro punto de encuentro. Todos menos Ñako, que nos comunicaba su imposibilidad de asistir a la ruta, vía SMS. El termómetro marca 8º y aunque la sensación es de "fresquete" sabemos que las primeras rampas de subida y el sol, nos harán entrar en calor en breve.Nos ponemos en marcha unos minutos después de las 9.00h, y tras un par de intentonas, enlazamos con el camino correcto en el que se inicia el track, y que se dirige hacia el sureste desde las vías del tren y paralelo a la M-610, carretera que une Valdemanco y La Cabrera. Los primeros kilómetros de la ruta los realizamos por una senda muy divertida, con algunas piedras y surcos, que van desapareciendo a medida que consumimos los casi 5 primeros kilómetros de longitud que tiene.
Este primer sendero, con tendencia descendente, nos deposita en el camino de Cabanillas, que tomamos en dirección noreste. El camino se convierte en pista y el descenso en ascenso, dirigiéndonos hacia las inmediaciones de La Cabrera.
Hemos cruzado la M-610 y seguimos zigzagueando por el oeste del pueblo hacia el norte, para tomar un tramo del GR-10 en las proximidades del Convento de San Antonio. Tras rodar unos cientos de metros por el asfalto de este tramo del GR, lo abandonamos por un sendero a nuestra derecha, para buscar las calles del pueblo.Callejeamos por las últimas casas al norte de La Cabrera. Son las 10.15h de la mañana y la temperatura es perfecta. Poco después del GR-10 comenzamos de nuevo un descenso que durará los próximos 6 kilómetros. Nuestro objetivo es realizar un bucle al otro lado de la A-1, por los senderos que hay entre la autovía y Pradera del Amor. Para llegar a ellos cruzamos por un tunel bajo la A-1, y entramos en faena por el camino de los Vallejos.
Este camino nos ofrece unas cuantas piedras más, en forma de enormes lajas de granito, que nos ofrecen unos escalones donde disfrutamos como niños. Aprovecho alguno de los pasos para inmortalizar a mis compañeros de grupeta. El Camino de los Vallejos muere en la Cañada Real de las Merinas, que recorremos hacia el sur durante 1 kilómetro antes de volver hacia el norte rodeando unas elevaciones rocosas y algunas fincas privadas.
Seguimos descendiendo por senderos rotos y divertidos, cruzando la M-127 y acercándonos a Pradera del Amor, un grupo de casas próximas al Berrueco. Desde aquí, y ahora en subida, buscamos por senderos el lateral derecho de la A-1, para cruzarla por un puente y volver a rodar por la Cañada Real de las Merinas, ahora al otro lado de la autovía y con dirección noroeste. Rodamos bastante juntos, esperándonos en aquellos rampones que nos separan. Me ha gustado mucho esta zona, inédita para mí, senderos estrechos, piedras, arena...Después de rodar unos cientos de metros por la cañada, y antes de abandonarla, hacemos una parada para reponer líquidos y fuerzas con una barrita algo más allá del arroyo de las Roturas. Hasta ahora la ruta no está siendo nada exigente, pero el continuo sube y baja y el terreno roto por el que rodamos nos abre el apetito. Unos metros más de pista y tomamos un sendero que nos introduce en el tupido pinar del Espaldar, por el que disfrutamos sobre su terreno roto.
Disfrutamos la sombra de los pinos poco tiempo, porque en seguida estamos rodando por un camino que nos dirige hacia Fuente Blanquilla, prácticamente plano y que en algunas zonas se estrecha y se tapiza de buenos pedrolos y en otras se ensancha y cubre con grandes bancos de arena. Cruzamos los cauces secos de algunos afluentes del Jóbalo: el arroyo de la Granja, el de los Chorros...
Un kilómetro antes de Fuente Blanquilla empezamos ascender, empezando con unos buenos rampones de los que sacan los colores y que nos dejan en la carretera M-988. Rodamos junto a ella durante 1 kilómetro antes de tomar la pista que nos llevará hasta el Medio Celemín, del que nos separan, desde este punto, poco más de 4 kilómetros.Atacaremos el Medio Celemín por su lado más duro. No es que sea un ascenso complicado, pero la 200 metros de altura que se ganan hay que conquistarlos en un par de tramos cortos. Primero nos encontramos con un kilómetro muy tendido que nos permite entrar en calor. Le sigue el primero de los tramos duros, también de 1km, con un desnivel importante y un terreno muy roto y plagado de piedras sueltas, que no ayudan precisamente... Un descanso de 1km de llaneo, y el kilómetro final, algo menos duro que el otro, pero donde se acusa el calentón anterior que le hemos metido a nuestras piernas.
Coronamos uno a uno el puerto, con la sensación del deber cumplido pero acusando el cansancio. La vista desde el pico es impresionante. Se divisa todo el macizo rocoso de la Sierra de la Cabrera por su lado norte, donde destacan el Cancho Gordo y el Pico de la Miel. El lugar y el esfuerzo merecen unas fotos antes de comenzar la bajada hacia Valdemanco.
Nos tomamos nuestro tiempo antes de la bajada. Son las 12.45h y nos quedan poco más de 2 kilómetros de descenso hasta los coches. Normalmente bajamos por la trialera que rodea la Peña del Hierro por su lado este, pero este track nos lleva por el lado oeste. Una buena ocasión para conocer otra bajada a Valdemando desde el Medio Celemín. Esta otra variante tiene menos piedra suelta que la primera, es más disfrutona y más rápida, pero quizás menos "emocionante". Comparte sus últimos metros con la primera y también te deposita junto al cementerio nuevo del pueblo.La bajamos a placer, rápidos y disfrutando cada paso, cada curva, cada piedra... El terreno está muy seco y arenoso, por lo que se hace imprescindible cuidar bien la trazada, tumbar lo justo y no abusar de la frenada. ¡Qué mejor colofón a la ruta que terminar con el buen sabor de boca que te deja una buena trialera! Sólo podíamos mejorarlo con una buena cerveza, así que, tras la trialera, directos a buscar un lugar para la opcional.
Cervezas con y sin limón, pimientos y algo de charla para rematar la faena, que nos ha dejado a todos bien satisfechos y a una buena hora para cumplir con nuestras obligaciones familiares. Entre trago y trago, barruntamos planes futuros, aunque eso... ya es otra historia...
Fotos: Gustrek y Karmauri.
