Continuando con nuestra política estival de realizar rutas cortas, protegidas del sol y con una altitud que nos permita "rascar" unos grados al termómetro, decidimos volver a rodar por una de las zonas ya clásicas del verano "alcosansero": la vertiente segoviana de la Sierra de Guadarrama.
En este caso realizaríamos nuestra v2.0 del Ingeniero, que comparte algunos tramos (principalmente las subidas) con la v1.0, y en la que sólo recorreremos un tercio del famoso camino del Ingeniero, en sentido este-oeste, para disfrutar de una de las bajadas más divertidas de la zona: Pikachu.
ASISTENTES
Nos reunimos 3 bikers: Gustrek, Jesusla y Trabu.
TRACK DE LA RUTA
Haz click aquí para descargar el track de la ruta.
DATOS DE LA RUTATRACK DE LA RUTA
Haz click aquí para descargar el track de la ruta.
Sábado 16 de julio: 28,5km, 971m de desnivel de subida acumulado, 3 horas y 30 minutos (2 horas y 50 minutos dando pedales).
IMÁGENES DE LA RUTA
CRÓNICA
Fotos: Gustrek.
IMÁGENES DE LA RUTA
CRÓNICA
Para estar a las 9.00h en el punto de inicio de la ruta, El Espinar, quedamos una hora antes en Alcobendas los tres aguerridos bikers que nos habíamos citado: Jesusla, Trabu y el que suscribe, Gustrek. A estas tempranas horas, la temperatura ya supera los 20º, por lo que preveemos un día caluroso. De camino, el tráfico es intenso, la segunda quincena del mes de julio se estrena hoy, y con ella los desplazamientos típicos de las vacaciones.
A la hora prevista, ni un minuto antes ni uno después, estamos en El Espinar descargando nuestras bicis de los coches, con muchas ganas de pasar una buena mañana de MTB. 15 minutos después nos ponemos en marcha, rodando durante unos metros por la SG-500, sentido este, hasta que tomamos a nuestra derecha el sendero que nos "meterá en harina". He decidido rodar tranquilo, para disfrutar de la ruta con todos nuestros sentidos, y por primera vez en mucho tiempo lo consigo, ¡tantos intentos de autocontrol tenían que dar alguna vez sus frutos!
El primer tramo de la ruta une El Espinar con San Rafael, por senderos con una ligera pendiente hacia arriba que se convierten en la mejor forma de ir calentando nuestras piernas. Son unos 6 kilómetros que alternan caminos más anchos con senderos más estrechos, buen firme con terreno más roto salpicado con algunas piedras y raíces, zonas despejadas con algunas más boscosas... Es una auténtica delicia rodar entre estos pinares, que filtran la luz del sol y generan un ambiente de lo más bucólico.
En 25 minutos estamos cruzando el arroyo de la Gargantilla y atravesando San Rafael por sus calles, para buscar el inicio de una de las subidas "serias" del día hacia el collado del Hornillo. La subida hasta el collado tiene dos partes bien diferenciadas: la primera mitad, más dura y técnica y la segunda, por una pista ancha y de buen firme.
Iniciamos el ascenso cruzando el puente sobre el arroyo Mayor, para tomar el camino de la Peña del Águila tras atravesar una portilla. Este primer tramo de la subida, de algo más de 2 kilómetros discurre por una vereda técnica, con buenos rampones, surcos y raíces que te obligan a exprimirte al máximo. Una senda de gran belleza, en la que se nos cruza un pequeño cervatillo y que se nos hace más corta de lo que esperábamos, pero que nos saca los colores, y que nos deposita, tras atravesar otra portilla en la pista que nos llevará hasta el collado del Hornillo.
Hacemos aquí nuestra primera parada, para reagrupar y tomar un pequeño descanso tras la dura subida. 5 minutos de relax, agua para hidratarnos y algo de charla con un par de bikers que nos cruzamos. Tras el receso continuamos con la parte más fácil de esta primera subida. La subida es cómoda y la hacemos a buen ritmo para dar caza a los dos bikers que había iniciado el ascenso unos minutos antes que nosotros. Contacto con ellos en la llegada al punto más alto, donde espero a mis dos compañeros de ruta.
El collado del Hornillo está hoy plagado de vacas. Me sorprende que estén pastando en la parte más seca de la zona, si yo fuese vaca me alimentaría con vegetales algo más frescos, jeje. En poco tiempo estamos los tres alcosanseros juntos y dispuestos a afrontar la primera bajada de la mañana. Lo haremos por el sendero paralelo a la Cañada Real Leonesa (en este tramo asfaltada), sin mucha pendiente pero divertido, con algunos pasos pedroleros y algunas raíces.
La senda, de casi 4 kilómetros y paralela al arroyo del Collado del Hornillo, es sencilla pero disfrutona, y la bajamos agrupados gozando de cada piedra, cada raíz y cada metro del recorrido. Hay multitud de pequeños troncos y ramas sobre el suelo, lo que obliga a extremar la precaución para evitar que salten y se introduzcan entre los radios de nuestras ruedas. En poco menos de 20 minutos concluimos la bajada y entramos en el Camping de Valle Enmedio para tomar el camino que nos conducirá al collado de la Gargantilla.
El Camping está plagado de gente, como es lógico en estas fechas, que nos observan preguntándose qué hacen allí unos personajes de tal guisa. Tras cruzar la puerta que nos da acceso al sendero, hacemos una parada para tomar una barrita y recuperar el líquido perdido. La temperatura es perfecta a la sombra, y nos sentamos a disfrutar del paisaje y del momento. Son las 11.00h y hemos recorrido algo más de 15 kilómetros, superando el ecuador de la ruta.
Tenemos las fuerzas intactas gracias al ritmo tranquilo con el que nos estamos tomando la ruta. 10 minutos de descanso y continuamos con nuestro camino. Por delante tenemos la subida hasta el collado de la Gargantilla. En su primera parte rodamos por un camino ancho y con buen firme hasta que cruzamos el arroyo del Prado del Toril, donde se convierte en un sendero algo más técnico y divertido, paralelo al arroyo y con algunos pasos pedroleros "interesantes", en uno de los cuales, tras un par de intentonas sin éxito, tenemos que hacer pie.
El sendero desemboca en la pista paralela al arroyo del Chuvieco, que tomamos hacia el norte hasta llegar al collado de la Gargantilla. Después de 4 kilómetros desde la parada y algo más de 30 minutos, hemos coronado el collado y estamos dispuestos a iniciar la trialera que nos llevará hasta el camino del Ingeniero.
En el collado hay un cruce de caminos: la pista por la que venimos desde el sur; el camino que se dirige a Cueva Valiente, al este; la pista que se dirige hacia el arroyo del Boquerón y que solemos tomar para dirigirnos al inicio del Ingeniero, al oeste; y la bajada junto al arroyo de la Gargantilla que se dirige a San Rafael, al norte. Tomamos este último camino, junto a la fuente JBellver, y lo hacemos por la izquierda del arroyo para disfrutar de una magnífica trialera que nos llevará hasta el Ingeniero.
La trialera tiene un par de kilómetros, no es excesivamente técnica, es rápida y de las de mucho "flow". Nos lanzamos por ella, pendientes del GPS para no perder la entrada del Ingeniero. En un par de paradas para consultarlo, Trabu nos hace sendos "simoncellis", estando, en uno de ellos, a punto de tirarnos al suelo. ¡Hay que mirar 10 metros por delante de la rueda! jajaja. Piedras, raíces, surcos, curvas... disfrutamos de cada una de las irregularidades del terreno sacándo el máximo provecho de nuestras suspensiones.
Antes de terminar la trialera, y con nuestros niveles de adrenalina a tope, nos desviamos hacia el oeste por un sendero, por debajo del que era nuestro objetivo. ¡Una vez más nos lo hemos pasado!, pero nos damos cuenta a tiempo y remontamos unos 50 metros haciendo "empujabike" entre los árboles, con una pendiente del 30%, hasta entrar en contacto con el camino del Ingeniero.
Estamos en la parte final del Ingeniero, a la altura de San Rafael, y vamos a recorrerlo en sentido este-oeste durante 4 kilómetros. Este tramo, como el resto del camino, es un deleite para los sentidos. Encajado en un bosque de altísimos pinos tapizado de miles de verdes helechos, el sendero serpentea picando hacia arriba (en el sentido en que lo hacemos), con algunas piedras, raíces, "subeybajas"... una senda que no debería perderse ningún biker.
En el cruce del camino con el arroyo de Prado Goyato, nos encontramos una vaca en sentido opuesto al de nuestra marcha, ocupando todo el camino y mirándonos fijamente. Tal circunstancia obliga nos obliga a parar y analizar la situación. Se mantiene impertérrita, a pesar de nuestros "chasquidos"... sigue mirándonos desafiante. Después de un par de minutos esperando sin éxito a que decida moverse, tratamos de rodearla, algo harto difícil, puesto que tenemos el arroyo y una buena pendiente a nuestra derecha, y un enjambre de piedras y árboles a nuestra izquierda donde trepar con la bici se nos antoja imposible.
En un despiste del animal, Jesusla la sortea pasando a escasos centímetros, y Trabu y yo, viendo que el rumiante no tiene malas intenciones, hacemos lo mismo. Gracias a la valentía y decisión de Jesusla no estamos aún allí esperando a que se aparte, jejeje. Una vez superado el "momento vaca" del día, continuamos disfrutando del sendero, aprovechando para hacer alguna foto antes de llegar a la última trialera del día, Pikachu.
Pikachu es una trialera (desconozco el origen de su nombre), de algo más de un kilómetro, rápida y muy disfrutona que nos conduce al Espinar. Nos lanzamos con muchas ganas, descendiendo a buen ritmo y gozando con las piedras, las "zetas", los peraltes y los saltitos que nos ofrece esta bajada tan divertida. En 6 minutos estamos al final de la trialera, donde comentamos, con una sonrisa de oreja a oreja, la jugada.
Ahora sólo queda encontrar el camino que nos dejará en el sur de El Espinar. Tras un par de intentonas, lo encontramos, y en 10 minutos estamos en los coches tras callejear por el pueblo en busca de un lugar donde regalarnos una buena opcional. Son las 12.45h. Como no lo encontramos, subimos las bicis a los coches, y nos dirigimos a San Rafael para tomarnos unas refrescantes cervezas. Unas jarritas con limón y algo de charleta. A las 14.00h damos por finalizada la jornada y regresamos a casa pensando en planes futuros, aunque eso... ya es otra historia...
Redactado por Gustrek. 
A la hora prevista, ni un minuto antes ni uno después, estamos en El Espinar descargando nuestras bicis de los coches, con muchas ganas de pasar una buena mañana de MTB. 15 minutos después nos ponemos en marcha, rodando durante unos metros por la SG-500, sentido este, hasta que tomamos a nuestra derecha el sendero que nos "meterá en harina". He decidido rodar tranquilo, para disfrutar de la ruta con todos nuestros sentidos, y por primera vez en mucho tiempo lo consigo, ¡tantos intentos de autocontrol tenían que dar alguna vez sus frutos!El primer tramo de la ruta une El Espinar con San Rafael, por senderos con una ligera pendiente hacia arriba que se convierten en la mejor forma de ir calentando nuestras piernas. Son unos 6 kilómetros que alternan caminos más anchos con senderos más estrechos, buen firme con terreno más roto salpicado con algunas piedras y raíces, zonas despejadas con algunas más boscosas... Es una auténtica delicia rodar entre estos pinares, que filtran la luz del sol y generan un ambiente de lo más bucólico.
En 25 minutos estamos cruzando el arroyo de la Gargantilla y atravesando San Rafael por sus calles, para buscar el inicio de una de las subidas "serias" del día hacia el collado del Hornillo. La subida hasta el collado tiene dos partes bien diferenciadas: la primera mitad, más dura y técnica y la segunda, por una pista ancha y de buen firme.
Iniciamos el ascenso cruzando el puente sobre el arroyo Mayor, para tomar el camino de la Peña del Águila tras atravesar una portilla. Este primer tramo de la subida, de algo más de 2 kilómetros discurre por una vereda técnica, con buenos rampones, surcos y raíces que te obligan a exprimirte al máximo. Una senda de gran belleza, en la que se nos cruza un pequeño cervatillo y que se nos hace más corta de lo que esperábamos, pero que nos saca los colores, y que nos deposita, tras atravesar otra portilla en la pista que nos llevará hasta el collado del Hornillo.Hacemos aquí nuestra primera parada, para reagrupar y tomar un pequeño descanso tras la dura subida. 5 minutos de relax, agua para hidratarnos y algo de charla con un par de bikers que nos cruzamos. Tras el receso continuamos con la parte más fácil de esta primera subida. La subida es cómoda y la hacemos a buen ritmo para dar caza a los dos bikers que había iniciado el ascenso unos minutos antes que nosotros. Contacto con ellos en la llegada al punto más alto, donde espero a mis dos compañeros de ruta.
El collado del Hornillo está hoy plagado de vacas. Me sorprende que estén pastando en la parte más seca de la zona, si yo fuese vaca me alimentaría con vegetales algo más frescos, jeje. En poco tiempo estamos los tres alcosanseros juntos y dispuestos a afrontar la primera bajada de la mañana. Lo haremos por el sendero paralelo a la Cañada Real Leonesa (en este tramo asfaltada), sin mucha pendiente pero divertido, con algunos pasos pedroleros y algunas raíces.La senda, de casi 4 kilómetros y paralela al arroyo del Collado del Hornillo, es sencilla pero disfrutona, y la bajamos agrupados gozando de cada piedra, cada raíz y cada metro del recorrido. Hay multitud de pequeños troncos y ramas sobre el suelo, lo que obliga a extremar la precaución para evitar que salten y se introduzcan entre los radios de nuestras ruedas. En poco menos de 20 minutos concluimos la bajada y entramos en el Camping de Valle Enmedio para tomar el camino que nos conducirá al collado de la Gargantilla.
El Camping está plagado de gente, como es lógico en estas fechas, que nos observan preguntándose qué hacen allí unos personajes de tal guisa. Tras cruzar la puerta que nos da acceso al sendero, hacemos una parada para tomar una barrita y recuperar el líquido perdido. La temperatura es perfecta a la sombra, y nos sentamos a disfrutar del paisaje y del momento. Son las 11.00h y hemos recorrido algo más de 15 kilómetros, superando el ecuador de la ruta.
Tenemos las fuerzas intactas gracias al ritmo tranquilo con el que nos estamos tomando la ruta. 10 minutos de descanso y continuamos con nuestro camino. Por delante tenemos la subida hasta el collado de la Gargantilla. En su primera parte rodamos por un camino ancho y con buen firme hasta que cruzamos el arroyo del Prado del Toril, donde se convierte en un sendero algo más técnico y divertido, paralelo al arroyo y con algunos pasos pedroleros "interesantes", en uno de los cuales, tras un par de intentonas sin éxito, tenemos que hacer pie.El sendero desemboca en la pista paralela al arroyo del Chuvieco, que tomamos hacia el norte hasta llegar al collado de la Gargantilla. Después de 4 kilómetros desde la parada y algo más de 30 minutos, hemos coronado el collado y estamos dispuestos a iniciar la trialera que nos llevará hasta el camino del Ingeniero.
En el collado hay un cruce de caminos: la pista por la que venimos desde el sur; el camino que se dirige a Cueva Valiente, al este; la pista que se dirige hacia el arroyo del Boquerón y que solemos tomar para dirigirnos al inicio del Ingeniero, al oeste; y la bajada junto al arroyo de la Gargantilla que se dirige a San Rafael, al norte. Tomamos este último camino, junto a la fuente JBellver, y lo hacemos por la izquierda del arroyo para disfrutar de una magnífica trialera que nos llevará hasta el Ingeniero.
La trialera tiene un par de kilómetros, no es excesivamente técnica, es rápida y de las de mucho "flow". Nos lanzamos por ella, pendientes del GPS para no perder la entrada del Ingeniero. En un par de paradas para consultarlo, Trabu nos hace sendos "simoncellis", estando, en uno de ellos, a punto de tirarnos al suelo. ¡Hay que mirar 10 metros por delante de la rueda! jajaja. Piedras, raíces, surcos, curvas... disfrutamos de cada una de las irregularidades del terreno sacándo el máximo provecho de nuestras suspensiones.Antes de terminar la trialera, y con nuestros niveles de adrenalina a tope, nos desviamos hacia el oeste por un sendero, por debajo del que era nuestro objetivo. ¡Una vez más nos lo hemos pasado!, pero nos damos cuenta a tiempo y remontamos unos 50 metros haciendo "empujabike" entre los árboles, con una pendiente del 30%, hasta entrar en contacto con el camino del Ingeniero.
Estamos en la parte final del Ingeniero, a la altura de San Rafael, y vamos a recorrerlo en sentido este-oeste durante 4 kilómetros. Este tramo, como el resto del camino, es un deleite para los sentidos. Encajado en un bosque de altísimos pinos tapizado de miles de verdes helechos, el sendero serpentea picando hacia arriba (en el sentido en que lo hacemos), con algunas piedras, raíces, "subeybajas"... una senda que no debería perderse ningún biker.
En el cruce del camino con el arroyo de Prado Goyato, nos encontramos una vaca en sentido opuesto al de nuestra marcha, ocupando todo el camino y mirándonos fijamente. Tal circunstancia obliga nos obliga a parar y analizar la situación. Se mantiene impertérrita, a pesar de nuestros "chasquidos"... sigue mirándonos desafiante. Después de un par de minutos esperando sin éxito a que decida moverse, tratamos de rodearla, algo harto difícil, puesto que tenemos el arroyo y una buena pendiente a nuestra derecha, y un enjambre de piedras y árboles a nuestra izquierda donde trepar con la bici se nos antoja imposible.
En un despiste del animal, Jesusla la sortea pasando a escasos centímetros, y Trabu y yo, viendo que el rumiante no tiene malas intenciones, hacemos lo mismo. Gracias a la valentía y decisión de Jesusla no estamos aún allí esperando a que se aparte, jejeje. Una vez superado el "momento vaca" del día, continuamos disfrutando del sendero, aprovechando para hacer alguna foto antes de llegar a la última trialera del día, Pikachu.Pikachu es una trialera (desconozco el origen de su nombre), de algo más de un kilómetro, rápida y muy disfrutona que nos conduce al Espinar. Nos lanzamos con muchas ganas, descendiendo a buen ritmo y gozando con las piedras, las "zetas", los peraltes y los saltitos que nos ofrece esta bajada tan divertida. En 6 minutos estamos al final de la trialera, donde comentamos, con una sonrisa de oreja a oreja, la jugada.
Ahora sólo queda encontrar el camino que nos dejará en el sur de El Espinar. Tras un par de intentonas, lo encontramos, y en 10 minutos estamos en los coches tras callejear por el pueblo en busca de un lugar donde regalarnos una buena opcional. Son las 12.45h. Como no lo encontramos, subimos las bicis a los coches, y nos dirigimos a San Rafael para tomarnos unas refrescantes cervezas. Unas jarritas con limón y algo de charleta. A las 14.00h damos por finalizada la jornada y regresamos a casa pensando en planes futuros, aunque eso... ya es otra historia...
Fotos: Gustrek.
