Gallo y Vereda de Enmedio

"Subida: dícese del trámite que antecede a una buena bajada". Este es el eslogan que reza en la firma de Golfer, un alcosansero de pro. Este domingo pudimos comprobar la veracidad de este lema en Cercedilla.

Dos buenas subidas, ambas a la Fuenfría, una desde las Dehesas y otra desde el arroyo del Telégrafo, precedieron a dos de las bajadas endureras más disfrutonas y divertidas de toda la sierra del Guadarrama: el Carril del Gallo, aderezada en este caso por unas buenas placas de hielo, y la Vereda de Enmedio.
ASISTENTES
Nos reunimos 5 bikers : Bake661, GusTrek, Juanma, Ñako y Trasgos.

TRACK DE LA RUTA

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DATOS DE LA RUTA
Domingo 19 de diciembre: 28km, 920m de desnivel de subida acumulado, 4 horas y 25 minutos (2 horas y 40 minutos dando pedales).

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IMÁGENES DE LA RUTA




CRÓNICA
A las 8.30h Ñako me recoge en casa para dirigirnos al parking de las Dehesas, en Cercedilla, donde habíamos fijado nuestro punto de encuentro una hora más tarde. Estuvo lloviendo toda la noche, y la mañana estaba gris y lluviosa en Madrid. Recibí una llamada de Trasgos y un sms de Ñako, que dudaban de la posibilidad de realizar la ruta. No teníamos nada que perder, en el peor de los casos tomar un buen desayuno juntos y regresar a casa. Así que fuimos valientes y nos dirigimos al lugar de la cita con nuestras monturas y nuestras ganas de pasar una buena jornada endurera.

A la hora prevista aparcábamos frente a Cirilo, cubiertos por un plomizo cielo de invierno. Con algo de retraso y tras un par de llamadas telefónicas para orientarlos, aparecen Bake, Juanma y Trasgos. En unos minutos, estamos preparados para nuestra aventura. A las 10.00h nos ponemos en marcha para afrontar la primera subida del día a la Fuenfría.

El ambiente es muy húmedo, y la temperatura es baja, pero las primeras pedaladas nos permiten ir entrando en calor. Tenemos por delante casi 10km de ascenso continuo pero tendido, por una pista con buen firme, flanqueada por los altos árboles que conforman el tupido bosque del Valle de la Fuenfría. Particularmente, esta subida siempre me ha parecido algo aburrida, aunque las vistas y el paisaje que la acompañan son espectaculares.

Rodamos juntos, unos primeros metros de asfalto por la Colada de la Fuenfría, para desviarnos a la izquierda en el aparcamiento de Majavilán y tomar desde allí el Pr4 hasta el Albergue de Peñalara, cruzando primero el arroyo de la Barranca. Nos vamos encontrando a nuestro paso pequeñas cascadas congeladas, que quedan inmortalizadas en mi cámara. Nuestro ritmo es tranquilo, pero Juanma, que lleva poco tiempo como biker, se va quedando algo rezagado, pero siempre en compañía de su buen amigo Trasgos. Cada poco, hacemos una breve parada para reagruparnos, no tenemos ninguna prisa y hemos venido a disfrutar.

Cruzando el arroyo de la Fuenfría, el Pr4 cambia su nombre por el de Pr6, y unos metros al sur, el citado arroyo, al unirse con el de la Navazuela, cambian su nombre por río de la Venta... un poco de cultural general extraída del Topo Hispania, jeje. Subimos a buen ritmo la primera mitad, que es la que tiene algo más de pendiente, pero es muy cómoda y nada exigente si tienes algo de forma. A los 4 kilómetros, en el cruce con la vereda de Enmedio hacemos una parada de 5 minutos para unir de nuevo al grupo. Aprovechamos para beber algo de agua, sin ganas porque la temperatura no provoca sed precisamente, pero necesaria. Una foto al arcoiris que une el cielo con el valle, y en marcha.

1,5 kilómetros más y alcanzamos el mirador de los poetas, donde hacemos otra parada, esta un poco más larga para disfrutar de la panorámica, hacer algunas fotos y dar algo de descanso a nuestras piernas. Hace frío, y estamos perdiendo la buena temperatura que nuestros músculos han alcanzado, así que, a los 6 minutos, nos ponemos de nuevo en camino para recorrer, ya sin pausas los algo más de 4 kilómetros que nos separan del alto de la Fuenfría.

En algo menos de media hora, hemos concluido nuestra primera subida del día. Nos ha acompañado una ligera niebla durante todo el ascenso, que ya no nos abandonará hasta el final de la jornada. Estamos en el punto donde se cruzan la carretera de la República (por la que hemos subido), al camino de Lumbrarejos, el cordel de Santillana y la vereda del Infante. Un grupo de senderistas, pero ningún biker, nos acompañan en el alto. Es el momento de ponernos las protecciones, empieza lo bueno, la primera bajada pedrolera de la mañana: el Carril del Gallo.

Tomamos la senda de los Cospes y, a unos metros, dejamos a la derecha la entrada al Schmid, para continuar rectos hacia el Carril del Gallo. Tenemos por delante 5km de sendero pedrolero, en el que descenderemos 400m. El camino es tremendamente disfrutón, con buenas piedras firmes, aunque quizás le falte alguna que otra curva que lo haga algo más, si cave, divertido. La pimienta se la ponen los placones de hielo que nos encontramos en algunos de los pasos, que, cuando podemos, esquivamos sobre nuestras monturas, y tirando de ellas cuando la posibilidad no existe. Por algunos tramos corre el agua, poniendo a prueba nuestra pericia al rodar sobre las piedras mojadas. Ninguna caída que yo recuerde y mucha, mucha, mucha adrenalina.

Hacemos un par de paradas para reagrupar, alguna llamada para garantizar la ausencia de desvíos inoportunos, alguna "retratadura" y nos encontramos todos junto a la orilla del arroyo del Telégrafo. Tenemos que cruzar el caudaloso y frío río por una par de troncos a modo de puente, semicongelados, que provocan que algún pie (como el mío) prueben la temperatura del agua. Unas pedaladas más, y de nuevo a cruzar el mismo río, en este caso sin troncos, ni puentes, ni nada parecido. Decido vadear el río, que parece (y lo es) profundo, consiguiendo poner los dos pies a la misma temperatura al tener que pedalear bajo el agua, ¡aiiiishhh!

La bajada ha sido gozosa, y no podemos ocultar nuestra satisfacción, que dibuja una enorme sonrisa en nuestras caras y provoca el característico brillo en los ojos que tantas veces hemos comentado. Pero todo lo bueno se acaba... y toca remontar los 400m que hemos perdido en la bajada. Tenemos que volver al alto de la Fuenfría, y en este caso lo vamos a hacer pasando por la fuente de la Reina. La subida tiene dos tramos bien diferenciados.

El primero, y más duro, es la subida hasta la fuente de la Reina, durante 3 km por asfalto, con un desnivel medio del 9%... ¡ufff! En la bajada nuestras piernas no han descansado, y se nota... la subida es dura y parece que nunca se acabe, el plato chico y los piñones grandes hacen acto de presencia desde el principio y nos acompañan hasta la fuente. Nos cruzamos una familia de senderistas, con un niño pequeño que nos mira con los ojos como platos. Juanma comienza a penar en esta subida, y acusa el esfuerzo realizado en la primera parte de la ruta. En los últimos metros de la subida, Trasgos, fuerte como el vinagre, pedalea con la bici de Juanma a cuestas, frente al asombro y carcajadas de los presentes. Derroche de fuerza del que tenemos testimonio gráfico. Un aplauso para Juanma, que lejos de quejarse, lo único que le preocupaba era hacernos esperar, ¡eso es actitud, campeón!

Una barrita y un merecido descanso a los pies de la fuente de la Reina, para, unos minutos más tarde, ponernos en marcha y consumir los 3,5km de la segunda parte de la subida. Ésta es muchísimo más tendida, aunque plagada de pequeñas piedras sueltas que no facilitan el pedaleo. Pero después de lo anteriormente subido, esto es pan comido, y en pocos minutos alcanzamos la Fuenfría. Paramos para reagrupar y , casualmente, nos encontramos con JJ, de Mr.Schmid, con el que habíamos realizado el curso de enduro el día anterior.

Un poco de charla y algunas divagaciones sobre el lugar más adecuado para bajar, contando con que la hora se nos ha echado encima. Camino Viejo, Vereda Alta, Vereda de Enmedio.... Juanma bajará por la pista, que ya no está para tanto trote pedrolero y nosotros, por iniciativa de JJ, que nos acompaña, por vereda de Enmedio. Pedaleamos por la carretera de la República los 2,4km que nos separan del inicio de la vereda, con alegría por lo que nos espera, con buen ritmo y agrupados.

En 6 minutos nos encontramos a las "puertas de la gloria", cerca del final de la ruta y en el inicio de la mejor parte de ella. Vereda de Enmedio es una trialera completa: buenos pasos desafiantes de pedrolos firmes, escalones altos y consecutivos que disparan la adrenalina, curvas cerradas, ensalada de piedras, raíces elevadas y multiplicadas, rampones donde tirarte sin pensar y con el culo bien pegado a la rueda trasera... casi 2 kilómetros de enduro es estado puro. Mención especial a Trasgos, que la baja sobre su rígida. Una de las trialeras que más me ha gustado en mis 2 años de biker, sin duda.

Sólo nos resta cruzar el río de la Venta y bajar por la colada de la Fuenfría hasta el aparcamiento de las Dehesas. Pedaleamos en silencio, sin cruzar palabra, parece que nos da miedo hablar por si con nuestras palabras se nos escapasen los recuerdos de las sensaciones recién vividas, las queremos mantener bien frescas. En un momento llegamos a los coches y, a los pocos minutos, aparece Juanma.

Bake, Juanma y Trasgos tienen algo de prisa y se pierden la opcional, que disfrutamos Ñako y GusTrek cerveza en mano en la terraza de Cirilo, comentando las mejores jugadas del día, que dan no sólo para una crónica, si no para un capítulo de varias páginas. Bebidas las cervezas al coche y casa. Por el camino charla y planes futuros, aunque eso... ya es otra historia...

Redactado por GusTrek.
Fotos: GusTrek y R@ulo.
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