Viñuelas - Cerro San Pedro

Durante estos primeros meses del año, la nieve y el agua por un lado, y los entrenamientos de los alcosanseros maratonianos por otro, han provocado la falta de rutas nuevas que relatar en nuestro blog.

Unas cuantas salidas por el Pardo, algunas otras por la Marmota, alguna vuelta a Viñuelas... han llenado los fines de semana de los inicios del 2011. Rutas que, por haber sido ya varias veces mostradas aquí y por no tener más expectativas que rodar por las zonas menos castigadas por la climatología, no hemos reflejado en alcosansemtb.com. Pero no queremos abandonar a nuestros seguidores (no vaya a ser que nos quedamos sin ellos, jeje), así que me animo a escribir algo sobre nuestras últimas pedaladas de este pasado sábado.


ASISTENTES
Nos reunimos 4 bikers : Gustrek, Golfer, Juanma y Magellan.

TRACK DE LA RUTA

Haz click aquí para descargar el track de la ruta.

DATOS DE LA RUTA
Sábado 12 de marzo: 40km, 893m de desnivel de subida acumulado, 3 horas y 10 minutos (3horas dando pedales).


CRÓNICA
Las 9.00h y la puerta del Castillo de Viñuelas, eran la hora y lugar de la cita. Éramos 5 los valientes bikers que habíamos decidido desafiar a los malos augurios de las predicciones climatológicas. A Ñako se le pegaron las sábanas, circunstancia que nos hizo saber a traves de llamada no escuchada y posterior mensaje, por lo que el grupo quedaba formado por sólo 4 elementos, ¡y qué elementos!

El cielo estaba bien poblado de nubarrones, que amenazaban una buena descarga de agua, pero no fue suficiente para que cejásemos en nuestro empeño de disfrutar de una buena mañana de MTB. Así que, después de bajar las burras de los coches y de pertrecharnos, comenzamos a dar pedales un par de minutos después de la nueve y cuarto. Nuestra intención: dirigirnos al Cerro de San Pedro por pista para disfrutar allí de las diferentes trialeras que existen a sus pies.

Comenzamos dirección norte, paralelos al muro de Viñuelas y al Canal Bajo, sobre un terreno mojado por las últimas lluvias, pero firme, y salpicado por los numerosos charcos de agua que el suelo no ha sido aún capaz de absorver. Rodamos juntos y de charleta, denominador común de toda la ruta, a excepción de los momentos en que Magellan nos sorprendía con alguno de sus ya famosos sprints.

Después de casi 5km de pista, y después de haber abandonado la compañía del muro de Viñuelas y de atravesar una manada de vacas con su típica mirada de indeferencia, nos desviamos hacia el oeste por el Camino de las Pueblas. El tiempo nos está respetando, el barro: algo menos, sin ser ni excesivo ni molesto. 3 kilómetros más de pisteo, en los que atravesamos los arroyos de la Moraleja y el Salobral, hasta llegar al Camino de las Velillas, en el que entramos con dirección noroeste.

1 kilómetro después, nuevo desvío, en este caso dirección norte por una pista, caracterizada por sus múltiples curvas amplias, que serpentea sobre el Canal Alto, que salva el acueducto del Enebral, que cruza los arroyos de la Colada, de la Encinilla y de Navacabera y que nos deposita en el Cordel de Valdepuerco, junto al Canal del Atazar. Otros 5,5km para nuestras piernas a buen ritmo. Llevamos rodando poco más de 1 hora, agrupados y arreglando el mundo, jeje.

Estos primeros kilómetros son un continuo sube y baja en el que hemos ganado algo de altura. Comienza ahora un ascenso continuo hasta el punto más alto de la ruta, poco más de 1000m. Pedaleamos dirección norte por el citado cordel hasta llegar a la M-104, carretera que une San Agustín con Colmenar Viejo. Atravesamos el asfalto y continuamos flanqueados por sendas vallas, a derecha e izquierda, hasta el Cordel de la Vinatera, que tomamos a nuestra derecha y que nos hace pasar junto a las Casas del Pecado Mortal. De haber sabido que así se llamaban aquellas casas, hubiésemos parado a preguntar a qué deben tan llamativo nombre. Lo dejaremos para la siguiente ocasión.

El Cordel de la Vinatera cambia su nombre por el de Setillejo en el cruce con el Camino de los Terneros. El cordel gira dirección noreste poco después de cruzar el arroyo de la Mata, convirtiéndose en una divertida trialera en subida con la que nos deleitamos. Golfer y yo nos hemos destacado unos metros, y al coronar la trialera nos damos cuenta que Magellan y Juanma no nos siguen. Tras unos minutos de espera, en los que aprovechamos para hidratarnos, para "eliminar resíduos líquidos" de nuestro cuerpo y para estirar la espalda, decidimos bajar la trialera anteriormente subida para buscar a los dos elementos "perdidos".

La trialera tiene algo más de 1 kilómetro, pero es muy disfrutona, con pasos divertidos y sin más complicaciones que el agua que empapa los pedrolos. Después de tanta pista, Golfer y el que suscribe, disfrutamos las piedras con muuuchas ganas. Al final de la trialera encontramos a Magellan y Juanma, que había errado sus pasos (más bien sus pedaladas) en un desvío. Parada para comentar la jugada y decidir el regreso, llegar de este modo a una hora prudente a casa y disfrutar de una buena comida en familia.

Magellan descubre que su horquilla no obedece, y que ha decidido bloquearse. Avería sin solución inmediata, que le hace plantearse un cambio de suspensión delantera. Creo que no quiere dejar solo a Golfer en su empeño por ayudar a solventar la crisis que padecen las tiendas de ciclismo. Por solidaridad con ellos, yo también colaboro en tan noble objetivo, estrenando en esta ruta un nuevo manillar, Easton Haven Carbono, más ancho y algo más bajo que el que llevaba anteriormente, y con una geometría 100 veces mejor, lo que no sólo permite un mayor control en las bajadas, sino también una mejor posición sobre la bici, que, con el cambio, parece otra.

Llevamos 2 horas de ruta y algo más de 22 kilómetros recorridos. Continuamos deshaciendo el camino andado hasta la M-104, y, unos metros después de atravesarla, nos desviamos por el Camino Bajo de San Agustín, un sendero que se convierte en una divertida trialera que disfrutamos a tope, a excepción de Magellan, que la sufre por su avería pero la salva sin incidentes. La trialera incluye el vadeo del arroyo de los Camorchones, al que me lanzo en primer lugar encontrándome inesperadamente un hoyo en el que me sumerjo hasta las rodillas, pero en el que evito con éxito la caída.

Golfer, que contempla tras de mí el remojón, lo pasa unos metros más a la derecha sin refrescarse. Tentados estuvimos entre risas de indicar a Juanma y a Magellan, que venían unos metros más atrás y que no presenciaron la escena, que lo vadearan por donde yo lo hice, pero ganó la batalla nuestro "angelito bueno" y les advertimos de la circunstancia.

La trialera, de un par de kilómetros, muere en el descansadero de Mojapán, no sin antes regalarnos un buen repechón cargado de barro que calienta bien nuestras piernas y que nos obliga a empujar la bici algunos metros. Nos quedan 11 kilómetros para concluir la ruta, y los recorremos dirección sur por el Cordel de Valdemilanos y de la Vinatera, hasta el Camino de la Pueblas, en el que nos desviamos hacia el oeste para volver a unirnos con el camino de ida en el Canal Bajo.

Golfer y yo vamos recortando curvas y aprovechando algunos metros pedroleros "fuera de pista" que nos regala el camino. El cambio trasero de Golfer le empieza a fallar, lo que le obliga a ir con piñones grandes o pequeños, porque los medianos no quieren entrar en juego... ¿otra avería?... cada vez veo más cercano su encuentro con la Jekyll, jeje.

En este último tramo, desde el Canal Bajo hasta la puerta de Viñuelas, es donde Magellan empieza a atacarnos con diversos sprints, que neutralizamos como y cuando podemos, a excepción del último, donde nos sorprende 200 metros antes de los coches. Venía en silencio y a plato, con los ojos que se le salían de las órbitas y entre las risas de Golfer y las mías, que no salíamos de nuestro asombro al ver un tío tan mayor comportándose como un crío, jajajaja. Sólo le faltó levantar los brazos en la meta, pero no quiso hacerlo por no humillarnos, jajajaja. Es un placer rodar con gente como él, que siempre nos obsequia con buen humor y alegría.

3 horas de MTB, 40 kilómetros, mucha pista, algunos pedrolos, risas, buen tiempo... todo ello en la mejor compañía. Unos minutos para comentar las mejores jugadas y después recogemos los trastos para irnos a casa, cada uno en su coche y pensando en planes futuros... aunque eso... ya es otra historia.

Redactado por Gustrek.

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