Desde Sanse hasta el Pardo

Hacía unos meses que no rodaba con los Paket, pero este sábado surgió la oportunidad. Habían planeado una ruta rodadora, dadas las últimas lluvias, y renunciando a mi lado más oscuro, elegí volver a rodar y charlotear con éstos amigos en lugar de saltar pedrolos por Patones.

Se presagiaban lluvias, que no aparecieron, y algo de barro, que en su caso no sólo estuvo presente, si no que quiso acompañarnos buena parte de la ruta bien pegado a nuestras ropas y monturas. A pesar de esto último, pasamos una magnífica mañana de MTB aderezada con una buena charleta y una buena opcional.


ASISTENTES
Nos reunimos 5 bikers : Arandino, Bicivolador, Davidson, Gustrek y Volko.

TRACK DE LA RUTA

Haz click aquí para descargar el track de la ruta.

DATOS DE LA RUTA
Sábado 26 de marzo: 56km, 955m de desnivel de subida acumulado, 4 horas (3 horas y 35 minutos dando pedales).


CRÓNICA
Con un buen madrugón para ver la clasificación de la F1 y un frugal desayuno, comenzó la mañana de este sábado. Después de 15 días sin catar la bici, tengo "mono" de pedales y acudo puntual a la cita: 9.30h en el polideportivo Dehesa Boyal, donde ya esperaba Volko que se preparaba para la aventura. En estos meses en los que no le he visto, se ha puesto fuerte como el vinagre, y dará buena prueba de ello en todas las subidas de la ruta.

Pocos minutos después aparecen Arandino, que se ha marcado un buen madrugón para venir desde Aranda, Bicivolador y Davidson. Les pilla por sorpresa mi presencia, ya que no me había apuntado en la lista, y a mí me pilla por sorpresa la falta de Jeby, que se ha marcado una rajada de las grandes, jeje. Tras unos minutos de charleta entorno al reencuentro, nos ponemos en marcha para empezar a cubrir los kilómetros que tenemos en mente.

Comenzamos cruzando la Dehesa por sus senderos para buscar el muro de Viñuelas. El terreno ha drenado bastante bien las últimas lluvias y, aunque algo pesado, no está embarrado y se rueda bien sobre él. Rodamos juntos, conocemos todos bien el camino, es nuestro jardín de entreno, excepto Arandino, que para él la zona es inédita, y por lo que comenta, de su agrado.

En unos minutos, y tras cruzar el arroyo de la dehesa y superar las primeras rampas del día, tomamos el sendero paralelo al Cordel de la Matapiñonera al Arroyo de la Vega. Es un sendero estrecho, en bajada y entretenido, sin demasidas pretensiones pero que disfrutamos a buen ritmo. El sendero se une al cordel en el arroyo de Valdelamasa, y continuamos por él , pegados al muro de Viñuelas, en ascenso hasta el cementerio La Paz, próximo a Tres Cantos.

En poco más de 30 minutos hemos recorrido nuestros primeros 8 kilómetros y nos disponemos a cruzar la M-607 (Carretera de Colmenar) por la pasarela. Al otro lado de la carretera, entramos en la pista que discurre hacia el Goloso, paralela al carril bici y que forma parte del Camino de Santiago. En esta pista, bajo la que se entierra el Canal Alto, el suelo drena menos y el barro es bastante molesto, por lo que salimos al carril bici a la altura del Palacio de las Jarillas.

En los 2 kilómetros de carril hasta la Estación del Goloso, escucho a mi Enduro llorar: las suspensiones se lamentan y las cubiertas se estremecen sobre el asfalto rojo... no sé si algún día me lo perdonará, jajaja. En la estación dejamos el carril para tomar de nuevo la pista, en este tramo en mucho mejor estado. Poco después, en la Estación de Valdelatas, cruzamos las vías del ferrocarril por un túnel y seguimos dirección oeste para continuar junto al muro del Pardo.

Esta pista, bajo la cual fluyen las agua del Canal del Oeste, se llama Camino del Medio y nos lleva hasta la M-612, junto al Tambor, uno de los cerros de los montes del Pardo. Hemos recorrido casi 18 kilómetros desde que salimos, en un continuo sube y baja pero sin ninguna pendiente considerable, lo que nos ha permitido llevar un buen ritmo y unas agradables conversaciones cruzadas. Hemos llegado al Pardo, así que ahora toca divertirse con sus senderos y compensar a nuestras burras por tanta pista y carril.

Desde la carretera, nos dirigimos hacia el suroeste hasta la Casa de Valpalomero, donde tomamos un divertido sendero de bajada de poco más de 1 kilómetro. Nos guía Davidson por el sendero , que está bien cargadito de barro espeso y nos obliga más a navegar sobre él que a rodar, dejando bien "decoradas" nuestras ropas y burras. Aún así lo pasamos como niños chicos, eso sí, bien separados para no cegarnos con el barro que salpica el biker que llevamos delante.

Estamos junto a la fuente del Principe y remontamos por asfalto hasta las inmediaciones del palacio de la Real Quinta para bajar un senderito de otro kilómetro por el otro lado del arroyo que lleva el mismo nombre que el citado palacio. De nuevo estamos en la fuente del Príncipe. Ahora conduciremos nuestras monturas hacia las proximidades del Complejo Deportivo de Somontes para disfrutar del sendero de los toboganes que discurre paralelo a la M-605 y que nos deja junto a las primeras casas del Pardo.

Este sendero, de 2,5 kilómetros es divertido, de los de pedalear y llevar un buen ritmo, con curvas, toboganes, algunas cortas pero empinadas rampas de bajada y algunas otras de subida. Sencillo pero entretenido, atraviesa un frondoso bosque de pinos y nos deposita en el poblado, el cual cruzamos hasta llegar al puente de la Gineta, donde cruzamos el Manzanares para regresar por el sendero de su orilla oeste. Parada para tomar media barrita e hidratarnos. Tras el receso, volvemos al poblado cruzando el puente Capuchinos.

Llegando al arroyo de la Nava, tomamos la vereda que lo remonta hasta el camino de Caños Quebrados, junto a la tapia que delimita la zona inaccesible del Pardo, y a cuyo lado continuamos por el sendero que nos devolverá a la M-612, en el mismo punto en el que entramos en esta divertida zona. Hemos rodado en los senderos del Pardo durante 1 hora y 40 minutos, en los que hemos hecho casi 20km. Sólo nos queda desandar las pistas y el carril para volver al cementerio de la Paz.

En las proximidades de la carretera de Colmenar, Volko y Bicivolador nos abandonan, para dirigirse al polideportivo de San Sebastián de los Reyes, desde donde salimos, por el carril bici paralelo a la carretera del Goloso a Alcobendas (M-616), el primero porque va justo de hora y el segundo por solidaridad con el primero. Arandino, Davidson y el que escribe continuamos hacia el cementerio para disfrutar de los últimos senderos de Viñuelas y la Dehesa Boyal.

Algo de pista y algo de carril, que devoramos a buen ritmo para que se pase rápido. A las 13.00h cruzamos el puente y nos disponemos a recorrer los kilómetros que nos quedan por los caminos paralelos a la tapia de Viñuelas, ahora en bajada. La imagen de una buena jarra de cerveza acude a mi mente, así que imprimo un buen ritmo hasta la dehesa, donde Davidson de nuevo toma la cabeza del grupo, a buena velocidad y seguido por Arandino y un servidor, para guiarnos por nuevos senderos de su lado oeste.

La Dehesa Boyal es una zona bastante desconocida, pero tiene un enjambre de senderos diferentes donde se pueden sacar más de 20km sin repetir... ¡y al ladito de casa! Es una buena zona para quien se inicia en este deporte, divertida y sencilla, un sube y baja continuo, sin ninguna dificultad ni física ni técnica, pero con algo de tráfico humano en días festivos. Davidson y Oryctes la tienen bien cartografiada en sus cerebros.

A falta de 20 minutos para las 2 de la tarde, hemos llegado al polideportivo, donde Bicivolador nos espera para la opcional con su montura ya bien lavada y reluciente. Unas cervezas, una tapita y una buena conversación sirven de colofón a tan estupendo día. Como siempre, un placer volver a rodar con esta representación de los Paket. De vuelta a casa "aseo" la bici en una gasolinera mientras que barrunto planes futuros, aunque eso... ya es otra historia...
Redactado por Gustrek.

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