Ahora que nos hemos adentrado en el lado oscuro del MTB, ¿cómo definiríamos la ruta perfecta?: rocas grandes por las que rodar, trialeras disfrutonas con pasos técnicos donde asome nuestro valor, subidas exigentes donde se demuestre nuestra condición física, senderos estrechos y revirados donde disparar nuestra adrenalina, ausencia de pistas donde no trabajan nuestras suspensiones y distancia justa para poder disfrutar de una buena opcional... en tres palabras: Hoyo de Manzanares.
ASISTENTES
ASISTENTESNos reunimos 9 bikers alcosanseros y/o pakets: Alekz, Golfer, GusTrek, Jesusla, JRomero, Ñako, Magellan, R@ulo y Trabu.
TRACK
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DATOS DE LA RUTATRACK
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Sábado 19 de junio: 30,6km, 960m de desnivel de subida acumulado, 4 horas y 45 minutos opcional incluida (2 horas y 30 minutos dando pedales).
haz click sobre la imagen para aumentarlaIMÁGENES DE LA RUTA
En estas fechas donde el calor aún nos respeta, decidimos repetir una de nuestras rutas preferidas: trialeras y senderos de Hoyo de Manzanares. El track elegido es el último que realizamos por la zona, en el pasado mes de febrero. Con el objetivo de hacer trabajar bien las suspensiones de nuestras burras, nos citamos a las 9.00h en Hoyo. 45 minutos antes, los residentes en Alcobendas nos encontrabamos en el polideportivo de Valdelasfuentes para organizarnos en los coches y dirigirnos hacia nuestro destino.
Puntuales, y fieles a la cita, vamos apareciendo en el cementerio de Hoyo... y es que nos gusta tanto el lado oscuro que buscamos un punto de encuentro algo "siniestro", jeje. Nos pertrechamos: cascos, guantes, mochilas, protecciones, cámaras de video y fotos (la mía sin batería, ¡ainsss, qué cabeza!). Desestimamos la macabra idea de R@ulo de hacernos unas retrataduras con nuestras burras sobre las lápidas y nos ponemos en marcha, con buena temperatura y muchas ganas de disfrutar sobre nuestras monturas.
A las 9.10h nos comenzamos a pedalear para dirigir nuestras monturas unos metros por el asfalto de la M-618 hacia el este para buscar, a nuestra derecha, el primer sendero del día que nos meterá en faena. Este sendero, de unos 3 km y que concluye en la Colada de las Cañadas y Picazos, ya lo hemos descrito con detalle en crónicas anteriores de rutas realizadas por la zona. El sendero "pica" hacia arriba, pero de forma suave, y las piedras que lo salpican nos permiten empezar a disfrutar desde el principio. Comenzar una ruta sin tener que pisar una pista, ya es un privilegio.
Jesusla y yo llevamos el track, pero en este primer tramo no es necesario ni consultarlo. Todos lo conocemos bien y no hay intersecciones donde poder equivocarse. Comenzamos con buen ritmo y ganas de disfrutar. Mezcla de llano y subida, aderezada con algunas piedras y raíces de los árboles que nos escoltan. Nos cruzamos algunos bikers y un grupo de paseantes, que nos jalean en uno de los rampones que "escalamos". Alekz ha traído su nueva bici de freeride, y aprovecha el sendero para empezar a juguetear con ella. Aunque estas primeras subidas estiran algo el grupo, reagrupamos al final del sendero en muy poco tiempo.
Noto a Magellan algo ausente, sin la chispa y simpatía que lo caracterizan... pero por no meterme donde no me llaman, no exteriorizo mis pensamientos. Más tarde nos daríamos cuenta que nuestro "gps humano" estaba desconfigurado. Una vez agrupados nos ponemos de nuevo en marcha, escasos metros de pista y tomamos un sendero hacia el noroeste, en subida en su primera parte y con algunos pasos pedroleros donde, si no eliges bien la trazada y colocas bien la rueda delantera, te ves obligado a poner pie a tierra para sortearlos.
El resto de este sendero es una bajada divertida de un par de kilómetros que recorremos a muy buena velocidad hasta llegar a las últimas casas al oeste de Hoyo. Afrontamos la primera "guinda" del día: un par de pasos de rocas grandes y firmes. Finalizando el tramo veo como Alekz, al que llevo delante, se para porque se le ha caído algo... ¿de los bolsillos?... no, ¿del camel?... no, ¿de la bici?... ¡sí!, el sillín, se le ha caído ¡el sillín! Menos mal que no se le ocurrió sentarse, porque, si lo hace, le sale la tija por la boca, jejeje. En poco espacio de tiempo van llegando todas las unidades del grupo. Trabu ha perdido sus gafas en uno de los pasos y desanda el camino para buscarlas... con éxito. R@ulo aprovecha para hacer unas fotos de los bikers sobre las rocas y Alekz para poner el sillín en su sitio.
Dejando atrás las últimas casas al oeste de Hoyo, entramos en un sendero, que por momentos se convierte en trialera gracias a los "tropezones" con los que está salpicado... adrenalina a tope, sillín abajo y... a partir pedrolos. La senda se suaviza según llegamos al Camino de Galapagar, al norte de La Berzosa. Este camino se convierte en un sendero entre árboles en el punto donde nos encontramos con un muro de piedra, de casi medio metro de altura, que Alekz salta sobre la bici, al más puro estilo circense, en dos tiempos, apoyando un pie sobre él para darse impulso, ¡impresionante!
Tras las risas y elogios que provoca la cabriola, y después de comprobar que R@ulo lo ha inmortalizado con su cámara de vídeo, continuamos por el sendero y cruzamos el Arroyo de Peguerinos, que lleva algo de agua y permite que limpiemos los bajos de nuestras "burras", para llegar a la única subida importante del día. Ésta la hacemos en dos tirones, el primero es el más tendido, aunque exigente, y lo concluimos en un cruce de caminos coronado por una gran losa de piedra y un frondoso árbol, en cuya sombra nos cobijamos para tomar nuestro primer "momento barrita".
Magellan decide no parar y seguir con la subida. Los demás descansamos 10 minutos antes de dar el segundo tirón de la subida, que nos conduce al conocido mirador, junto a la derruida Casa de Peñaliendre. Este tramo de la subida es duro, no solo por la pendiente, en algunos tramos bastante pronunciada, si no también por los pasos de piedras que hay que ir sorteando y/o escalando. Las piernas me responden bien, pero el catarro que tengo agarrado al pecho, me impide respirar con fluidez y este tramo se me hace especialmente duro, aunque corono después de Golfer y JRomero, junto a los que recorro buena parte de la subida.
Esperamos encontrar a Magellan en el mirador, pero no es así. Si no está en el mirador y no lo hemos adelantado, o se lo han comido los lobos o ha tomado otro camino. Llamada telefónica y confirmación de la segunda de las teorías: tomó un sendero hacia el norte, que subía aún más alto que el mirador. Nos indica que continuemos y que nos encontremos en Hoyo al final de la ruta para la opcional. Tras casi 20 minutos de descanso, algo de agua y otra media barrita, decidimos continuar ruta. Tenemos por delante una de las trialeras que más nos gusta, así que... protecciones ON, sillines DOWN, culo atrás, más adrenalina y a disfrutar.
La trialera tiene algo más de dos kilómetros, es rápida, disfrutona y sin demasiada dificultad técnica. Es estrecha, pero sin demasiado peligro, ya que está flanqueada, a ambos lados, por arbustos que te mantienen dentro del camino. La gran cantidad de lluvia del invierno y la primavera han profundizado bastante el surco, lo que no permite demasiado margen de maniobra si no quieres enganchar los pedales contra las paredes del mismo. Algún charco, algo de barro y muchas piedras de las que tanto nos gustan. Abre Alekz tras él Golfer, GusTrek (servidor), Ñako, Jesusla, Jromero, Trabu y R@ulo. Una vez más el sillín de Alekz toma las de Villadiego y nos ayudamos de unas bridas para tratar de mantenerlo en su sitio.
Reagrupamos al final. Trabu concluye con enorme satisfacción, cada vez se encuentra mejor físicamente y más comodo con su montura y sobre las piedras. Como de costumbre, brillo en los ojos, sonrisa de oreja a oreja y gozo absoluto. Reanudamos el camino tomando el sendero a nuestra derecha que pasa por las cascadas. Subimos la enorme losa de piedra haciendo dos simples zetas hasta coronarla. En la losa el sillín del "crazy mexican" vuelve a volar y su rueda trasera pierde aire... ¡Hoyo y Alekz no parecen compatibles! Esta vez unas 10 bridas serviran para sujetarlo definitivamente y tunear la "rana roja" del freerider.
Solventadas las averías, el sendero nos deja en la cruce donde hicimos nuestro primer "momento barrita". Desde allí sendero revirado y disfrutón, con alguna piedra que otra, en sube y baja continuo que nos deposita de nuevo en La Berzosa. Algún derrape, alguna losa de piedra en subida y mucho, mucho disfrute.
Bordeamos la urbanización hacia el este para entrar, hacia el sur, por un camino en subida hasta el mirador de Hoyo, desde donde nos tiramos por la trialera conocida como "bajada de los bomberos", corta pero disfrutona y con un paso complicado donde tenemos que poner pie a tierra para salvarlo. Continuamos por sendero divertido, en algunos tramos trialero, que atraviesa un campillo improvisado donde juegan con sus bicis unos niños. La senda nos devuelve al sur de Hoyo, donde callejeamos para encontrar la terrazita junta a la Iglesia donde haremos la opcional.
Cervezas con y sin limón, cocacolas y un escaso aperitivo que acompañamos con charla y risas. Hemos contactado con Magellan, nuestro "gps desconfigurado", que acude a la opcional después de hacer su ruta particular en solitario. Además, se ve obligado a soportar nuestras chanzas, que acata con su buen humor característico. Tras la opcional, montamos de nuevo sobre nuestras cabalgaduras para dirigirnos a los coches y volver a casa, por primera vez en mucho tiempo, a una hora prudente. En el regreso, para no variar, planes futuros, aunque eso... ya es otra historia...
Redactado por GusTrek.
Fotos: R@ulo.
Puntuales, y fieles a la cita, vamos apareciendo en el cementerio de Hoyo... y es que nos gusta tanto el lado oscuro que buscamos un punto de encuentro algo "siniestro", jeje. Nos pertrechamos: cascos, guantes, mochilas, protecciones, cámaras de video y fotos (la mía sin batería, ¡ainsss, qué cabeza!). Desestimamos la macabra idea de R@ulo de hacernos unas retrataduras con nuestras burras sobre las lápidas y nos ponemos en marcha, con buena temperatura y muchas ganas de disfrutar sobre nuestras monturas.A las 9.10h nos comenzamos a pedalear para dirigir nuestras monturas unos metros por el asfalto de la M-618 hacia el este para buscar, a nuestra derecha, el primer sendero del día que nos meterá en faena. Este sendero, de unos 3 km y que concluye en la Colada de las Cañadas y Picazos, ya lo hemos descrito con detalle en crónicas anteriores de rutas realizadas por la zona. El sendero "pica" hacia arriba, pero de forma suave, y las piedras que lo salpican nos permiten empezar a disfrutar desde el principio. Comenzar una ruta sin tener que pisar una pista, ya es un privilegio.
Jesusla y yo llevamos el track, pero en este primer tramo no es necesario ni consultarlo. Todos lo conocemos bien y no hay intersecciones donde poder equivocarse. Comenzamos con buen ritmo y ganas de disfrutar. Mezcla de llano y subida, aderezada con algunas piedras y raíces de los árboles que nos escoltan. Nos cruzamos algunos bikers y un grupo de paseantes, que nos jalean en uno de los rampones que "escalamos". Alekz ha traído su nueva bici de freeride, y aprovecha el sendero para empezar a juguetear con ella. Aunque estas primeras subidas estiran algo el grupo, reagrupamos al final del sendero en muy poco tiempo.
Noto a Magellan algo ausente, sin la chispa y simpatía que lo caracterizan... pero por no meterme donde no me llaman, no exteriorizo mis pensamientos. Más tarde nos daríamos cuenta que nuestro "gps humano" estaba desconfigurado. Una vez agrupados nos ponemos de nuevo en marcha, escasos metros de pista y tomamos un sendero hacia el noroeste, en subida en su primera parte y con algunos pasos pedroleros donde, si no eliges bien la trazada y colocas bien la rueda delantera, te ves obligado a poner pie a tierra para sortearlos.
El resto de este sendero es una bajada divertida de un par de kilómetros que recorremos a muy buena velocidad hasta llegar a las últimas casas al oeste de Hoyo. Afrontamos la primera "guinda" del día: un par de pasos de rocas grandes y firmes. Finalizando el tramo veo como Alekz, al que llevo delante, se para porque se le ha caído algo... ¿de los bolsillos?... no, ¿del camel?... no, ¿de la bici?... ¡sí!, el sillín, se le ha caído ¡el sillín! Menos mal que no se le ocurrió sentarse, porque, si lo hace, le sale la tija por la boca, jejeje. En poco espacio de tiempo van llegando todas las unidades del grupo. Trabu ha perdido sus gafas en uno de los pasos y desanda el camino para buscarlas... con éxito. R@ulo aprovecha para hacer unas fotos de los bikers sobre las rocas y Alekz para poner el sillín en su sitio.Dejando atrás las últimas casas al oeste de Hoyo, entramos en un sendero, que por momentos se convierte en trialera gracias a los "tropezones" con los que está salpicado... adrenalina a tope, sillín abajo y... a partir pedrolos. La senda se suaviza según llegamos al Camino de Galapagar, al norte de La Berzosa. Este camino se convierte en un sendero entre árboles en el punto donde nos encontramos con un muro de piedra, de casi medio metro de altura, que Alekz salta sobre la bici, al más puro estilo circense, en dos tiempos, apoyando un pie sobre él para darse impulso, ¡impresionante!
Tras las risas y elogios que provoca la cabriola, y después de comprobar que R@ulo lo ha inmortalizado con su cámara de vídeo, continuamos por el sendero y cruzamos el Arroyo de Peguerinos, que lleva algo de agua y permite que limpiemos los bajos de nuestras "burras", para llegar a la única subida importante del día. Ésta la hacemos en dos tirones, el primero es el más tendido, aunque exigente, y lo concluimos en un cruce de caminos coronado por una gran losa de piedra y un frondoso árbol, en cuya sombra nos cobijamos para tomar nuestro primer "momento barrita".Magellan decide no parar y seguir con la subida. Los demás descansamos 10 minutos antes de dar el segundo tirón de la subida, que nos conduce al conocido mirador, junto a la derruida Casa de Peñaliendre. Este tramo de la subida es duro, no solo por la pendiente, en algunos tramos bastante pronunciada, si no también por los pasos de piedras que hay que ir sorteando y/o escalando. Las piernas me responden bien, pero el catarro que tengo agarrado al pecho, me impide respirar con fluidez y este tramo se me hace especialmente duro, aunque corono después de Golfer y JRomero, junto a los que recorro buena parte de la subida.
Esperamos encontrar a Magellan en el mirador, pero no es así. Si no está en el mirador y no lo hemos adelantado, o se lo han comido los lobos o ha tomado otro camino. Llamada telefónica y confirmación de la segunda de las teorías: tomó un sendero hacia el norte, que subía aún más alto que el mirador. Nos indica que continuemos y que nos encontremos en Hoyo al final de la ruta para la opcional. Tras casi 20 minutos de descanso, algo de agua y otra media barrita, decidimos continuar ruta. Tenemos por delante una de las trialeras que más nos gusta, así que... protecciones ON, sillines DOWN, culo atrás, más adrenalina y a disfrutar.La trialera tiene algo más de dos kilómetros, es rápida, disfrutona y sin demasiada dificultad técnica. Es estrecha, pero sin demasiado peligro, ya que está flanqueada, a ambos lados, por arbustos que te mantienen dentro del camino. La gran cantidad de lluvia del invierno y la primavera han profundizado bastante el surco, lo que no permite demasiado margen de maniobra si no quieres enganchar los pedales contra las paredes del mismo. Algún charco, algo de barro y muchas piedras de las que tanto nos gustan. Abre Alekz tras él Golfer, GusTrek (servidor), Ñako, Jesusla, Jromero, Trabu y R@ulo. Una vez más el sillín de Alekz toma las de Villadiego y nos ayudamos de unas bridas para tratar de mantenerlo en su sitio.
Reagrupamos al final. Trabu concluye con enorme satisfacción, cada vez se encuentra mejor físicamente y más comodo con su montura y sobre las piedras. Como de costumbre, brillo en los ojos, sonrisa de oreja a oreja y gozo absoluto. Reanudamos el camino tomando el sendero a nuestra derecha que pasa por las cascadas. Subimos la enorme losa de piedra haciendo dos simples zetas hasta coronarla. En la losa el sillín del "crazy mexican" vuelve a volar y su rueda trasera pierde aire... ¡Hoyo y Alekz no parecen compatibles! Esta vez unas 10 bridas serviran para sujetarlo definitivamente y tunear la "rana roja" del freerider.Solventadas las averías, el sendero nos deja en la cruce donde hicimos nuestro primer "momento barrita". Desde allí sendero revirado y disfrutón, con alguna piedra que otra, en sube y baja continuo que nos deposita de nuevo en La Berzosa. Algún derrape, alguna losa de piedra en subida y mucho, mucho disfrute.
Bordeamos la urbanización hacia el este para entrar, hacia el sur, por un camino en subida hasta el mirador de Hoyo, desde donde nos tiramos por la trialera conocida como "bajada de los bomberos", corta pero disfrutona y con un paso complicado donde tenemos que poner pie a tierra para salvarlo. Continuamos por sendero divertido, en algunos tramos trialero, que atraviesa un campillo improvisado donde juegan con sus bicis unos niños. La senda nos devuelve al sur de Hoyo, donde callejeamos para encontrar la terrazita junta a la Iglesia donde haremos la opcional.
Cervezas con y sin limón, cocacolas y un escaso aperitivo que acompañamos con charla y risas. Hemos contactado con Magellan, nuestro "gps desconfigurado", que acude a la opcional después de hacer su ruta particular en solitario. Además, se ve obligado a soportar nuestras chanzas, que acata con su buen humor característico. Tras la opcional, montamos de nuevo sobre nuestras cabalgaduras para dirigirnos a los coches y volver a casa, por primera vez en mucho tiempo, a una hora prudente. En el regreso, para no variar, planes futuros, aunque eso... ya es otra historia...Redactado por GusTrek.
Fotos: R@ulo.
