Inauguramos año en la Hoya

El inicio de la temporada de snowboard y la fiestas navideñas me han tenido casi un mes recorriendo la península, buscando nieves vírgenes que surfear y, a la vez, privándome de subir a lomos de mi montura. Las ganas de volver a subir a mi burra eran directamente proporcionales al tiempo en que no lo hacía. Así que, en cuanto estuve en Madrid y el trabajo me lo permitió, decidí proponer una ruta no demasiado exigente, con pistas para recuperar el fondo perdido y algunas piedras para ponerle picante.

La Hoya de San Blas reúne ambos ingredientes, así que,"presto", posteé la idea en el foro. Casualmente, l@s cedecer@s iban a realizar la misma ruta, y Sherekhan, nexo de unión entre ambos, provocó la fusión de las dos grupetas.
ASISTENTES
Nos reunimos 9 bikers : Alex, Belencilla, Gabymex, Gekkox, GusTrek, Josean, Pauliña, R@ulo y Sherekhan.

TRACK DE LA RUTA

No he subido el track de la ruta porque, en este blog, hay varios de la Hoya de San Blas, con mejores alternativas de inicio que éste, además de tener una desconexión del gps en mitad de la ruta que desvirtúa el recorrido.

DATOS DE LA RUTA
Sábado 15 de enero: 32km, 625m de desnivel de subida acumulado, 4 horas (2 horas y 10 minutos dando pedales).
Los planes de entrenamiento de principio de año tienen a los alcosanseros algo dispersos en cuanto a rutas se refiere. Así pues, los dos únicos que en esta ocasión decidimos abordar una ruta serrana, nos citamos a las 9.00h en Alcobendas, hora poco habitual para nosotros, pero típica entre las filas cedeceras. Acoplamos las burras en el portabicis de mi coche y lo ponemos rumbo a Soto del Real, donde se había fijado el punto de encuentro a las 10.00h. R@ulo y yo aprovechamos el camino para ponemos al día sobre nuestras andanzas en las recientes fiestas navideñas y en un abrir y cerrar de ojos nos encontramos en nuestro destino.

Los casacamperos van llegando con cuentagotas, unos más puntuales que otros, y otros más preparados que unos, que, como los malos estudiantes, vienen con los deberes sin hacer, jeje. Así que, reparación de pinchazo, que corre a cargo del caballeroso R@ulo. Entre "ponte bien y estate quieta", nos ponemos en marcha a las 10.30h, lo que permite que la temperatura a la que empezamos a rodar sea de lo más agradable.

Nuestras primeras pedaladas tienen lugar por las calles más al oeste de Soto, para enlazar con el Camino del Pino, la pista que, en dirección norte, conduce hacia la Hoya de San Blas. Sin embargo, a los pocos metros de rodar por el citado camino el track nos invita a tomar un camino a nuestra izquierda, que posteriormente nos deposita en la M-608, dirección Manzanares. A diferencia de otras ocasiones en las que hemos realizado esta ruta, daremos un pequeño rodeo para acabar enlazando con la Cañada de los Palancares, que es la continuación del Camino del Pino, desde el que iniciamos la ruta.

Personalmente, os desaconsejo este rodeo, puesto que te obliga a transitar un tramo por carretera, otro tramo por una pista sin ningún atractivo (Cordel de Prado Herrero) y, como colofón, el vadeo del Arroyo Mediano, que en esta época del año baja cargado de agua helada. Unos sobre la bici, calándose hasta las rodillas, y otros descalzos y zapatillas en mano, haciendo terapia de balneario, cruzamos el río para, unos metros después, acabar en la citada cañada. 9 kilómetros sin ningún aporte mas que el de calentar un poco las piernas (para luego enfriarlas en el río, jajaja).

Una hora después de la salida, con las paradas necesarias para reagrupar y para atravesar el arroyo, nos encontramos en la Cañada de los Palancares, en la que nos desviamos con direción norte para afrontar la subida hacia la Morcuera. En este primer tramo, hemos rodado agrupados, a buen ritmo e intercambiando charleta, risas y recetas de cocina.

Un kilómetro más de pista y tomamos el GR-10, junto al embalse de los Palancares, donde comienza el ascenso y el paisaje se torna más boscoso y agradable. Circulamos por una pista ancha, de buen firme y seca. La parte de subida de la Morcuera que realizamos, son algo menos de 8km, donde el grupo se estira y se estira. Realizamos un par de paradas para reagrupar en los cruces más "conflictivos". La primera de ellas cerca del centro de convivencia de Soto, donde se toma el Cordel del Puerto de la Morcuera, y la segunda cuando desembocamos en el Camino de la Fuente del Cura al Monte Aguirre, que tomamos hacia el oeste para seguir ascendiendo hasta la Fuente de la parada del Rey, punto más elevado de la ruta a 1.480 metros de altura.

En este punto abandonamos la subida a la Morcuera, para tomar el Camino del Mostajó, una pista ancha y plana entre pinos que acaba convirtiéndose en un estrecho sendero, y éste, a su vez, en una trialera disfrutona que muere en el camino forestal a San Blas. Recorremos entre los árboles los 3 kilómetros que nos separan de las, para mí, tan deseadas piedras. Al inicio de la trialera hacemos una parada para colocarnos las "protes". Belencilla comprueba que su horquilla se ha quedado, literalmente, muerta, lo que la obligará a tomar más precauciones de las habituales para afrontar la trialera.

Después de más de 20 kilómetros de pista, tengo muchas ganas de hacer trabajar las suspensiones de mi "espe", así que... fuera propedal, sillín abajo y ¡a disfrutar! El kilómetro y medio de trialera que tenemos por delante comienza con un single track entre árboles salpicado por algunas piedras y raíces. Tengo flow, así que dejo rodar la bici ayudando con los pedales. Después de unos cientos de metros, paro al ver un árbol caído en mitad del camino y aviso al que me sigue, Gekkox, que aparece a los pocos segundos.

Pasado el escollo, continúo la bajada por el sendero, que en este tramo está más limpio de pedrolos. De nuevo árboles caídos que, es este caso, logro esquivar por un lateral sin bajar de mi montura. Unos metros más de sendero rápido y curva de 180º a la izquierda. Unas pedaladas para recuperar velocidad y nueva curva cerrada, ésta a la derecha. Más sendero y nueva curva de 180º a la izquierda, con escalón incluido, que gestiono con el peso bien atrás.

Vuelve a salpicarse de piedras el sendero. Otra "zeta" más a la derecha, continúa el camino, otro par de troncos para esquivar, curva cerrada a la izquierda con un divertido paso de pedrolos, que preceden la mejor parte de la trialera: a partir de este punto, las ruedas pisan más piedras que tierra. Continúa el recorrido con varias curvas enlazadas, que te depositan en el paso más viril de la ruta: "el pedrolo". El culo en la rueda trasera y algo de velocidad me permiten superarlo con éxito.

Tras este último paso, la trialera baja llena de agua, lo cual la hace más divertida de lo que ya es por si misma. Me cruzo un grupo de bikers que la suben, empujando sus monturas, - ¿dónde irán?, me pregunto-. Sigo bajando sobre la ensalada de piedras sueltas, aderezadas con el agua con corre y salpica bajo las ruedas. Unos metros más, dejo a mi izquierda el refugio en ruinas y llego a la pista forestal de San Blas. Fin del acto, amplia sonrisa, brillo en los ojos, piernas y brazos bien calentitos...

Los primeros integrantes del grupo aparecen unos minutos más tarde. Alguna caída, paradas para hacer algunas fotos, la horquilla que no funciona... fueron las causas del retraso, afortunadamente, porque llegué a pensar por un momento en alguna desgracia. Paramos unos minutos para hidratarnos, comentar las mejores jugadas y relajar los músculos. En breve nos ponemos en marcha para continuar hasta el cruce con la Senda de la Abutarda.

Una vez allí, nos separamos en dos grupos: los que buscamos la opcional (son ya las 2 de la tarde) y los que quieren continuar para bajar las zetas. Belencilla, Gekkox, R@ulo y yo nos lanzamos por la Senda de la Abutarda a olor de la cerveza. 5,5 kilómetros de pista en bajada hasta el embalse de los Palancares, que hacemos a plato, en mi caso al mayor de los dos únicos que llevo. Alguna biker, que no nombraré, se marcó un recto, sin consecuencias pero con susto, en la única curva de 90º que encontramos, jajaja.

Desde el embalse, otros 4 kilómetros de pista y llegamos a la plaza de Soto, donde nos tomamos un par de cervezas junto al río y algo para engañar al hambre, que ya es tarde. Después del ágape R@ulo y yo nos marchamos al coche y los casacamperos, con menos prisa que nosotros, esperan a sus compañeros. Las bicis y sus dueños al coche, que dirigimos hacia nuestras casas con algo de charleta y planes futuros, aunque eso... ya es otra historia...

Redactado por GusTrek

Fotos: R@ulo y Gekkox

Vídeo: R@ulo

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